Entrevistas
03Diciembre
2005
03 |
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Josu Ortuondo (Deia)

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Diciembre 03 | 2005 |
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Ortuondo: "De niño mi madre me decía: Josu, me vas a quemar la casa"
SU madre se empeñaba en llevar al niño con pantalón corto mientras que él, soñaba con ser mayor. «Me veía ridículo con aquellos pelos enseñando», recuerda el eurodiputado del PNV, Josu Ortuondo. Finalmente, logró convencer a su ama para que le comprara un pantalón largo. Peripecias de juventud. Pero no todo fue tan fácil. Cuando se vistió los tan soñados pantalones, comprobó que eran de pata ancha y en aquella época se llevaban estrechos. «Una tarde, aprovechando que no estaba mi madre en casa, cogí la máquina de coser y estreché los pantalones. Les di la vuelta y los planché. Me quedaron perfectos», cuenta Ortuondo su particular historia de adolescente. «Mi madre me pilló con la plancha en la mano. Esa ha sido una de las pocas veces que he cogido una», puntualiza Josu, quien reconoce ser bastante malo en la cocina.

Bilbao-Bruselas, Bruselas-Bilbao... Un recorrido más que controlado, ¿no?

Más que controlado, sí.

¿Cuántos años lleva?

Seis.

Supongo que no le da miedo volar.

Pues, no. Menos mal, ¿eh?

¿Es de los que se duerme?

Si tengo sueño, sí.

¿Echa de menos su etapa como alcalde de Bilbao?


Claro que la echo de menos, principalmente porque ser alcalde me permitía estar más cerca de los ciudadanos.

Muchas ruedas de prensa y muchas Aste Nagusia, también.

Uf, era una semana intensa pero disfrutaba cantidad.

Ni que lo diga. Aún le recuerdo montado sobre el elefante del circo.

Ja, ja. Es que me encantan los animales.

Qué arte. Sólo le faltaba meterse en la jaula con los leones.

A tanto no llegué pero recuerdo que en una gala que se celebró en el Circo Mundial me monté en un caballo que hacía ejercicios acrobáticos.

Vamos, que los políticos también se saben divertir.

Por supuesto. ¿Por qué no me iba a montar en el elefante si me divertía hacerlo?

¿Ortuondo es natural?

Sí, además, la gente percibe cuándo las cosas se hacen así, con naturalidad.

¿Siempre quiso ser político?

(Con rotundidad). No.

Estudió Empresariales.

Así es, pero en mi familia desde siempre he mamado la política, y finalmente, decidí dedicarme a ella de forma directa.

¿Josu fue un niño bueno?

Bueno, sí, pero un poco travieso, muy inquieto.

¿Buen estudiante?

Pues no sé qué decirte porque tengo que reconocer que sin tener que estudiar mucho sacaba buenas notas.

O sea, que chaval listo.

Más que listo he sido práctico. La mayoría de las veces me servía sólo con atender en clase. No perdía el tiempo.

Así le quedaba tiempo para jugar.

Claro, salía de clase y tenía tiempo para jugar a lo que me diese la gana.

Pero entonces no había ordenadores.

Ja, ja. No había, no.

Me lo han chivado.

Ya veo, ya.

¿Tanto le gustan?

Me fascina el mundo de la informática. Disfruto al desmontar un ordenador para ver cómo es por dentro.

¿Y luego no le sobran piezas?

No. De niño también lo hacía. Todo los cacharros que pillaba los terminaba desmontando.

A su madre le volvería loca.

Uf, me decía: «Josu, me vas a quemar la casa». Con diez años ya me encargaba de las instalaciones eléctricas. En Navidad yo era el que ponía el nacimiento con las luces.

Vamos, que niño precoz.

Pues sí, también lo fui fumando.

¿También? ¿Empezó de joven?

Pues, sí, con seis años. Mi tía me pilló.

Huy, la bronca que le caería.

Un grupo de amigos estábamos en un corrillo pasándonos el pitillo, y justo cuando me tocaba a mí llegó mi tía y me pilló...

...con las manos en la masa.

A mi tía le dio un ataque de risa al ver la cara que puse: «Se lo voy a contar a tus padres», decía, mientras se meaba de risa.

¿Siempre ha hecho lo que ha querido?

Siempre, no. Pero creo que he hecho más veces lo que he querido que lo que debía hacer.

¿Cree en la suerte?

La suerte existe pero no he confiado en ella. Lo que he conseguido es porque he trabajado. Creo en el esfuerzo.

¿Tiene Ortuondo alguna pasión confesable?

Ja, ja. ¿Confesable? Mira, te voy a decir una cosa. Los vicios menores los he dejado ya, y los mayores me han dejado ellos a mí.

Bueno, pero alguno conservará, ¿no?

Me gusta el rock.

Rockero, ¿eh?

Siempre me ha gustado. El día que me jubile me compraré una batería para tocar en casa.

Y, ¿qué tal se defiende bailando?

Bien. Me arreglo bien. Me gusta.

¿Tiene algún defecto?

No te los voy a confesar. Ja, ja.

Jo, ¿ni siquiera uno pequeñito?

Si confiesas tus defectos corres el riesgo de que tus enemigos los utilicen.

Bueno, si es por eso... ¿De qué sabor le pone salsa a la vida?

De todos los sabores. En la variedad está el gusto.

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