Tiempo de valores y hora de decidir para los jovenes
Abertzales que habéis venido de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi; abertzales venidos de Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa y Araba: bienvenidos todos.
Territorios distintos y distintas hablas, como ya dijera el escritor navarro Axular hace ahora casi cuatrocientos años: “Zeren anitz moldez eta diferentki mintzatzen baitira Euskal Herrian” (“… pues de distintas maneras y modos se habla [el euskara] en Euskal Herria”). Somos, si embargo, una sola nación, y así lo cantó desde Iparralde Michel Labaguerie: “Gu gira Euskadiko gaztedi berria, Euskadi bakarra da, gure aberria” (“Somos la nueva juventud vasca, y Euskadi es una y es nuestra patria”).
Siendo yo niño mi padre me enseñó esa canción de Labaguerie, y lo mismo aprenderán nuestros hijos e hijas, y también sus hijos e hijas. Somos un pueblo antiguo, que viene de lejos, y aún seguimos aquí, porque si algo tiene este pueblo hoy y aquí, eso es futuro. No podrán negarnos que somos un pueblo, no podrán negarnos que somos una nación, porque tenemos la fuerza suficiente para serlo.
Y para alcanzar ese objetivo tenemos en nuestras manos un instrumento que es infalible porque es el arma más fuerte en democracia: tenemos la voz y la voluntad de los ciudadanos, y por ello podremos decidir nuestro futuro en paz y libertad.
Quiero saludar también a los amigos que hoy nos vienen a visitar desde distintos lugares: desde Catalunya, la tierra de la que dijo Xabier Lete “zu zera beste aberri, etxe hurbil maitea” (“tú eres mi otra patria, casa cercana y amada”) Josep Antoni Duran y Felip Puig, de CiU; de Catalunya Norte Jordi Vera; de Galiza el compañero Xose Manuel Beiras; de Valencia Josep Maria Panyella; de Mallorca Pere Muñoz y Damià Nicolau; de las Islas Canarias Juan Jesús Ayala, y de Andalucía Juan Carlos Soriano. Del Kurdistán nuestro compañero Carlos Kurdi, y de Africa, concretamente de Angola y Bioko, Virgilio Samakuba y Honorato Mao; de Saboya Claude Gervais y Patrice Abeille, de Occitania Philippe Sour, de Bretaña Pierre Fourel y de Italia Flaminia Baffigo.
Pero hoy quiero recordar especialmente a todos los que ya no están, aquellos que empezaron en San Miguel de Aralar y continuaron con nosotros hasta los Alderdi Eguna de los últimos años: eran los abuelos del uno, los padres del otro, o los hermanos o hermanas de aquél, y se nos han ido para siempre. Quiero recordar hoy a todos los que fueron antes que nosotros, porque gracias a ellos estamos aquí, porque si este Parido y este Pueblo han alcanzado el nivel de libertad y bienestar actuales ello ha sido posible por el esfuerzo de las generaciones anteriores, gracias a todos ellos. Aunque hoy no están en estas campas no los olvidamos, y por encima de todo, estamos dispuestos a continuar por el mismo camino que ellos.
Muchos de aquellos jóvenes que hace veinticinco años nos juntamos en las acampadas de EGI, en Olarizu y Aixerrota, hemos venido hoy a Foronda con nuestros hijos e hijas. Y los jóvenes que ahora estáis ahí delante con cara de sueño volveréis dentro de no muchos años con vuestras hijas e hijos, pues tal como decía Xabier Lete: “gu sortu ginen enbor beretik sortuko dira besteak” (“del mismo tronco del que nacimos nacerán otros más”). Esa es la canción de nuestro pueblo, la que habla de esa cadena que no se rompe a pesar del paso de los años, y es labor de un abertzale que no se rompa jamás.
En este vigésimo octavo Alderdi Eguna no quiero olvidarme del hombre que durante veinticinco años nos ha hablado en este mismo lugar, de quien ha sido el líder de nuestro partido durante los veinticinco años más fructíferos del movimiento abertzale: Xabier Arzalluz.
Sé bien, Xabier, que no eres amigo de homenajes. Sabemos que, como dijiste en el Palacio Euskalduna, prefieres salir por la puerta pequeña, pero de donde no puedes salir es de nuestro interior.
Aquí sigues, Xabier, y yo querría que hoy estas campas de Foronda sean un sencillo homenaje para ti. Tú quizás lo expresarías con palabras mucho más hermosas; yo, en cambio, Xabier, no puedo hacer otra cosa que darte las gracias en nombre de todos los que aquí estamos.
Este año 2004 conmemoramos tres aniversarios: el centenario del nacimiento del lehendakari Agirre, el centenario de EGI y el veinticinco aniversario del Estatuto de Gernika.
Hace 100 años nació el lehendakari Agirre. Estamos orgullosos de ser los continuadores de José Antonio Agirre. Somos hijos de Agirre, de Manuel de Irujo, de Juan Ajuriagerra, de Xabier Landaburu, de Joseba Rezola, del lehendakari Leizaola...Y de toda aquella generación que luchó en el frente contra el fascismo. Que sufrió consejos de guerra. En muchos casos fusilamientos. Y que tuvo que partir al exilio. Con la esperanza de volver algún día a una Euskadi libre. Nos sentimos orgullosos de nuestros mayores.
El lehendakari Agirre es el referente de aquella generación. Ha sido posiblemente el vasco más relevante del siglo XX. Si, en lugar de lehendakari de un pueblo masacrado, hubiera sido presidente de un Estado más, se hablaría hoy de él como uno de los estadistas europeos más relevantes del siglo.
No le perdonaremos nunca a Aznar que, a través de la mentira y la manipulación, haya intentado manchar de violencia el nombre del Partido de Agirre, Ajuriagerra e Irujo. No olvidaremos nunca que Aznar usó todo el aparato político y mediático del Estado para desprestigiar y asociar el nacionalismo vasco con la violencia. El lehendakari Agirre y su generación vivieron la mentira y la manipulación de Gernika. Nosotros hemos vivido durante cinco años la mentira de la complicidad con ETA. Han engañado a muchos españoles de buena fe. No olvidaremos nunca esta manipulación.
Porque Agirre tuvo claro que los nacionalistas vascos siempre elegiríamos la libertad y la democracia frente a la intolerancia y el fascismo. Y sus herederos sabemos bien que ETA representa la intolerancia. Que amenazar a concejales, atacar a ertzainas, llevar la angustia a sus familias, o extorsionar a empresarios por no doblegarse a su chantaje, es sencillamente fascismo. Porque el valor supremo de la vida humana es algo que aprendimos también de Agirre y su generación.
Es emotivo leer la carta que el consejero Espinosa escribe a su lehendakari Agirre momentos antes de ser ejecutado en la prisión de Vitoria. Termina diciéndole: “Nada más, querido amigo y siempre presidente. Cuando la historia nos juzgue a todos, sabrán que nosotros hicimos lo indecible por evitar la muerte a los presos y por conservar el respeto absoluto a toda idea opuesta a la nuestra. Te abrazo hasta siempre”.
Trataron de mantener la dignidad y los derechos de los presos bajo su custodia. Estos eran sus valores. Estos mismos valores son hoy los nuestros. Por ello exigimos que ese mismo respeto se aplique también a los familiares de presos obligados a desplazarse largas distancias para visitar a sus seres queridos. Por muy crueles que sean los delitos que esos presos hayan cometido, sus padres, sus madres, sus hermanos y sus hijos son inocentes. Y nadie tiene derecho a aplicar una política vengativa sobre ellos.
Estos fueron los valores de Manuel de Irujo, cuando dimitió en agosto de 1938 como ministro de Justicia de la República por negarse a firmar penas de muerte. Todo esto está en la base y en el corazón de este Partido, y todo aquél que vaya contra la libertad y la dignidad humana sabe que nos tendrá siempre enfrente.
La otra gran pasión del lehendakari Agirre fue su defensa de la nación vasca. Siempre buscó una relación respetuosa con el resto de pueblos del Estado, pero desde la aceptación de nuestra libertad como nación y nuestra libre voluntad a participar de ese proyecto. Esta posición forma también parte del acervo del Partido Nacionalista Vasco.
Hace 26 años, después del Alderdi Eguna de Olarizu, el Partido celebró una Asamblea Nacional para fijar su posición ante la Constitución. En aquella Asamblea, en otoño del 78, el EBB presentó una reflexión sobre la Constitución, que decía: “Como Partido Nacionalista, difícilmente podemos estar conformes con un concepto del Estado del que emana, como depositario de toda soberanía originaria, cualquier autonomía siempre otorgada desde el poder central”.
Esta fue nuestra posición en 1978 y ésta es también nuestra posición en 2004. Que sepa pues el presidente Zapatero ahora que se abre una reforma constitucional: los vascos sólo aceptaremos participar en un proyecto de Estado en el que podamos participar voluntariamente, desde nuestra libre decisión. Esa es la clave. No fue posible en 1812. No fue posible en 1931. Tampoco fue posible en 1978, y por ello la mayoría de la sociedad vasca no aceptó el texto constitucional. Nunca aceptaremos una Constitución española que no nos reconozca este derecho.
El lehendakari Agirre fue también un gran europeísta. Hoy en día, cuando incluso jacobinos como Borrel o Mayor Oreja dicen que apuestan por Europa, conviene recordar que somos hijos de Agirre, Irujo, Landaburu, Rezola y de la generación que hizo la guerra al fascismo, sufrió el exilio y contribuyó al nacimiento de la Europa política.
De esa generación, que como dijo Manuel de Irujo, pronto se dio cuenta de que esa Europa no era la de los pueblos que nosotros buscábamos, sino la de los Estados.
Pero que esa unión de Europa, aunque la dirijan ahora los Estados, es la que va a permitir que las fronteras se vayan difuminando y podamos ser en el futuro una nación en Europa.
Nadie puede decir, sin embargo, que es más europeísta que nosotros, que el Partido Nacionalista Vasco, que estuvo en presente en la creación de la Unión Europea de la mano de Agirre, Landaburu e Irujo. Y estuvimos allí no porque fuéramos clarividentes y los demás no, sino porque somos un pueblo dividido por una frontera.
Fue así porque los pueblos divididos por fronteras y las naciones sin estado somos los más entusiastas defensores de Europa, pero hemos sido audaces, y hemos pedido siempre una Europa unida, sin ejércitos, fronteras, diplomacia ni embajadas estatales, precisamente porque nuestra opción es que esa Europa unida tenga una única voz y representación en todo el mundo.
Agirre fue muy consciente de que somos un pueblo que vive en dos Estados. De que los vascos sólo podremos tener una Euskadi unida, con Hegoalde e Iparralde, si el proceso de unión europea avanza y algún día la frontera del Bidasoa desaparece definitivamente. Que, si el proceso europeo no avanza, Iparralde y Hegoalde estaremos más lejos. Y una Euskadi desde el Adour al Ebro, y de las Encartaciones a Zuberoa, es y será siempre nuestro objetivo político. El día que olvidemos esto no merecerá la pena militar en este Partido.
Agirre era, además, un euskaltzale que cultivó y dominó perfectamente su idioma amado, y que se lo enseñó a todos sus hijos e hijas, igual que hoy ha hecho el actual lehendakari Ibarretxe. Igual que nos sentimos orgullosos del lehendakari Agirre nos sentimos orgullosos hoy de ti también, porque tú eres y serás nuestro Lehendakari.
Este año cumplimos también el centenario de EGI. Y no quiero pasar por alto este aniversario. Estoy muy orgulloso de haber sido militante de EGI. EGI me enseñó a amar a este país. EGI me enseñó los valores políticos básicos que han guiado mi militancia: la nación vasca integradora, la libertad, el respeto a los derechos humanos, la justicia social. Le debo mucho a EGI. Por eso apelo en primer lugar a los órganos del Partido. Tenemos que dar a estos jóvenes las oportunidades de participar en la vida política del Partido que nosotros tuvimos. Tenemos que darles la oportunidad de acertar y equivocarse. Tenemos que hacer de EGI el referente de las políticas del Partido hacia los jóvenes.
Pero hacia los jóvenes del Partido quiero mostrar sobre todo exigencia. Teneis que exigiros formación. Teneis que exigiros a vosotros mismos ambición. Sed críticos pero sobre todo autocríticos. Os necesitamos más que nunca.
Pero os necesitamos formados. Tenéis la responsabilidad de dar continuidad al compromiso de construcción de la nación vasca que este Partido representa. He empezado hablando de “gu sortu ginen enbor beretik sortuko dira besteak”. “Zuek zerate ardaxka gazteak”. Tenéis una responsabilidad histórica, sobre todo en un momento en el que este Partido va a ser el motor de un nuevo marco de autogobierno que va a alcanzar este país. Porque es el momento en el que vamos a decidir nuestro futuro en paz y en libertad.
Os pido compromiso. Y sobre todo valores. El valor del respeto, respeto a las personas, respeto a sus derechos, respeto a la convivencia, respeto a las decisiones democráticas de una sociedad, respeto a las minorías, respeto a la cohesión social, apoyo a los más desfavorecidos, respeto al diferente...
Estos son los valores que tiene que defender un joven de EGI. Y, además, compromiso. Compromiso con un proyecto de país, frente al que entiende la política como un medio de poder, de influencia o de luchas interesadas.
Y sobre todo, nunca anidéis el odio en vuestro corazón. Ni a los que nos insultan, ni a los que nos amenazan, ni a los que nos desprecian. Esa es la grandeza de este Partido, y es vuestra obligación mantenerla. Siguiendo el ejemplo de personas como Lurgorri, que nunca odiaron, nunca pidieron y lo dieron todo, hasta su vida, por este país.
Y se cumplen también 25 años de la aprobación del Estatuto de Gernika. Hace 25 años, en Aixerrota, propusimos nuestro Sí al Estatuto: “Estatutoari Bai”. Han pasado 25 años. Ha habido muchas luces y algunas sombras.
Pero como Partido acertamos en aquella apuesta. Hoy los jóvenes veis con normalidad una tele en euskera. En Año Nuevo de 1983 a algunos se nos saltaron las lágrimas cuando vimos los primeros informativos, telefilms y partidos de fútbol en euskera. Nunca los habíamos visto. Tuvimos que alfabetizarnos en euskera en una gau-eskola. Muchos padres y madres no pudieron transmitir su lengua a sus hijos y hoy, sin embargo, juegan en euskera con sus nietos.
Eran tiempos en los que nuestra economía se caía a pedazos y hoy, sin embargo, estamos por encima de la renta europea. Conseguimos el Concierto Económico y la capacidad para dar la vuelta a nuestro pueblo como a un calcetín. Hemos desarrollado nuestra propia Ertzaintza... Podemos decir con orgullo como Partido que no hemos sido los únicos en conseguir estos logros, pero que hemos sido los principales motores de este avance, sus impulsores más activos y comprometidos.
Pero ha habido también sus sombras. Aquel Estatuto fue un Pacto. Un Pacto entre dos partes que se comprometieron a respetarlo. Pero una de ellas lo ha incumplido: 25 años más tarde siguen sin producirse las transferencias en Investigación, y la Seguridad Social y las políticas de empleo no se han puesto en manos de las Instituciones Vascas. Solamente con el excedente anual de Seguridad Social e INEM en Euskadi --lo que cotizamos menos las prestaciones--, podríamos construir cinco Guggenheim al año. Para que luego digan los economistas al servicio del régimen que la propuesta del Lehendakari nos lleva a la ruina. Además, continuamente Madrid ha aprobado leyes desde el Congreso que nos han mermado nuestro autogobierno. Lo han hecho en Educación, en la Universidad, en Sanidad. Han roto aquel pacto y lo han aplicado unilateralmente como les ha venido en gana. Nos cambian las reglas de juego a su antojo.
Y nos han impedido estar presentes en la Unión Europea, allí donde se toman las decisiones, evitando que podamos defender nuestro autogobierno. Si el Gobierno Vasco hubiese podido estar estos últimos años en Bruselas, defendiendo un sector naval competitivo, posiblemente no tendríamos ahora una Naval de Sestao camino de la quiebra de la mano del PP en primer lugar, y ahora del PSOE.
Por eso necesitamos un nuevo autogobierno. Queremos que Euskadi pueda seguir construyendo un sistema educativo y universitario propio. Que, desde el respeto a nuestra identidad, nos permita formar a nuestros jóvenes en un mundo abierto. Por eso queremos sacar adelante la propuesta de Nuevo Estatuto Político.
Queremos tener todos los instrumentos económicos en manos de las instituciones vascas. Que no tengamos que llevar 21 años desde el primer esbozo del tren de alta velocidad sin que se haya movido una excavadora. Necesitamos el Nuevo Estatuto Político para crear riqueza y generar empleo en el mundo que nos viene.
Es tiempo de estar en todas partes. Necesitamos estar presentes en Europa, donde se toman las decisiones. Para que podamos defender allí el sector naval. O los incentivos a empresas que crean empleo. También por esto queremos un nuevo pacto. Un nuevo Estatuto con garantías.
Necesitamos establecer un modelo respetuoso de relación entre Euskadi y el Estado.
En el que participemos, en el que nos comprometamos, pero siempre desde nuestra libre decisión, y teniendo en nuestra mano la capacidad de definir qué instrumentos, qué políticas, qué herramientas tienen que estar en nuestras manos para hacer frente a los problemas. Por esto también queremos la propuesta de Nuevo Estatuto Político.
Yo no pude votar el Estatuto de Gernika. Casi la mitad de los que estamos aquí no pudimos votar el Estatuto. No teníamos edad. También nosotros queremos decidir nuestro futuro. Y nos vamos a empeñar en ello.
La calidad de vida y bienestar de que la sociedad goza han sido, fundamentalmente, fruto de nuestro autogobierno. Prueba de ello, hemos alcanzado el nivel medo de riqueza de Europa en distintos ámbitos e indicadores: renta, ocupación, investigación en empresas…
Sin embargo es ésta la hora de avanzar más que nunca. Euskadi debe comenzar a tomar como modelo para sí aquellos que hoy en día son los territorios más adelantados de Europa: Finlandia, Baviera, Flandria, Baden-Wütenberg y otros como ellos. Pero para eso necesitamos otro nivel de autogobierno, con mayor capacidad de renovación y más moderno, cercano a la realidad de los ciudadanos y que cuente con el apoyo de la sociedad vasca. Necesitamos un nuevo Estatuto para que Euskadi sea pionera en Europa, para que vivamos en paz, para que los vascos y vascas podamos decidir nuestro futuro con ilusión y confianza, sin ninguna incertidumbre sobre cuáles son nuestras posibilidades.
Verdaderamente los vascos tenemos por delante la tarea más hermosa de los últimos tiempos…
Sí. Tenemos entre manos la tarea más apasionante que ha tenido hace tiempo una generación de vascos. Y no podemos permitir que ni el inmovilismo, ni el centralismo negador de nuestros derechos colectivos, ni mucho menos la violencia de ETA nos impidan avanzar y decidir nuestro futuro. Van a tratar que no lo consigamos en esta primera fase. Por eso si este otoño tenemos 36 parlamentarios y nos hacen falta 38, iremos a conseguirlos. Porque estamos empeñados en sacar a este país del túnel en el que a algunos les gustaría que siguiésemos. No es empecinamiento. Es voluntad democrática. Es tenacidad. Es el Partido Nacionalista Vasco. Hoy un vasco o una vasca es más importante que nunca. Cada uno de nosotros tiene toda la fuerza en su mano. Si los vascos nos movilizamos este año, si creemos en nuestras fuerzas. Si apostamos por construir el futuro que queremos, vamos a salir adelante.
Yo quería pediros hoy algo muy especial. Esta no es ya la propuesta del Lehendakari.
Es la propuesta de muchos vascos y vascas. De los que creemos que este País merece la pena. De los que queremos un autogobierno para los nuevos tiempos que vienen. De los que queremos que los vascos podamos decidir el tipo de relación que queremos con el Estado español. De los que nos queremos ver en Europa y en el mundo. De los que soñamos con una Euskadi en paz por la que merece la pena arriesgar, una Euskadi que decida su futuro. Geuk erabakitzeko ordua da. Ahora podemos decidir.
Hoy tenemos que salir todos de aquí con un compromiso. Compromiso de trabajar en nuestra familia, en nuestro trabajo, con nuestras amistades. Porque la paz, la convivencia y el respeto a la voluntad de todos nosotros merecen la pena.
Al igual que hace 25 años salimos a la calle para que este país tuviera autogobierno, hoy, tenemos que retomar las alpargatas y el boca a oído, para que esta pueblo decida su futuro en paz y en libertad.
Os pedimos y apelamos. A cada uno de vosotros. Pedimos compromiso. Pedimos movilización. Apelamos a la fuerza que cada persona tiene. Estamos en un año crucial. Si acertamos, y sólo depende de cada uno de nosotros, nuestros hijos e hijas nos lo agradecerán. Ganaremos el futuro. Porque somos una nación y lo vamos a seguir siendo. Esta ha sido, es y será siempre la razón de ser del Partido Nacionalista Vasco.
Gora Euskadi Askatuta