Entrevistas
02Febrero
2006
02 |
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Gema Gonzalez de Txabarri (Deia)

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Febrero 02 | 2006 |
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Gonzalez de Txabarri: "Lo más urgente en Bolivia es sacar al pueblo de la exclusión"
Junto con la ascensión de mujeres a la presidencia en países como Chile, la otra gran revolución en Latinoamérica viene dada por la apertura de los cargos de mayor responsabilidad a los indígenas, un camino abierto por Evo Morales en Bolivia. Gema González de Txabarri, responsable de Movimientos Sociales y Cooperación al Desarrollo del EBB del PNV, asistió como invitada a la toma de posesión de Morales en Tiwanaku y a los actos de transmisión del mando presidencial en la Plaza de los Héroes, en La Paz. Estrechamente relacionada con los movimientos indígenas de países como Ecuador, su visita a Bolivia resultó doblemente provechosa, debido a la insaciable curiosidad de los bolivianos hacia el proceso de transición en España y a la apretada agenda de la burukide, que se entrevistó con el alcalde de La Paz, con el ex presidente Carlos Mesa y la ministra Nila Heredia, y asistió al Encuentro de Autoridades Indígenas de América.

Bolivia ha iniciado una etapa de grandes cambios con la llegada a la presidencia de Evo Morales. ¿Cuáles son las necesidades más acuciantes del país?

Lo más urgente es sacar al pueblo de la exclusión, tanto la que provoca la pobreza, ya que Bolivia es uno de los países más pobres de América Latina, como la del pueblo indígena, que supone alrededor del 80% de la población del país. Se trata, por tanto, de que las personas hasta ahora excluidas puedan decidir sobre su propia realidad y empezar a dar pasos en busca de oportunidades, para crear procesos de escolarización e industrialización y producir de-sarrollo económico y humano.

El propio Morales pidió en su discurso de investidura el apoyo de todos los sectores de la sociedad para llevar a cabo su revolución. ¿Percibió este nivel de compromiso durante su visita al país?

Se percibe un deseo de cambio y de colaborar para lograrlo. Para ello se ha hecho una operación muy interesante, que es unir el movimiento indígena, que personifica Evo Morales, con los movimientos de izquierda, urbanos y profesionales, ejemplificado en el vicepresidente, Álvaro García Linera. Ambos representan esta unión de lo mestizo con lo indígena y el deseo de unión del pueblo en torno a un proyecto de cambio que genere progreso y convivencia.

En este sentido ha resultado clave que Morales se mantenga fiel a su identidad y sus raíces.

Se trata de sacar pecho y decir ‘‘estoy orgulloso de ser lo que soy’’, porque hasta la revolución del 52 en Bolivia no hubo derecho a voto para los indios ni para las mujeres. En América Latina, declararse indígena es como declararse excluido, entonces el mérito de Morales ha sido hacer emerger ese orgullo de ser parte de la población indígena del país y reivindicar el derecho a formar parte de las élites gobernantes desde esa condición. Ese renacer identitario-cultural es lo que ha llenado a la gente de emoción, y creo que creará una pauta en los demás países.

¿Cuál es la importancia del movimiento indígena en Sudamérica?

El movimiento indígena abarca a una parte muy importante de la población de América Latina, que hasta ahora no se había organizado debidamente en términos de acceso al poder. En los últimos años se han hecho conscientes de su propia fuerza, de la fuerza del pueblo, y se han organizado para buscar su inclusión en la sociedad organizada e incluso para acceder al gobierno. Eso sí, en ningún momento están pensando en acceder al poder para hacer con los demás lo que han hecho con ellos, excluirles. Siempre subrayan que buscan una sociedad cohesionada.

El cambio propuesto es tan profundo que se habla en términos de refundación del país. Bolivia sale de una situación muy complicada, con altos índices de corrupción en el poder.

En toda América Latina hablan de la necesidad de salir de la ‘‘cultura del saqueo’’, porque es un continente con grandes riquezas naturales pero todos los que han gobernado en los últimos 500 años han explotado los recursos en su propio interés y no en interés de su población. La refundación se refiere, entonces, a trabajar para que los recursos naturales del país reviertan en su propio beneficio y generen progreso económico y social.

Destaca asimismo la enorme proyección internacional lograda por Morales en su gira mundial.

Eso es mérito suyo, como él mismo dice su universidad ha sido la calle y creo que es una persona intuitiva y en cierto sentido prudente. Teniendo claro su principio de que las cosas tenían que cambiar, tuvo la suficiente prudencia para transmitir a los distintos países que es normal que esto cambie, que lo anormal era la situación anterior y que quiere socios para dar pasos que redunden en beneficio de ambos, todo ello en unos términos aceptables de socios y no de patrones. Saber transmitir esto ha sido una de las claves de su éxito.

Existía, eso sí, una cierta incertidumbre respecto a lo que iba a suceder con las empresas instaladas en el país.

Precisamente, lo que él viene diciendo es que no tiene intención de echar a nadie con cajas destempladas. Lo que sí quiere es cambiar los términos en los que se establecieron las relaciones entre el Estado y esas empresas que se presentaron a las distintas concesiones. Por ejemplo, con el gas el 82% de lo que se extraía quedaba para las empresas explotadoras, y el 18% para el Estado. Él dice que esos términos no son justos para el propietario de la materia prima, el pueblo boliviano, y que tienen que cambiar a otros que se correspondan con lo que ocurre en los países occidentales o el mercado internacional, no en términos de abuso.

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