Juan Jose Ibarretxe: "Si el proceso de paz se hace en términos de réditos electorales y protagonismos, fracasaremos"
Elena Ferreira
SERENIDAD, SENSATEZ, discreción, humildad y valentía política. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, insiste en que todas estas cualidades deben ser compañeras indispensables de viaje en la senda hacia la paz y normalización que ha empezado a recorrer Euskadi. Un proceso en el que aún «está todo por hacer», advierte, a la vez que aconseja olvidarse de las prisas y de los plazos para poner fecha a ese día D+1 en el que se viva en ausencia de violencia y exclusiones. De momento, lo que quiere trasladar a la sociedad vasca es que «estamos caminando y vamos a seguir haciéndolo».
Esta semana ha vuelto a pedir discreción y sensatez para zanjar las especulaciones de tregua...
Creo que este es un tema que hay que afrontar con serenidad y sensatez. La sociedad vasca está cansada de anuncios. A veces tiene la sensación, yo también, que desde la política sólo aportamos palabrería, pero pocas soluciones. La sociedad tiene que saber que vamos a intentarlo pero que es complicado y difícil. Si tuviéramos que guiarnos por las declaraciones, podríamos pensar que todo está hecho.
Y no es así...
Está todo por hacer. Estamos caminando y vamos a seguir haciéndolo. Pero, seamos sensatos. Lo que no se puede es quebrar expectativas. Seamos más sensatos y humildes. Hoy hay más madurez que la que ha existido en el pasado para arreglar las cosas, pero !ya está bien! de lanzar las campanas al vuelo.
Quizá es que se camina demasiado a golpe de calendario y da la sensación de que pasa el tiempo, se acerca el próximo ciclo electoral y lo que no se haga ahora no puede hacerse después...
Pero ese es el principal error. Como hagamos una visión en términos de rédito electoral del proceso de paz y normalización política y lo tratemos de teñir de protagonismos, fracasaremos otra vez y ésto hay que decirlo así de claro. Y tendremos una sociedad más cansada de la situación y de nosotros. Ha llegado la hora de la verdad y ver si los partidos y responsables políticos estamos a la altura de las circunstancias o no.
Pues hablemos de cómo van los contactos, comenzando por la ausencia anunciada y reiterada del PP vasco en esa ronda de conversaciones. ¿Tan distantes están las posiciones?
No deberían estarlo. Todos asumimos cambios en un nuevo tiempo. La sensación que uno tiene es que el PP ha cambiado pero hacia atrás, volviendo a las posiciones más duras. Pero no quiero polemizar con nadie, tampoco con María San Gil. Ella sabe que tiene las puertas de Ajuria Enea abiertas y que voy a seguir llamándoles. Espero que el PP cambie su posición. Tenemos necesidad de escucharnos todos. Tengo muchísimas ganas de saber lo que el PP tiene que decir.
¿Es imprescindible el PP?
Todos somos necesarios. Imprescindible no es nadie. Y desde ese punto de vista, el PP representa una parte de la sociedad vasca que tiene que tener su hueco en el diálogo.
¿Cree que el electorado que hace unos meses votó al PP vasco sigue comulgando con el discurso que a día de hoy lanza ese partido?
Creo que las bases, los votantes del PP en Euskadi son favorables a que María San Gil hable conmigo y a que mantengamos un nivel de relaciones civilizadas entre instituciones vascas y el PP.
¿Qué ocurre entonces?
Pues que el PP en estos momentos no está en clave de Euskadi sino en clave de otra nación que es España. Su gran preocupación es cómo derrotar al socialismo. Ese es el gran objetivo del PP y por tanto, una de las partes sacrificadas para forzar esa oposición en España es el PP vasco. Esto no es nuevo, es muy viejo, PSOE y PP han utilizado permanentemente Euskadi y lo vasco para sacar votos y obtener el poder en España. Hay que hablar claro.
Tras el verano, la izquierda abertzale dio una especie de plazo a Zapatero hasta final de año para comprobar si tenía voluntad de abrir un proceso de paz. ¿Usted le ve a Zapatero con esa intención?
No lo sé. Primero, lo de la voluntad de Zapatero tendría que ser contestada por él. Pero yo lo que veo es que no tiene sentido hablar de fechas o ponerte plazos que a quien te limitan es a ti. Huyamos de los plazos que no nos han aportado nada a la política en los últimos tiempos. Segundo. La izquierda abertzale tiene un compromiso pendiente que es trasladar el conflicto de las calles a las mesas de negociación y llevarlo con todas las consecuencias. En los últimos tiempos está dando consejos a todo el mundo pero se le pudiera aplicar aquéllo de «consejos vendo y para mí no tengo» . Yo sigo viendo aspectos positivos en la declaración de Anoeta, pero tienen que llevarse a la práctica. Aquí cada uno tenemos responsabilidades.
¿Cuál cree que es el componente esencial para encauzar ésto?
La valentía política. Es lo que siempre que estoy con el presidente Zapatero le traslado. Además del buen rollito, la sonrisa, el talante y las políticas de gestos se ha de pasar a la práctica. Estamos en una época donde vamos a poder comprobar todos qué grado de voluntad tenemos.
Hay sectores que ven que un movimiento del Gobierno español para acercar a los presos o a los exiliados supondría un paso de gigante...
No lo sé. Sí que sé lo que vemos: procesos abiertos producto de otro tiempo. Es verdad que todos hablamos de una nueva etapa pero se siguen manteniendo todavía viejas formas y tics...
En cualquier caso, ¿el proceso es irreversible o por ejemplo un atentado daría al traste con todo?
Yo quiero pensar que este periodo que llevamos sin atentados mortales no tiene vuelta atrás. Tiene que desaparecer de una vez y para siempre todo tipo de vulneraciones de derechos humanos, de atentados y extorsiones. Tenemos que abrirnos a la necesidad que tenemos de ser justos, también con las víctimas de la violencia y reconocer el daño causado. Es verdad que el pasado no nos puede hipotecar, pero también que no se puede olvidar para construir el futuro.
Si mañana se declara una tregua... ¿qué cree el lehendakari que habría que hacer al día siguiente?
(Sonríe). Tengo muchas ideas pero no se las voy a trasladar. Estas son precisamente las cuestiones de las que estoy hablando con los partidos políticos. Realmente hay que aprovechar el tiempo. Esa es la clave. Habrá un día D+1 en el que efectivamente en una situación de ausencia de violencia y sin exclusiones se dé la posibilidad de poner un instrumento en marcha de diálogo multipartito que tenga unas mínimas garantías y no esté condenado al fracaso. Yo no entro en establecer las condiciones de ese día. Pero, creo que ahora, lo que tiene que saber la sociedad es que si en algo estoy trabajando es en cómo preparar ese día D+1.