Entrevistas
24Diciembre
2005
24 |
Entrevistas

Idoia Zenarruzabeitia (Deia)

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Diciembre 24 | 2005 |
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Zenarruzabeitia: "Me gustaría que el PSE fuera capaz de soportar las presiones tras el acuerdo presupuestario"
Tras LA firma del pacto con el PSE-EE, el enfrentamiento con el Gobierno vasco ha continuado. No obstante, la vicelehendakari, Idoia Zenarrutzabeitia, lo afronta con «tranquilidad». Ella negoció en primera persona y conoce los pormenores del acuerdo. Por eso, pide «madurez» a los socialistas y reconoce que la formación de Patxi López se enfrenta a «presiones». Al fin y al cabo, el viraje socialista en el último año ha sido importante y «necesita adaptarse a la nueva situación».

El martesprotagonizó una foto que no se veía desde hacía ocho años. ¿Qué ha cambiado en este tiempo para que pueda darse un acuerdo presupuestario con PSE, impensable hace sólo un año?

Es verdad que algo ha cambiado y cuando los cambios son para bien, bienvenidos. Eso sí, el Gobierno y yo somos los mismos. Siempre hemos manifestado nuestra voluntad de acordar, pero antes nos encontrábamos con un muro. Nuestro objetivo siempre ha sido llegar a un acuerdo lo más amplio posible, pero antes nuestras voluntades chocaban contra el muro de negar el diálogo.

¿Qué ha tumbado ese muro?

Puedo responder sólo desde las percepciones del Gobierno. Nosotros éramos así hoy y hace unos meses, cuando no querían hablar. La pregunta habría que hacérsela a otros. De todas formas, bienvenidos sean los cambios si conllevan lograr redes de acuerdos para el desarrollo económico y social de nuestro país.

Las negociaciones con el PSE se prolongaron hasta última hora del último día ¿Qué cesiones tuvo que realizar el Gobierno?

No me gusta la palabra cesión. Se trata de compartir visiones y de modular nuestras posiciones para llegar a aproximaciones. La cuestión era dialogar, contrastar y compartir el punto de acuerdo.

Pocos días después de aquella foto el PSE lanzó un aviso. Pastor exigió rectificación a la vicelehendakari en cuanto a las cifras acordadas. ¿Qué responde?

Yo cuando firmo acuerdos, es con todas las consecuencias. Suele haber presiones previas y posteriores en el entorno mediático y en otros entornos más propios. Por eso es necesaria la madurez, para las reflexiones previas y para los momentos posteriores al acuerdo. Me gustaría que todos fueran capaces de soportar sus propias presiones y sus propios antecedentes. Se requiere madurez para quien hace ese tipo de amagos. Desde ese punto de vista, yo estoy muy tranquila.

Entonces, ¿a qué responde esa guerra de cifras?

El PSE se adhiere a compromisos del Gobierno que debe gestionar con otras instancias. Al final, los destinatarios de los acuerdos serán los ciudadanos, ése es el valor de los acuerdos. ¿Que cuánto ha conseguido cada cual? Es una visión masculina de las cosas pero hay que dejarlo como está y esperar. Es un acuerdo novedoso para el PSE tras tantos años y necesitan adaptarse a las circunstancias. Pero en un entorno de serenidad todo se puede reconducir.

¿Se trata de una pose de los socialistas o cree que realmente peligran los presupuestos?

Por nuestra parte no. Yo creo en los acuerdos que firmo, en todos sus componentes y con todas sus consecuencias.

EHAK, en cambio, se quedó en el camino, se descolgó muy al final.

El proceso fue muy largo. Comenzamos en setiembre con todos los grupos. El PP me dijo que no contemplaba acuerdo, y agradecí su franqueza. La segunda fase se inició con PSE, Aralar y EHAK porque nuestro objetivo era tener unos buenos presupuestos con un acuerdo parlamentario lo más amplio posible. El escenario ideal habría sido un acuerdo con los tres, de hecho, la semana pasada intensificamos los contactos con los tres.

¿Por qué no entró EHAK?

Aún desconozco los motivos.

¿Hubo condiciones que no pudo asumir el Gobierno o se trata de otro trasfondo político?

No me gusta especular. Sólo puedo decir que el motivo no se expuso en la mesa de negociación. Si había alguna estrategia, se determinó en alguna otra mesa.

Ellos dicen que sería hipócrita no reconocer que el desacuerdo con EHAK tiene que ver, precisamente, con el pacto con el PSE...

Durante mucho tiempo Arnaldo Otegi no ha hecho más que cantar las alabanzas del PSOE y de Zapatero. Yo no sé si la izquierda abertzale tiene acuerdos previos, pero alabanzas entre unos y otros, muchas.

¿Cabrían en un mismo pacto socialistas y EHAK?

¿Por qué no? Ellos dijeron públicamente que era posible. Lo bueno sería que en este país, entre todos pudiéramos llegar a acuerdos importantes para la sociedad.

Algunos acuerdos podrían verse con malos ojos en Madrid...

Las presiones y vértigos que sufre cada uno son de su patrimonio. No-sotros, como Gobierno, hablamos con seriedad y sinceridad desde el principio.

¿Aún hay tiempo y voluntad para lograr el apoyo de EHAK?

Sí, pero en enmiendas concretas. No con la intensidad del acuerdo alcanzado con PSE y Aralar. Lamento que EHAK haya perdido esta gran oportunidad.

¿Qué lectura política realiza de los pactos?

La centralidad del Gobierno en el camino del diálogo y la no exclusión y la búsqueda de acuerdos con todo el arco parlamentario a lo largo de toda la legislatura.

Hubo dirigentes socialistas que compartían la esperanza de llegar a acuerdos sobre pacificación y normalización...

Por supuesto, acuerdos en todos los proyectos estratégicos para este país. Parece que este acuerdo puede facilitar otros con PSE y Aralar, y con otros grupos. Las puertas del Gobierno están abiertas a todo tipo de acuerdos con todos, también para la paz y la normalización política. Es la imagen de marca de este Gobierno.

¿Qué es lo que hace falta para lograr ese objetivo?

Hay proyectos, pero hay que creer en ellos y trabajar por ellos. La paz no basta con desearla, hay que trabajarla. Lo mismo ocurre con la normalización política, hay que creer en ella. El único sitio en el que el éxito llega antes que el trabajo es en el diccionario. Si se trabaja y se cree en los proyectos, pueden salir adelante, aunque tarden.

Pero ETA sigue atentando casi a diario...

La violencia es violencia, no hay diferencia de grados ni intensidades. Para comenzar a trabajar en proyectos tan importantes como los procesos de paz y normalización, se requiere que la violencia desaparezca de nuestras vidas.

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