Buenas tardes a todos, compañeros y compañeras. Nuestro Lehendakari ha mencionado al Lehendakari Agirre, y nosotros, como miembros del Partido Nacionalista Vasco, nos sentimos orgullosos de haber tenido en el Partido a una persona de la talla de Agirre, al igual que hoy, en 2004, estamos orgullosos de que sea Ibarretxe nuestro lehendakari.
En este Aberri Eguna, que como ha dicho el Lehendakari se celebra en todo el mundo, quiero hacer llegar en nombre de todos nosotros un abrazo hasta Tinduf, en pleno desierto del Sáhara, donde una delegación vasca está celebrando el Aberri Eguna con los saharauis allí refugiados, y espero que algún día podamos volver a hacerlo juntos, pero entonces en un Sahara ya libre.
El de hoy es el último Aberri Eguna que celebramos en esta Feria de Muestras, porque el próximo año lo haremos en la nueva Feria. Fue aquí mismo donde vivió Jesus Inzausti “Uzturre” sus últimos Aberri Egunas. Uzturre murió hace trece años, y hace precisamente trece años, al día siguiente de acudir al Aberri Eguna, escribió: “Incluso cuando sentimos encima la fría zarpa de la vejez resulta hermoso como nunca el Aberri Eguna, porque hace aflorar en los viejos corazones aquellas esperanzas de juventud, tal como ha hecho en mi corazón esta última celebración. Me he sentido rejuvenecido, y si cualquier año con sus días resulta grato proclamar palabras que encierran verdades, más aún lo es el Aberri Eguna. El día de la patria no es el día de las verdades a medias, que no se engañen sobre cuál es nuestra meta, adónde vamos y adónde queremos llegar. Por eso anoche, cuando terminó el Aberri Eguna, salí de la Feria de Muestras rejuvenecido; rejuvenecido y esperanzado” (Uzturre, 12 de abril de 1991).
Jesús, hoy, día de la patria, día de nuestro renacimiento como nación, quiero proclamar que somos los continuadores del Lehendakari Agirre, de Landaburu, de Irujo, de Rezola, de Leizaola, de Ajuriagerra y también tus continuadores, y que tenemos bien claro cuál es nuestro objetivo, adónde vamos y adónde queremos llegar. Somos una nación, queremos ser dueños de nosotros mismos, y lograremos que la sociedad vasca pueda decidir en paz y libertad sobre su futuro. Porque así se lo debemos a nuestros antecesores, a quienes vivisteis hasta el final por la patria, y porque la nación vasca tiene todo el derecho democrático de decidir cuál será su futuro en paz y libertad.
Somos una nación y queremos construir nuestra nación vasca. Y este es nuestro objetivo, y siempre lo ha sido, y en cada momento hemos buscado los caminos más adecuados para conseguirlo. Ya hace 25 años empezamos a subir un camino. Nos decía entonces Xabier Arzalluz en los mítines, muchos recordaréis cuando nos decía: "Tenemos que seguir hacia adelante subiendo por los caminos. Y veréis a muchos que se salen del camino y van por los atajos, pero, no os preocupéis, dentro de unos años estarán cansados, estarán tirados en la cuneta, y nosotros seguiremos adelante subiendo el camino". ¿Os acordáis de todos aquellos que nos decía Xabier Arzalluz que nos iban a pasar por los atajos? La mitad están ahora en ¡Basta Ya! y la otra mitad han dejado una herencia de dolor, tragedia y sufrimiento para este país. ¡Veinticinco años perdidos! Y nosotros seguimos por el camino. Y en ese camino hemos tenido muchas dificultades pero hemos conseguido un buen campamento base: tenemos instituciones vascas; tenemos Parlamento vasco, representante de la soberanía de los vascos; tenemos un Gobierno, tenemos un Concierto Económico; tenemos nuestra propia Policía; tenemos medios de comunicación públicos vascos, EITB; tenemos políticas propias. Veinticinco años después, agradezco de todo corazón a aquella generación que liderada por Xabier Arzalluz ha conseguido que tengamos este campamento base, Y tenemos el campamento base pero aquí estamos, con vocación de aprovechar el buen tiempo y emprender la ruta porque tenemos un buen equipo de alpinistas: PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida, cordada estratégica de la expedición para ahora y para los próximos tiempos; y tenemos un buen cabeza de expedición: el lehendakari Ibarretxe. El lehendakari y todos los militantes y las militantes del Partido vamos a empujar con fuerza en esa cordada. Y tenemos además proyecto adonde llegar, tenemos mapa y tenemos brújula. Lo definimos en febrero de 2001 en el Kursaal: sí a la vida, si al diálogo, sí al respeto a la voluntad de la sociedad vasca, y sí a la solidaridad. Lo hemos desarrollado con la propuesta del lehendakari. Tenemos un mapa con un nuevo Estatuto político en el que la sociedad vasca quiere decidir un pacto con el Estado desde el respeto a nuestra voluntad nacional y a nuestra capacidad de decisión. Tenemos equipo y tenemos víveres. Nos los ha dado la sociedad, la sociedad vasca; nos los dio el 13 de mayo del año 2001 y nos los ha revalidado el 14 de marzo, exactamente hace cuatro semanas. El Partido ha obtenido el mejor resultado de su historia en unas elecciones generales, y la coalición PNV-EA-Izquierda Unida, los tres partidos juntos hemos obtenido mayor porcentaje de votos incluso que el 13 de mayo del año 2001, en unas elecciones generales
[1].
Tenemos cordada, tenemos alpinistas, tenemos cabeza de expedición, tenemos víveres, tenemos mapa para la ruta, y una cosa muy importante: tenemos voluntad de subir con el conjunto de la sociedad para construir nuestra nación. No queremos que nadie quede en el camino, y queremos incorporar a nuestra cordada al conjunto de la sociedad vasca; eso sí, queremos dejar dos cosas bien claras. La primera, que nadie venga a romper la cuerda; sólo desde el respeto a todos, a los derechos de todas las personas puede iniciarse el camino. Y una segunda cosa que queremos dejar bien clara: que nadie venga exigiendo que debemos renunciar a la expedición. Estamos abiertos a debatir cómo subir, hacia dónde, en qué condiciones, incluso estamos dispuestos a vivaquear alguna noche si hace falta. Entre todos tenemos que decidirlo democráticamente, pero en ningún caso vamos a renunciar a emprender el camino.
Queremos construir nuestra nación, una nación para todos los ciudadanos vascos, compuesta por personas libres. Antes el Lehendakari ha mencionado la inmigración, y lo ha hecho de una hermosa manera, porque aunque entre nosotros hay personas de orígenes diferentes todos formamos una misma nación, porque lo que nos une no es la procedencia ni el lugar de nacimiento de cada uno de nosotros, sino el objetivo y el afán por construir el futuro codo con codo. Algunos sois de Bilbao, otros de Barakaldo, otros de Senegal o de Cáceres, y otros hemos nacido en Zumarraga, pero por encima de ello formamos entre todos una patria, en la que juntos vivimos, trabajamos, soñamos, sufrimos, lloramos y amamos. Eso es lo que nos une, y como nación que somos queremos elegir juntos nuestro futuro, en paz y en libertad.
"Queremos construir una nación vasca solidaria", escribió Javier Landaburu en el año 1946 -hace ya mucho tiempo, 58 años-, en el exilio; un miembro más de toda aquella generación que sufrió cárcel, fusilamientos, exilio y persecución. Decía Landaburu: "Si el nacionalismo pretende reconstruir la nación, su programa de edificación nacional tiene que tener un contenido social". Y esto es un elemento muy importante en el proyecto del nacionalismo vasco. Vivimos en un mundo en el que parece que sólo predomina y sólo manda el mercado, en el que para muchos sólo priman los intereses económicos, en el que hay un individualismo atroz, en que cada uno este mundo, en el mercado, anda prácticamente como si estuviésemos en la ley de la selva, y faltan elementos de cohesión entre las personas. Y nosotros tenemos una cosa muy importante: tenemos un sentimiento de pueblo, tenemos un sentimiento de nación que nos une y nos vincula a todos, nos hace partícipes de algo a todos juntos. Y hoy en día, en este mundo en el que para muchos el mercado y el individualismo son las cosas que predominan, la nación es un medio para garantizar la solidaridad entre todas las personas. El parado, el enfermo de SIDA, el anciano, el minusválido... son todos parte de nuestra nación. Y no podemos, nunca podríamos hablar de nación si no tenemos actuaciones solidarias hacia todos estos colectivos; y no tenemos derecho a hablar de la nación vasca si no trabajamos para que todos los que formamos y componemos esta nación vasca, especialmente los más desfavorecidos, tengan un sitio digno en la misma, en la nación que todos conformamos. Hoy en día, la comunidad nacional, el formar todos parte del mismo pueblo es la mejor arma que tenemos para tener una sociedad solidaria. Y el nacionalismo vasco debemos de ser un movimiento solidaridad en la nación vasca, porque el inmigrante, el minusválido, el parado, todos los que sufren una situación de desigualdad o de injusticia en este país son parte de nuestra nación. Y no es casualidad, no es casualidad que sea precisamente en Euskadi, con un fuerte sentimiento identitario, donde se llevan a cabo las políticas más progresistas en el ámbito social; es fundamentalmente por ese sentimiento profundo de comunidad y de nación que tenemos. Y hoy en día el nacionalismo vasco es el proyecto más efectivo contra la insolidaridad en nuestra sociedad vasca.
Necesitamos que esa patria cuyo día conmemoramos y que todos nosotros constituimos sea aún más solidaria, y por ello la labor de construcción nacional necesita de hombres y mujeres libres, pues ninguna nación es verdaderamente libre si no lo son todos sus miembros. Tampoco en nuestro país, en Euskal Herria, hay lugar para el asesinato, el chantaje ni la violencia, sino para las personas libres, y pido por ello a ETA y a la Izquierda Abertzale que la violencia y la amenaza desaparezcan de una vez por todas de nuestra tierra, que escuche ETA la voluntad de este pueblo y que no arruine su ilusión, porque la paz y la libertad de las personas son condiciones indispensables para poder construir una nación y una sociedad libres.
Y para que la nación sea libre deben cumplirse los derechos democráticos de todos, y el Estado también debe de velar por ellos y hacerlos cumplir; porque hemos visto lo que han supuesto los últimos años de gobierno del Partido Popular: un continuo recorte de libertades y un vulneración de derechos. Y el Partido Socialista tiene una responsabilidad a la que debe hacer frente; hacer frente a la regeneración democrática frente a la vulneración y recorte de libertades que el Partido Popular ha impulsado en el Estado español. Y vamos a estar vigilantes, porque se debe desandar el camino emprendido por el Partido Popular; tienen que poner el contador a cero. Y en este sentido vamos a exigir que se deje de utilizar la política penitenciaria como venganza a las personas, como se está haciendo en el día de hoy; y vamos a impulsar, vamos a impulsar también el que se construya un Estado de Derecho en el que nunca más se cierren periódicos, como tuvimos que verlo hace 14 meses con el cierre de "Egunkaria". Y vamos a estar vigilantes en el cumplimiento del Estado de Derecho para que nunca más se ilegalicen opciones políticas en este país; y también vamos a exigir la modificación del Código Penal, porque no vamos a permitir que un representante institucional, ni el lehendakari, ni un alcalde, ni nadie, vaya a la cárcel por consultar a los ciudadanos y a las ciudadanas cuál es su voluntad. Vamos a exigir que se acabe con la interferencia del poder político en la Justicia. ¿Qué va a pasar? ¿se va a seguir persiguiendo judicialmente a personas de la integridad de Juan Mari Atutxa por defender la dignidad y la soberanía del Parlamento vasco?
Estamos orgullosos de ti Juan Mari, al igual que estábamos hace ocho años cuando otros te amenazaban por defender también a las instituciones vascas, a su Policía, y cuando tenía que colgar una pancarta del Ayuntamiento de Lemona diciendo "Juan Marigaz". Entonces y ahora has defendido las instituciones vascas y estamos orgullosos de ti. ¡Aupa Juan Mari!
Y deberá democratizar el Partido Socialista también la Justicia para que acabemos con este triste espectáculo de fiscales sumisos al Partido Popular, como Cardenal y los suyos, que su última actuación ha sido amenazar con un posible delito a Alvaro Iturritza, Natalia Rojo, y a Florentino Martínez. ¿Dónde estaba?
Álvaro, cometisteis el terrible delito de manifestaros el día 13 de marzo diciendo que el Partido Popular estaba mintiendo y estaba manipulando a la población...
Somos un pueblo pequeño, vigoroso pero pequeño, y aunque la Biblia nos habla de David porque en una ocasión venció a Goliat, todas las demás veces fue Goliat el vencedor, y nosotros somos pequeños, como David. Es por eso que necesitamos de la colaboración con los otros; es por ello que en su día firmamos y hoy seguimos impulsando la Declaración de Barcelona, por eso refundamos Galeusca y apostamos por el trabajo en común de Galiza, Euskadi y Catalunya. Las tres juntas trabajaremos y defenderemos este proyecto a nivel del Estado, porque Euskadi, Catalunya y Galiza somos naciones que necesitan del apoyo mutuo para que su carácter de nación sea reconocido. Con ese mismo objetivo y espíritu de colaboración acudiremos juntas también a Europa, para poder proclamar en Europa que queremos un único proyecto europeo, pero que para eso Europa debe respetar a todos los pueblos y naciones que la constituyen.
Europa no ha de ser sólo un superestado con poderes más fuertes que los Estados europeos actuales, con un ejército superior a los ejércitos que hoy se llaman nacionales; si sólo fuera eso, apenas valdría la pena crearla. Europa ha de ser federal o confederal; nunca podrá ser centralista y monolítica. Hay que tratar de hacer de ella no ese superestado que administra carbón, acero y bayonetas, sino una superpatria que cobije a todos los ciudadanos, a todos los pueblos europeos que hoy están incómodos o perseguidos, o que no tienen modo directo y libre de expresión. Lo escribió Javier Landaburu en la revista "Alderdi", en junio de 1953, hace 51 años, y este lema "Una Europa: pueblos diversos", es un lema hijo de aquella generación del lehendakari Agirre y de Landaburu. Hemos cumplido el 6 de marzo el centenario del nacimiento del que posiblemente ha sido el hombre más grande y universal que las vascas y vascos hemos tenido en el siglo XX: el lehendakari Agirre. Y porque tenemos esa herencia del lehendakari Agirre y de su generación, queremos reafirmar que nuestro objetivo es una Europa políticamente unida. Por eso vemos con buenos ojos que Europa tenga un proyecto de Constitución. Aunque no sea el que más nos guste, aunque todavía en esta Constitución no exista un tratamiento adecuado para las diferentes naciones que no somos Estado y que también componemos ese proyecto europeo, pero es un paso adelante en la dirección correcta; un paso adelante en la desaparición de las fronteras en esa Europa que tanto nos han hecho sufrir, y especialmente a un pueblo como el nuestro, que hemos estado en los últimos siglos divididos por una frontera entre dos Estados, que nos ha partido el corazón y también el alma como pueblo. En este sentido, siempre vamos a apostar por un proyecto europeo unido. Y habrá dificultades, como las del anticonstitucionalista Aznar, que afortunadamente ya pertenece al pasado, pero que ha sido el mayor obstáculo para que Europa tenga una Constitución: el Sr. Aznar. Y queremos que esta Europa respete la diversidad de pueblos y naciones que hay en su seno, y de culturas y de lenguas. Queremos participar en todos los foros europeos. Porque hoy en día tenemos que estar en Bruselas, tenemos que estar en París, tenemos que estar en Shanghai, tenemos que estar en Säo Paulo; las vascas y los vascos tenemos que estar en todos los sitios en los cuales se están jugando los intereses de las ciudadanas y ciudadanos de este país, y el bienestar, el empleo y la calidad de vida exigen esa presencia. Por eso el lehendakari ha planteado un autogobierno moderno, un autogobierno innovador, un autogobierno renovado, que va a permitir que los vascos podamos estar presentes también en muchos lugares del mundo con presencia institucional, y donde se toman las decisiones, para que podamos asegurar el bienestar y la calidad de vida futura de este país. Necesitamos tu propuesta lehendakari, y la necesitamos también para poder conseguir bienestar para las futuras generaciones de este país.
Voy a terminar. Habéis visto que ahí, en el cartel del Aberri Eguna, además de lema de este año aparece un también un niño, y yo quiero dirigiros un mensaje a todos y todas las los jóvenes y a los niños y niñas que, como ése, serán los jóvenes del mañana: “Debéis construir el futuro y decidir cómo ha de ser”. Esa es el desafío para la nueva generación: trabajar por un proyecto de Europa unida, sin olvidaros de trabajar y esforzaros del mismo modo para que nuestra nación vasca tenga su propio lugar en ese proyecto.
Tengo 40 años, 16 cuando se votó el Estatuto de Gernika, y por ello no pude participar en aquel referéndum; pegué carteles a favor del Estatuto, pero no pude votar, igual que de entre vosotros no pudieron hacerlo quienes ahora tienen menos de 42 años. Hoy queremos tomar nuestras propias decisiones, construir nuestro porvenir, poder votar y opinar sobre nuestro autogobierno, para poder dotarnos de los instrumentos de autogobierno necesarios para nuestro futuro y el de nuestras hijas e hijos. Hemos de lograrlo porque como nación que somos precisamos de ese autogobierno que garantice bienestar, crecimiento económico y calidad de vida para todos los vascos y vascas. Por eso y por algo más: porque tenemos derecho a construir democráticamente nuestro futuro y a decidir nuestro nivel de autogobierno. En paz y en libertad.
Seguid, pues, por este camino; prosigamos con el trabajo emprendido por las generaciones anteriores, y así podremos dejar a las siguientes los instrumentos con que construir su porvenir. Esa es, pues, nuestra labor, un reto para el que necesitamos formación, preparación y compromiso.
Pero, por último, no olvidemos una cosa: no hemos de aprender y formarnos por un simple afán de bienestar personal, no olvidemos que tenemos otro compromiso en el que también hemos de ser firmes, y que no es otro que el compromiso con nuestra patria. Lo dejó Lauaxeta escrito desde su celda: "Dana emon biar jako maite dan askatasunari".
Gora Euskadi Askatuta!
[1] Fin de la cara A y comienzo de la B.