El pasado viernes se aprobó en el Parlamento Vasco una proposición no de ley que propugnaba, en consonancia con las previsiones recogidas en el Libro Blanco sobre el transporte redactado por la Comisión Europea, la ampliación del Puerto de Pasaia. Es esta una aspiración que algunos llevamos defendiendo durante bastante tiempo.
El Puerto de Pasaia es una infraestructura que resulta absolutamente imprescindible para Gipuzkoa, y en general para Euskadi. Unos pocos datos bastan para comprobarlo: La actividad del Puerto supone hoy en día el 1,65% del PIB gikuzkoano y el 1,6% del empleo en el Territorio. El Puerto de Pasaia genera, de modo directo e indirecto aproximadamente 4.500 empleos.
Visto lo visto, creo que resulta necesario realizar una clara apuesta de futuro por el Puerto de Pasaia, y no sólo para garantizar la riqueza que genera en la actualidad, sino para mejorar las expectativas y para, aprovechando las posibilidades que se nos presentan, poder contar con una moderna infraestructura que pueda dar respuesta a las nuevas necesidades que se planteen.
Los datos del actual Puerto son de sobra conocidos: Movimientos de mercancías (en torno a las 6 millones de toneladas por año, al límite de su capacidad), características físicas que suponen una clara limitación (bocana y calado), y como no, la cada vez mayor presión que ejerce el entorno urbano (Pasaia y los municipios de alrededor, puesto que la actividad portuaria genera graves molestias, más aun si tenemos en cuenta el tipo de mercancías que se trasiegan).
Pero tan o más importante que analizar esos datos es analizar aquellos datos que suponen una clara oportunidad: La Comisión Europea dibuja un oscuro panorama en lo que se refiere al fuerte crecimiento del transporte en los próximos años. Los gipuzkoanos conocemos de primera mano lo que eso puede suponer, no hay más que ver cuál es la situación de nuestras carreteras. ¿Hacia donde caminamos? Según la propia Comisión, la congestión puede acarrear la pérdida de la competitividad de la economía. Si esta situación tiene alguna solución, ésta pasa invariablemente por buscar medios de transporte alternativos.
La Comisión Europea incide en la necesidad de buscar un nuevo equilibrio entre los diversos medios de transporte, es imposible poder asumir una situación en la que el transporte por carretera siga teniendo el mismo peso, menos aún si éste peso aumenta. Necesitamos impulsar nuevos medios de transporte, entre ellos sin duda el marítimo.
Pero ese nuevo equilibrio exige intermodalidad, es decir, conexión entre distintos medios de transporte. No conozco ningún sitio que pueda ofrecer mejores posibilidades que Pasaia. En una franja de menos de 20 kilometros se encuentran diversas carreteras, trenes, un aeropuerto y el propio Puerto. Es una oportunidad que de ninguna manera podemos dejar pasar. Menos aún cuando toda esa concentración se produce en uno de los llamados “cuellos de botella” de la Unión Europea, es decir, en los Pirineos.
La regeneración de la Bahía es una de las cuestiones que todos percibimos como más urgente y necesaria. En este contexto, el muelle de la Herrera ha adquirido un especial protagonismo en las últimas fechas. Todos consideramos imprescindible que la ciudad recupere ese espacio, quedando de manifiesto la cada vez más difícil relación entre actividad portuaria y entorno urbano. En breve asistiremos a nuevas reivindicaciones que exigirán la liberación de más espacios portuarios. Los municipios de la Bahía lo necesitan y lo merecen. Pero creo que sería un craso error hacerlo a cambio de la desaparición del Puerto, echando por la borda toda la actividad económica que genera y las oportunidades que antes he mencionado. Es posible compatibilizar ambas cosas. ¿Cómo? Ampliando el Puerto hacia el exterior. En muchos otros lugares así se ha hecho, ¿Por qué no en Pasaia?
En muchas ocasiones se menciona el medio ambiente como principal obstáculo, pero debe ser y es posible combinar ambas cosas. Existen maneras y habrá que buscarlas. Además, no debemos olvidar que también el actual Puerto tiene graves repercusiones sobre el medio ambiente que liberando espacios y llevando actividades al exterior podrían se superadas. O por poner un simple ejemplo: El transporte por mar supone emitir 2,5 veces menos CO2 a la atmósfera que el transporte por carretera, ¿Eso no debería contar?
También se esgrimen argumentos relacionados con la viabilidad económica. Que si una inversión de este tipo es excesiva, etc... En realidad todavía no existe un proyecto concreto como tal, y por tanto resulta imposible conocer el importe de la inversión (ni los posible ingresos). Pero además creo que resulta muy complicado cuantificar los beneficios que para los habitantes de pasaialdea podría suponer la realización de esta obra. ¿Les vamos a decir que económicamente no son rentables? Se oyeron argumentos parecidos cuando se inició la Eibar-Vitoria, hoy nadie la cuestiona.
Para que este proyecto pueda avanzar resulta necesaria la colaboración interinstitucional, además, mientras el Puerto siga siendo de interés general es el Estado el que tiene más que decir y hacer. Pero no podemos olvidar que el Puerto está en Euskadi, y que sus beneficios los disfrutamos aquí. La sociedad Jaizkibia, impulsada por la Diputación Foral de Gipuzkoa y en la que participan las diversas instituciones afectadas puede ser el instrumento adecuado para llevar este proyecto a buen fin, eso espero, y que sea cuanto antes. Pasaia, Gipuzkoa y Euskadi no pueden dejar pasar una oportunidad como esta.