Iñaki Anasagasti
05Noviembre
2005
05 |
Opinión

DE DEBATES, CONGRESOS Y BEBÉS

Iñaki Anasagasti
Noviembre 05 | 2005 |
Opinión

No voy a incidir nuevamente en el debate sobre el Estatut del 2 de noviembre en el Congreso. Se ha dicho ya todo. Solo hacer un comentario desde mi óptica vasca, resaltando lo que ha supuesto la labor parlamentaria del PNV, tan denostada, por tirios y troyanos, aunque hayamos tenido gentes de lujo en momentos clave de nuestra historia, como las hay ahora. Lo que reivindica ahora el noventa por cien del Parlamento de Catalunya lo logramos nosotros en 1978 y 1979.
Previamente voy a hacer un breve comentario a las formas, que en democracia son el fondo. Tanto Mas como Carod, como Manuela de Madre, como Duran, como Puigcercós, al iniciar su parlamento, saludaron a los presente y de manera especial al Presidente Pujol, que allí estaba. Gentes que se adversan y andan a cuchillo, en el momento solemne de una discusión de tanto calado, respetan como nadie su inmediato pasado, aunque discrepen de él. En eso los catalanes nos llevan años de madurez. Nosotros estamos aquejados de un peligroso mal en política: al adanismo. Pensamos que todo nace con nosotros. Que tras de nosotros no hay nada o es de mal gusto recordarlo. Y yo me rebelo contra esa forma de proceder que va contra el corazón de un partido de 110 años. Y si tiene 110 años, será por algo. Digo yo. “Chapeau”, señores catalanes. Dicho esto he de comentar también que la presencia del presidente y secretaria del EBB en la sesión del Estatut fue oportuna ya valiosa.
Ese día dos de noviembre, al ir a Madrid, en el avión, veía en la prensa el dato que se daba a la noticia del despliegue de los Mossos de Escuadra en Barcelona con todas las competencias de una policía moderna con presencia en Europol. Pero lo que nadie ha dicho, completando la noticia, es que esa transferencia y esa policía con competencias no la tienen por la acción política lobbista con tan buena, aunque inmerecida fama, del Sr. Roca, sino fundamentalmente por el PNV. Miquel Roca dijo en 1978 que las competencias policiales eran odiosas y no las querían, mientras el PNV las consiguió y fue quien logró para todos un artículo, el 150-2, que es el que ha permitido dicha transferencia. ¿Y qué decía la enmienda del PNV a la Constitución que fue aprobada?.
“Artículo 150-2 : El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptible de transferencia o delegación.”
Esta enmienda, que hoy es un artículo de la Constitución, fue del PNV. No de Miquel Roca. Y esta enmienda es la que ha permitido la transferencia policial con competencia a la Generalitat.
Sin embargo nadie nos ha atribuido la paternidad de la iniciativa. Por eso lo hago yo. Y por eso reivindico que lo que nosotros conseguimos hace 26 años, los catalanes con justo derecho, ahora lo reivindican. Y, nosotros, les apoyaremos a tope. Pero no es ocioso recordar que esos vascos tan denostados por su primitivismo político lo lograron en 1978 y en 1979. ¿Qué los nacionalistas catalanes no tenían la fuerza que tienen ahora?. Puede ser, pero a mis amigos catalanes les digo que mientras no reconozcan que Miquel Roca como parlamentario es muy bueno, pero como político es muy malo y como lobbista, muy peligroso, vamos mal. CiU tiene que echar por la borda ese respeto reverencial por un político que se prepara a sacar brillo a su medalla como ponente de la Constitución española para pasearse de la mano de personajes como Gabriel Cisneros y compañía en ese rigodón anual de empacho constitucional al que nos tienen acostumbrados.
Esta semana, el miércoles, CiU, ERC y el PSC votaron en el Senado en contra de que a los vascos nos devuelvan los documentos robados que se encuentran en el Archivo de Salamanca cuando durante cuarenta años parte de los papeles de la Generalitat los ha tenido guardados el PNV y fueron devueltos en acto solemne en la Generalitat bajo presidencia de Pujol. ¿A qué viene esta actitud tan mezquina por parte de ERC y CiU?.
De ahí que ponga los nombres de aquellos diputados y senadores que nos han permitido durante estos 26 años hacer lo que hemos hecho: Manuel de Irujo, Juan Ajuriaguerra, Xabier Arzalluz, Mitxel Unzueta, José Angel Cuerda, Marcos Vizcaya, Kepa Sodupe, Federico Zabala, Juan M. Vidarte, Juan Ignacio Uría, Iñigo Agirre, Iñaki Oregi, Gerardo Bujanda, Andoni Monforte.
Somos un país, un pueblo y un partido demasiado seco y hostil para los suyos y para quien bien le sirve. Somos así, pero no es buena manera de ser. De ahí que cuando surgen noticias como el despliegue de los Mossos en Barcelona o el debate del Estatut, parecería que eso se logra por generación espontánea o porque Carod presiona a Zapatero. No. Eso lo han logrado y bien logrado, nuestros amigos catalanes, gracias, entre otros, al PNV que presentó una buena enmienda en el debate Constitucional, la negoció y la logró y el Lehendakari ahora, abrió el melón de las reformas estatutarias.
Y en cuanto al tema del Estatut, no hay derecho a que la propuesta del Parlamento Vasco, tan legítima como la catalana, no fuera ni tan siquiera admitida a trámite en el Congreso. Fue derrotada por el PP y el PSOE. El frente español.
Que no nos venga ahora el PSOE y el PSE hablando de talantes.
 
EL CONGRESO DEL PSE
 “¿Qué es para ti Euzkadi?. ¿Una nación?” – le preguntaba yo el pasado martes a Javier Rojo antes de empezar la reunión de la Mesa del Senado. La pregunta venía a cuento pues dos días antes, en una entrevista la había definido como me la volvió a describir. “Es una Comunidad Autónoma dentro del Estado Español”.
“¿Y lo que dice el PSC de que Catalunya es una Nación?. ¿Y aquel rollo de la Comunidad Nacional?. ¿Y el postnacionalismo de Ramón Jáuregui?. ¿Y la consulta que iba a hacer al pueblo Odon Elorza y que se la han tirado a la papelera en el Congreso del PSE a la  búlgara?” .
El domingo pasado Javier Rojo, presidente del Senado, fue elegido miembro de la ejecutiva del PSE. Es un político con territorio, Alava; tiene su cuerpo serrano sentado en la ejecutiva vasca; preside el Senado; habla con Zapatero; va a todos los saraos y quiere hacer cosas, pero todo dentro de un orden. El orden constitucional español, por supuesto. Y en ese sentido, su congreso, ha sido todo un éxito. El éxito del marketing. Es la sociedad del espectáculo. Pero, usted se pone la lupa, y ahí no hay “na de na”.
Cuento todo esto porque el domingo 30 de octubre finalizaba con música y cohetes y una votación sospechosamente soviética, el congreso del PSE con euskera en un cartelón: “Ahora - Orain”. La ikurriña a toda pastilla y un discurso donde Patxi López nos decía que en el siguiente congreso el Lehendakari será socialista, ellos no serán muros de contención de las aspiraciones de un pueblo mientras afirmaba que se acabó el moderar al PNV porque lo de ellos es gobernar y el PNV (salvo que nos salgamos del guión) ha de estar en la oposición.
Si un marciano hubiese bajado a la tierra y hubiera participado en dicho congreso podía haber estado tentado en creer tanta belleza. Por eso ciertas reflexiones se imponen.
En momentos en los que los socialistas están como locos para que les aprobemos los presupuestos en Madrid. En momentos en los que no les llega la camisa al cuerpo ante el debate catalán que a nosotros nos negaron. En momentos en los que se están juzgando a tres miembros de la mesa del Parlamento Vasco y por parte del PSE no ha habido el menor gesto democrático, personal y de nobleza vasca de defensa de lo propio, o de unos compañeros de Cámara, el que nos vengan ahora con éstas milongas de que están a punto de gobernar Euzkadi, la pregunta se impone: ¿con quién?.
Cualquiera que les hubiera escuchado durante la última campaña viéndoles comerse el mundo hubiera pensado que efectivamente Ajuria Enea era la casa particular de Patxi López. Sin embargo ¿dónde está ahora Don Patxi? Pues con unos votitos más que María San Gil, y, en la oposición cantando la palinodia, cuando de verdad aquí lo único que ha cambiado es que afortunadamente ETA no actúa y el clima político ha cambiado. Nada más y nada menos.
Por eso, Don Patxi, menos lobos.
Digan y defiendan que Euzkadi es una Nación, propicien la unión de las Cajas Vascas, deroguen la Ley de Partidos, acerquen los presos, digan que este pueblo puede decidir su futuro con todo lo que eso implica, déjense de hacerle regalos de chaquetitas a Dña. Letizia, como los hace Javier Rojo, defiendan más nuestra lengua nacional en Iparralde, díganle a sus correligionarios navarros que no quiten la ikurriña de los balcones de los ayuntamientos, trabajen para que una ley orgánica como es el Estatuto se cumpla, sean valientes ante las arremetidas de la derecha española, exíjanle a su amigo Rodríguez Ibarra que se calle y denle un poco de cancha a Gema Zabaleta, que ni ha salido elegida como representante para este congreso en Andoain, y empezaré a creerles solo un poquito, porque su cacareado Congreso no ha dejado de ser el clásico teatro de variedades para engatusar ingenuos. Nada más. Eso sí, todo un éxito mediático propio de tiempos light, y de liderazgo light, aunque reconozco que el PSE ha sabido vender humo en celofán. Y eso lo han hecho bien. Pero nada más.
 
YA LE LLAMAN DOÑA
A pesar de lo escrito en el artículo del domingo anterior “¿Por que no televisan el Parto?”, cualquier comentario posterior al nacimiento de Leonor Borbón Ortiz desborda cualquier supuesto. Ya a la criatura le llaman Doña Leonor, para que no quedara duda alguna que se trata de un ser excepcional y no de la bisnieta de un respetable taxista y de un señor que habiendo jurado los principios fundamentales del Movimiento está ahí porque en lugar de una ruptura, ha habido una reforma y Franco sigue en el Valle de los Caídos.
Fuimos los primeros que denunciamos en el pleno del Congreso la discriminación existente en la Constitución española en relación con la mujer y fuimos los primeros en preguntar que cómo era posible que alabaran tanto esa Constitución y la primera hija de los reyes, Elena, nacida en 1963 (Cristina en 1965 y Felipe en 1968) era eso, mujer, y nadie tuvo en cuenta sus supuestos derechos en una monarquía restaurada por el general Franco.
El 31 de marzo de 1947 el dictador había definido que "España es un estado católico y social que se constituye en Reino". El 7 de junio sus Cortes amañadas habían aprobado su ley de Sucesión y el 8 del mismo mes de junio de 1947, Eva Duarte, llegaba a Madrid.
Aquella ley de Sucesión fue sometida a referéndum no democrático. Con esto quería Franco que el frente político de oposición en el exilio se resquebrajara. Don Juan de Borbón que había rechazado como viciada de origen la restauración de la monarquía, lanzó un nuevo manifiesto en Estoril e inició contactos con el general Beigbeder para intentar un golpe de estado auspiciado por las cancillerías de Londres y Washington, que no llegaría a ponerse en práctica. Al poco, él mismo que hacía esas cosas, le enviaba a su hijo Juan Carlos a estudiar a España, bajo la férula del dictador.
Conviene recordar estas cosas en momentos de insoportable merengue político informativo, inaguantable para cualquier demócrata que se da cuenta del montaje que es todo esto y de lo atado que está el pacto de silencio que no toleran la menor disidencia. De ahí esas manipuladas encuestas que dicen que la monarquía es la institución más valorada. Lógico. No hay una información veraz sobre ella como existe en Inglaterra.
Pronto vendrá el bautizo hecho por Rouco y pronto los primeros pasos y el jugueteo con los primitos cuyos yogures pagamos todos. La clave, una vez más está en que con todo ese tinglado se compacta una "unidad de España que está en peligro por culpa de los nacionalismos periféricos". Y para eso, venga monarquía y venga regalitos y genuflexiones de los socialistas a gente que no ha dado un palo al agua en su vida porque detrás de todo esto subyace la representación de la “unidad y permanencia” de España como reza la Constitución. Esa es la gran clave de todo este montaje, que solo sirven para mantener unidos a los que no quieren estarlo.

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