Entrevistas
05Noviembre
2005
05 |
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Josu Jon Imaz (Deia)

Entrevistas
Noviembre 05 | 2005 |
Entrevistas

«De joven me llamaban el ‘‘eléctrico’’ de Etxegarate»
Nacido en el municipio guipuzcoano de Zumarraga hace cuarenta años el presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV se reconoce una persona ingenua. «Prefiero mil veces dejar que me engañen a no darles la oportunidad a hacerlo», dice.
 
Todos tenemos en nuestro baúl particular alguna que otra anécdota graciosa. El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, no tuvo reparo en contarnos la suya cuando le preguntamos si es un hombre coqueto. «¿Coqueto yo? Los fines de semana, cuando no tengo nada, soy bastante dejado. Mi mujer me echa broncas. Me pongo una visera, una camiseta y un pantalón corto y no me conoce ni Dios», explica. No sabemos si el todopoderoso lograría reconocerle, lo cierto es que, según relata nuestro personaje, una mañana un párroco se encontró con Imaz en un monte de Iparralde y, tras mirarle fijamente durante unos minutos se le acercó y osó decirle: ‘‘Supongo que le habrán dicho muchas veces, pero si no llevase esa pinta juraría que es Josu Jon’’. Cosas que pasan. «Debía llevar una pinta impresentable», dijo el político, poniéndole un toque de humor al final de la historia.

¿Es políticamente correcto?

No.

Así me gusta, con rotundidad.

Es más, la gente que me conoce sabe que soy un pasional. Soy más bien políticamente incorrecto.

¿Apasionado sólo en la política?

Nooo. En todos los aspectos, ¿eh?

¿Tiene algún pelo en la lengua?

No. No tengo ninguno.

¿Se depila?

¿Depilarme? Ja, ja. ¡Por Dios! Cuanto más pelo mejor. Eso sí que no.

‘‘Hablen bien o hablen mal, que hablen de nosotros’’. ¿Está de acuerdo con el dicho?

No del todo. Quiero que hablen bien. Creo en los mensajes positivos.

Josu Jon tiene cara de bueno.

Sí, pero es que no me la puedo quitar.

¿Es tan bueno como parece?

Me gustaría ser tan bueno como parezco pero...

¿No lo es?

Yo lo intento cada día.

¿Tiene sentido del humor?

Mucho. Soy el chistoso de las cenas. Me río diez o quince veces al día.

¿Y cuando no lo logra?

Me preocupo.

¿La política no es aburrida?

No. Puede ser aburrida para el que la ve por televisión.

El día que no sea político...

Siempre digo que soy un tecnólogo en excedencia. Creo en la política como un camino de entrada y salida.

¿Cómo era Imaz de niño?

Fui un niño normalito.

¿Jugaba a fútbol?

Siempre he sido muy malo. Mira, hace diez días jugué con mi hijo de seis años y me ganó.

Vamos, que lo del balón...

Hace poco me encontré con un amigo y me dijo: ‘‘Tú con quince años eras malo y con cuarenta, igual’’.

Pero algún deporte practicará.

Sí, para correr he sido bueno. Andar por el monte sesenta kilómetros, durante doce o quince horas.

Bueno, algo es algo.

Sí. Siempre he dicho que cuando Dios repartió la habilidad no me tocó aquel día.

¿Ha sido travieso?

Uf, sí, lo he sido. No sabes lo que me han cascado.

¿Mucho?

Mira, era el típico niño ‘‘empolloncete’’, pero que a su vez las montaba.

¿Estudió en colegio de frailes?

Hombreeee. Y no sabes las leches que me dieron.

¿Pero qué hacía?

Hice más de una. Una fue gracias a mi tío, que era también mi padrino.

Cuéntenosla.

No se me olvidará nunca lo que me hizo el ‘cabrito’ de él. Me dijo que los frailes eran sacos de carbón con etiqueta blanca, y yo me lo creí.

¿Se lo soltó a alguien?

Se lo conté a un compañero de clase.

¿Y cuando salió el fraile?

Lo soltó en medio de la clase. No sabes la paliza que me dio. Esa fue mi entrada en los frailes de Zumarraga.

Al menos, aprendió que hay cosas que no se pueden contar a cualquiera.

Sí, con el tiempo fui espabilando. ¿Te das cuenta? De niño tampoco era políticamente correcto.

Ya, ya. Josu Jon. ¿Alguien le llama sólo Josu o sólo Jon?

Sí, mi madre me llama Josu y mi mujer Jon. Pero me he negado siempre.

¿Por qué?

Es una razón sentimental. Mi padre era Juan y murió cuando yo apenas tenía ocho años.

Se resiste a perder el Jon.

Sí, siempre me he rebelado. Si alguien me llama sólo Josu le digo: ‘‘eh, soy Josu Jon’’.

Josu Jon no es tímido, ¿no?

Para algunas cosas sí pero para otras tengo mucha cara.

¿Qué tal lleva hablar en público?

No le he perdido el respeto. Cualquier rueda de prensa la preparo como si fuera la primera.

¿Es un hombre nervioso?

No. Esa es una discusión que tengo todos los días. Soy terriblemente tranquilo. No me pongo nervioso por casi nada.

Pero sino para...

Soy inquieto, movido... De joven me llamaban el ‘eléctrico’ de Etxegarate.

¿Ah, sí? ¿Y por qué?

Trabajé en el restaurante que tenía mi amona en el alto de Etxegarate y una cuadrilla de ‘cabritos’ de Alsasua me puso ese mote.

Ay, la cuadrilla de ‘cabritos’.

Pues ya ves. En aquella cuadrilla estaba José María Goikoetxea y aún, hoy en día me sigue llamando así.

¿Y trabajó como camarero?

Sí. Allí aprendí a hablar francés. Además, fui también el camarero del primer pub de Urretxu.

Con qué marcha prepararía los combinados, ¿eh?

Sí. Los preparaba rápido, la verdad. De ahí viene lo del ‘eléctrico’.

¿También es rápido en el ajedrez?

Bueno, lo fui. Empecé a jugar siendo un chaval, con siete u ocho años.

¿Y lo dejó?

Sí, pasaba demasiadas horas encerrado en casa. Ahora, lo he vuelto a recuperar para jugar con mi hijo.

¿Qué pieza del ajedrez es su preferida?

Me gusta el caballo, salta, tiene chispa. Pero la dama es la dama, ¿eh?

¿Con qué pie se levanta?

No tengo preferencia.

¿Se atreve a pasar por debajo de una escalera?

Intento no hacerlo porque, ¡a ver si se me va a caer el bote de pintura!

¿Le gustaría ser invisible?

¿Sólo por un día?

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