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14Enero
2006
14 |
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Josu Jon Imaz (ABC)

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Enero 14 | 2006 |
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Imaz: "No hay que obstaculizar el tránsito a la democracia de Batasuna"
El presidente de la ejecutiva del PNV, Josu Jon Imaz, no espera que la asamblea convocada para el próximo sábado por Batasuna depare grandes novedades. En un momento en el que su partido está hablando «bastante» con la izquierda abertzale, el dirigente nacionalista dice que le gustaría «escuchar de labios de Batasuna una apuesta clara e inequívoca por las vías políticas y democráticas», pero reconoce que no le consta que eso se vaya a producir el día 21.
 
-Estamos, según el PNV, «ante una de las oportunidades más importantes de los últimos 27 años para lograr la paz». ¿Qué circunstancias cree que deben producirse para que se cumplan las expectativas respecto a un posible final de ETA?
 
-Creo que hay un proceso de maduración política en el mundo de la izquierda radical, que durante años ha estado en el entorno político de ETA y que ahora aspira a dar el salto a la política y a la democracia. Esto no está terminado todavía y ahora le corresponde a ETA anunciar el cese definitivo de la violencia y el Gobierno de Zapatero puede ayudar a avanzar con iniciativas como la humanización de la política penitenciaria.
 
-Parece que el PNV tiene información diferente del mundo de ETA en función de quién la transmita, porque mientras Joseba Egibar afirmaba recientemente que la organización tenía asumida la paz, un comunicado de la dirección del partido advertía que las expectativas se podían frustrar.
 
-Esas declaraciones se realizaron en una proyección de expectativas para 2006 y, evidentemente, todos anhelamos que éste sea el año en el que ETA tome la decisión definitiva, pero eso no es incompatible con una cierta prudencia en el análisis, en el sentido de que de las informaciones que tenemos deducimos que ese paso debe darse y esperamos que se dé a corto plazo.
 
-¿Es fácil saber a quién corresponde la decisión, es decir, quién manda realmente en ETA?
 
-No, y además creo que tampoco tenemos que distorsionar el debate con análisis respecto a quién manda realmente en ETA y qué piensan unos y otros. Sería un análisis complejo, por las relaciones que se dan en una organización terrorista, donde muchas veces los elementos más radicalizados pueden tener determinadas improntas.
 
-¿Tiene el PNV alguna posibilidad de influir en esa decisión?
 
-No. Aunque lo hayamos hecho en el pasado, en estos momentos no vamos a hablar con ETA. Lo estamos haciendo, y bastante, con Batasuna en los últimos meses, porque creemos que es absolutamente necesario establecer canales de diálogo con organizaciones políticas que representan a una parte de la ciudadanía. Si el Gobierno tiene que hablar con ETA, en el marco de la resolución del Congreso de los Diputados, porque entienda que hay señales inequívocas en ese mundo, que lo haga, y cuando lo haga, prefiero enterarme el último día.
 
-¿Qué cree que ha cambiado para que Zapatero abogue ahora por el derecho de reunión de Batasuna?
 
-No lo sé, pero en este tema lo que creo es que hay que dejar a un lado los fariseísmos y reconocer que ha habido un recorte de libertades y de derechos fundamentales durante la etapa de Aznar y que eso tiene que terminar. El PNV va a abogar por el respeto a derechos fundamentales, como el de reunión, porque sería un disparate impedir que trece mil personas se reúnan.
 
-¿Cómo interpreta el hecho de que el anagrama de ETA esté en la convocatoria de Batasuna?
 
-Me parece absolutamente rechazable que alguien reivindique el anagrama de ETA, porque en mi escala de valores el respeto a la vida es el principio básico.
 
-¿No es ingenuo pensar que Batasuna puede rechazar algún día ese anagrama?
 
-Batasuna forma parte de un movimiento que durante mucho tiempo ha estado en la sociedad dando cobertura política al mundo de la violencia. Eso es una evidencia y creo que en estos momentos ese mundo político puede dar el paso hacia la democracia, por lo que entiendo que lo que corresponde es no obstaculizar ese tránsito.
 
-¿Considera posible que los movimientos actuales en ETA y su mundo político no pretendan otra cosa que la vuelta a los ayuntamientos?
 
-No voy a contradecir la hipótesis que plantea. Creo que lo que nos corresponde en los próximos meses es testar si ETA da pasos firmes para abandonar definitivamente la violencia.
 
-¿Qué podría ofrecerse a ETA a cambio de que deje las armas?
 
-Vamos a tener que trabajar en el terreno de la reparación de las víctimas, porque, si todo va bien, si ETA definitivamente cesa en su actividad, es posible que vayamos a tener en los próximos años situaciones que puedan ser en algunos casos duras para personas que han sufrido en carne viva el terrorismo.
 
-¿La negociación política entre partidos, como parte del proceso de pacificación y normalización, no cree que puede suponer legitimar la violencia como vía para alcanzar objetivos políticos?
 
-El cese de la violencia debe ser el inicio de un proceso de diálogo político. Nunca ese diálogo político debe ser una condición para el cese de la violencia y menos todavía debe aceptarse que el cese de la violencia esté vinculado a un proyecto político, porque eso sí sería reconocer que ha existido legitimación para la violencia.
 
-¿Qué espera de la reflexión que pueda hacer el próximo sábado Batasuna?
 
-No creo que se vayan a producir sorpresas en el BEC. A mí me gustaría escuchar de los labios de Batasuna una apuesta clara e inequívoca por las vías políticas y democráticas, pero no me consta que esto se vaya a producir el día 21. Batasuna puede apuntar en la línea que marcó en su momento en Anoeta y poco más.

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