PNV, PP y PSE llegaron el martes pasado a un entendimiento para llevar adelante cinco proyectos para Vitoria. Las reformas de Mendizorroza y Gamarra, el centro cívico de Ibaiondo y los frontones de Lakua serán contratados antes de fin de año y adjudicados en el primer trimestre de 2006. Asimismo, la primera fase del tranvía comenzará a materializarse en breve. Todo ello, si el equipo de gobierno cumple con las condiciones que prometió a los jeltzales antes de secundar su propuesta.
El entendimiento en torno a las obras para Vitoria coincide con la propuesta de las mociones de censura desde su grupo. ¿No cree que el electorado estará un tanto confuso?
Si trabajáramos sólo para contentar al electorado, mal iríamos. Es cierto que tenemos una posición de fuerza en la Diputación y somos el primer grupo de la oposición en el Ayuntamiento. Sin embargo, hemos querido trabajar por la ciudad. Estos cinco proyectos estaban en nuestro programa electoral, salvo el de Mendizorroza. La propuesta de abordarlos surgió desde el PSE y hemos visto la oportunidad de materializarlos con un crédito ligero que ha sido aceptada por populares y socialistas. La política es así y cosas más extrañas se han visto, tampoco es para echarse las manos a la cabeza.
¿En algún momento creyeron que el PSE iba a apoyar esas mociones?
Descartamos la idea en cuanto vimos su primera reacción. Cuando elaboramos las propuestas creíamos que iban a secundarlas porque, al fin y al cabo, utilizamos la misma fórmula que ellos han empleado durante los cuatro últimos años. Nuestra alternativa no era descabellada pero nos encontramos con un PSE que ni siquiera ha querido hablar. A pesar del intento del presidente del Araba Buru Batzar, Iñaki Gerenabarrena, por hablar con el secretario general socialista, Javier Rojo, aún está esperando a que le devuelva la llamada.
No obstante, a pesar de la primera negativa socialista, el PNV volvió a hacer un segundo intento.
Creíamos que había que llegar hasta el final y que cada cual debía situarse en el lugar donde le correspondía. Nuestra responsabilidad en el Ayuntamiento y la Diputación es mucha y ejercimos nuestro derecho democrático al intentar propiciar un debate en ambas instituciones. Pretendíamos generar un cambio político motivado por la mala gestión del PP y los socialistas no han colaborado.
¿Por qué se molestó tanto su compañera Arantza Zenarruzabeitia cuando el socialista Patxi Lazcoz insinuó que los proyectos surgieron desde su grupo?
No se trata de rentabilizar nada, pero a cada uno hay que darle lo suyo. Es cierto que el PSE dio el primer paso para sacar adelante estas obras, pero también es igual de cierto que, al final, asumieron una postura extrema que pretendía dificultarlas. Los populares propusieron la máxima deuda, los socialistas se enrocaron en no aceptar ninguna y nosotros hemos sido quienes, gracias al apoyo del equipo técnico de Hacienda, hemos elaborado una enmienda que ha sido aprobada sin condiciones.
¿Qué opina del cambio de postura de los socialistas? Primero se enrocaron en la negativa a la deuda y ahora se han sumado al acuerdo.
El PSE nos tiene un poco descolocados últimamente. Creemos que tienen un problema de orientación política en Álava, quizá porque Javier Rojo está donde está y carecen de liderazgo. En lo relativo a las mociones, a Caja Vital o a su cambio de opinión para los proyectos, claramente caminan sin rumbo. Ellos sacan la calculadora de votos y, en función de la rentabilidad que les aporte su postura, actúan. Nos parece una forma de hacer política muy extraña.
Sin embargo, finalmente el PSE se ha sumado a su propuesta municipal. ¿Constituye para ustedes una especie de venganza triunfalista por lo que sucedió con las mociones?
En absoluto. Hemos propiciado una propuesta viable y pragmática que materializara las inversiones. A pesar de haber intentado cambiar los gobiernos en Álava y Vitoria, no queremos ser responsables de que la ciudad en 2007 sea un solar. Esa carga irá en la mochila del PP. El PNV no desea que Gasteiz se caiga a trocitos por culpa de una gestión pésima.
Su partido es tajante cuando descarta la palabra "pacto" en lo que se refiere a estos proyectos.
Es que esto no es un pacto. Nosotros elaboramos una enmienda que contestaba a la propuesta del PP. Pero no se la presentamos al concejal de Hacienda, Javier Maroto, con ánimo de negociarla. Nuestra postura fue la de "o lo tomas o lo dejas". En aras de una mayoría, los populares se agarran a lo que sea y lo hicieron con nuestra enmienda como si de un clavo ardiendo se tratara. No ha habido negociación ni pacto previo alguno.
¿Considera esto como un bálsamo que cura la imagen de su partido frente al fracaso de las mociones?
Hubo una coincidencia en el tiempo, sólo eso. Y, desde luego, no hemos querido compensar una cosa con la otra. Hace meses que hablábamos en el Consistorio de estas inversiones, no podíamos dejar a la ciudad sin tranvía y a los 40.000 vecinos de Ibaiondo sin centro cívico. La reforma de Gamarra acumula retrasos desde hace cuatro años y en Mendizorroza urgía hacer obras. La coyuntura ha salido así.
¿No tienen miedo de haber favorecido al PP indirectamente, de que sea Alonso quien se cuelgue medallas?
Cada cual que saque el rendimiento que quiera. Nos hubiera gustado hacerlo desde el gobierno, pero no ha sido posible. Pero creemos que la calidad de vida va a mejorar y conseguiremos que los ciudadanos no sufran las consecuencias de errores que, desde luego, no son nuestros.
Se han molestado mucho por las críticas de EB hacia ustedes y hacia este entendimiento.
No tengo interés especial en enfrentarme con mis amigos de la oposición, porque los considero como tal. No se trata de polemizar, pero el portavoz de EB, José Navas, nos ha dedicado palabras muy duras. Sin embargo, su formación actuó igual cuando pactó el IBI junto con EA, PSE y PP. No nos sumamos a aquella propuesta porque no estábamos de acuerdo. No obstante, creo que es más fácil explicar al ciudadano el entendimiento en torno a estos cinco proyectos, que el hecho de que sufrirán el aumento anual del IBI a lo largo de los próximos ocho años.
¿Vaticina que la fórmula de acuerdos puntuales será la forma de trabajar a partir de ahora?
Tendremos nuestra propia trayectoria, aportaremos propuestas beneficiosas para los gasteiztarras y nos presentaremos a las próximas elecciones como una oferta eficaz para contrarrestar la mala gestión del PP. Siempre estaremos abiertos al consenso con otros grupos, pero ha pasado el momento de gobernar desde la oposición. El PNV pretende gobernar desde el equipo de gobierno y hacia ello vamos.
Tras este acuerdo, el PSE consideró factible un presupuesto municipal para 2006.
Está muy equivocado. No votaremos a favor de la congelación de las ordenanzas ni tampoco a favor del presupuesto. Estos proyectos eran un capítulo aparte y necesario. Ahora le toca a los socialistas elegir y apoyar a los populares en las cuentas municipales. Ellos ayudaron al diputado general, Ramón Rabanera, a subir al poder, apoyaron al alcalde, Alfonso Alonso, sin que necesitara su ayuda y han colaborado para que Caja Vital sea lo que es, tanto que critican la politización de las cajas vascas. El PSE ha elegido su camino, lo que no es coherente es que disponga las piezas para después destruirlas y recoger los pedacitos.
¿Cree que el PP cumplirá con los plazos acordados?
Es difícil creerles, pero son los primeros interesados en cumplir. Los procesos de contratación son complicados pero es factible cerrarlos antes de fin de año y adjudicar las obras en el primer trimestre de 2006. Además, la consignación presupuestaria al respecto les obliga a ello.
Su grupo es uno de los más críticos con el edil de Urbanismo, Jorge Ibarrondo, y aun así, le han dejado ahora los cinco proyectos en sus manos.
Ciertamente, hemos hecho un esfuerzo para hacerlo pero nuestra labor como oposición es la de fiscalizar y emplearemos los mecanismos de control que sean necesarios. Nos vamos a convertir en la sombra de Alonso e Ibarrondo para que todo transcurra con tranquilidad.