Apesar de los acontecimientos de las últimas jornadas, Joseba Egibar está convencido de que las cosas avanzan, aunque lentamente, en la dirección correcta. Sostiene que para que un proceso resolutivo tenga futuro no caben vetos, aunque cree que la cuestión del «apartheid político» debe ser planteada por Batasuna ante el PSOE, no ante el PNV.
Varios portavoces políticos comentaban que el verano podría ser adecuado para acercar posiciones. Sin embargo, al menos públicamente, no parece que se hayan acercado. Al contrario, parece que el clima se ha encrespado en las últimas fechas. ¿Comparte esta apreciación?
Creo que cada partido político está en fase de maduración de sus posiciones para intentar después, conociendo las posiciones de los demás, dar con las bases mínimas para configurar lo que pudiera ser una mesa de partidos. Lo que ocurre es que cuando no hay trabajo directamente relacionado con la actividad política, distintos acontecimientos saltan a los titulares, y parece que todo siga igual o tan mal como antes. Eso invita al pesimismo, pero no creo que se corresponda con la realidad. Esperemos que setiembre u octubre puedan ratificar esto, que las cosas avanzan, aunque sea lentamente, y que se va en la dirección correcta.
En este momento concreto, ¿dónde están las mayores dificultades para conformar esa mesa multipartita?
El obstáculo principal es que todo el mundo pretende tener la foto de llegada de las conclusiones de esa mesa. Creo que iniciar el trabajo de esa manera constituye un error, porque si tú quieres tener la foto final, diciendo que va a tener este contenido, estos ingredientes, este color... el proceso tendrá altas probabilidades de fracasar. Creo que los pasos que se vayan a dar desde la constitución de esa mesa o mesas, cada paso conseguido, debe ser blindado para afrontar el siguiente peldaño y que nadie pueda retroceder al punto cero. Y así, consecutivamente, alcanzar el escenario de llegada. Igual esa foto de llegada no satisface a nadie en su totalidad, pero el proceso y la actitud con la que se afronta es tan importante como los propios contenidos.
Dirigentes del PSOE han rechazado que Batasuna esté en esa mesa de partidos, e incluso el portavoz de su partido, Iñigo Urkullu, ha puesto en duda que deba estar. ¿Ese planteamiento es realista si se quiere buscar una solución?
Si se quiere avanzar hacia una solución del conflicto político, todos los agentes activos de la política vasca tienen que estar presentes. Lo demás sería practicar un ejercicio de autoengaño. No creo que nadie piense que con vetos cruzados entre formaciones políticas se vaya a avanzar algo.
¿Cómo se puede implicar al PSOE en el proceso?
No se trata de que nadie le anime o le aporte seguridad. Más allá de eso, la posición de todos los partidos políticos, incluido el PSOE, tiene que partir de la seguridad en los posicionamientos propios. Si no tienes seguridad en los posicionamientos propios es un ejercicio arriesgado. El PSOE no va a cambiar de ideología o de posicionamiento porque se incorpore a una mesa de éstas. El asunto es si el PSOE tiene seguri- dad, convicción y determinación para entrar a resolver un conflicto que le afecta, en tanto que es un partido importante en el Estado español y con presencia significativa en el ámbito vasco. Si, aun manteniendo sus posiciones políticas e ideológicas, el PSOE admite que hay un problema político que resolver, debe adentrarse en esa mesa de negociación.
Tres voces del PSE han puesto sobre la mesa el concepto del «principio de consentimiento». ¿Es factible un encuentro en torno a este punto?
Lo que pasa es que tampoco lo han desarrollado. Han anunciado una propuesta que creo que pretende emular a la consecuencia del «doble principio» instalado en el proceso de paz de Irlanda. Lo que pasa es que aquí, por el momento, no hemos tenido una declaración de Downing Street que diga que Gran Bretaña no tiene ningún interés económico, estratégico y político en Irlanda del Norte, y que lo que determinen los norirlandeses será respetado. Y eso aparece en el «principio de consentimiento». Ni Margaret Thatcher, ni Tony Blair, ni John Major coinciden con los posicionamientos de los norirlandeses, pero han abordado el tema desde la responsabilidad de la resolución del conflicto. ¡Ojalá el Partido Socialista actúe con esa responsabilidad!
El debate entre Josu Jon Imaz y usted ha adquirido tintes casi filosóficos. Por aclararlo, ¿el derecho de decisión de los vascos es un principio irrenunciable para el PNV?
Es un principio fundacional. El principio de la soberanía plena del pueblo vasco, y también los conceptos de autodeterminación e independencia.
Sin embargo, en un momento en que esa cuestión parecía un campo base asumido por todos los abertzales, ¿plantear la soberanía compartida como objetivo no es un retroceso?
Ejercicios de cosoberanía se dan, pero entre estados, entes o unidades soberanas. Si la Europa futura va a ser cada vez más interdependiente, tenemos que estar en las condiciones de interdependencia que vayan a tener Estonia o Lituania, que han entrado en la UE. O de Luxemburgo, o de España. La soberanía no se cede. Se practica un ejercicio de soberanía y tú puedes entenderte con otro y decir ‘quiero compartir esto contigo en ejercicio de mi soberanía, y lo hago en estas condiciones’. Ese es el ejercicio de soberanía que puede llevarte a estadios de cosoberanía, pero antes tienes que ser soberano. Creo que eso no ha tenido ni va a tener modificaciones en el posicionamiento de mi partido.
Batasuna ha remitido una carta a varias formaciones instando a hacer frente a su exclusión política. ¿Qué opina?
Es un debate que legítimamente propone Batasuna en el intento de recuperar aquello que por votos les pudiera corresponder en los ayuntamientos y en otras instituciones. Pero curiosamente la misiva la dirigen a partidos abertzales y no a quienes promulgaron la Ley de Partidos. Y entre ellos, el PSOE, que tiene nuevas y grandes responsabilidades en el Estado español y que respecto a la Ley de Partidos algo puede y debe decir. Sería bueno que Batasuna, en los contactos que tiene con ese partido, sean estos oficiosos, personales o del tenor que sean, vaya introduciendo en el orden el día el ver qué va a ocurrir en 2007 con la posibilidad de concurrir con todas las de la ley. A partir de ahí, lo de echar mano del artículo 182.2 de la LOREG para posibilitar esa entrada... En algún sitio se ha intentado y ha salido, como en Azkoitia, y con anterioridad lo intentamos en Lizartza, pero por otra serie de razones de orden político no pudo ser. Pero no creo que ese vericueto vaya a resolver el problema. Luego, ahí también hay una herramienta para el combate político, que reclamando esos cargos tienes un discurso. Sí, entiendo que hay un problema, pero como casi estamos en vísperas de 2007, sería bueno que entre todos vayamos tejiendo escenarios de futuro que permitan que la izquierda abertzale esté en todas y cada una de las instituciones con la representación que le corresponda.
Entonces, ¿hasta 2007 no va a haber ningún cambio?
Puede haber pasos, pero no descansarán en el principio de que el artículo 182.2 de la LOREG es la herramienta que lo va a solucionar. Muchísimo más eficaz sería un cambio de posicionamiento del PSOE, más determinante que la postura que pueda mantener el PNV. Por eso decía que debían incorporar este tema al orden del día.
¿En qué escenario estaremos cuando acabe el curso político?
Se van a tener que producir movimientos, por parte de todos. Ojalá la foto del año que viene sea la de un escenario de distensión, en el que la izquierda abertzale tuviera garantizada su presencia en las elecciones y se estuviera trabajando en ese modelo de mesa. Que todos los partidos comprometidos con esa mesa asumiéramos el compromiso de respetar y materializar lo que la mesa decida, y que el último refrendo lo tenga la sociedad vasca. Aunque esa foto de llegada no sé cuándo se producirá, quisiera que el año que viene estuviéramos avanzando a ese escenario.-
«La imagen de los pelotazos y los heridos también es del pasado»
El lehendakari citó a Batasuna como formación anclada en el pasado. Pero mirando con perspectiva, de un año a esta parte, ¿no es quien más se ha movido?
Hay una situación delicada para Batasuna, porque se han hecho muchas críticas en torno a la falta de correspondencia con el discurso de Anoeta, además aferrándose a la literalidad de una frase, la de «hay que sacar el conflicto de las calles para llevarlo a una mesa». Creo que no es justo atribuir directamente la paternidad de lo que puede ocurrir en la calle en expresiones de violencia a Batasuna. Otra cosa es que algunas declaraciones de algunos de sus dirigentes tampoco contribuyen a pensar lo contrario. Pero si nos aferramos al principio de sacar el conflicto de las calles para llevarlo a la mesa, habrá que constituir esa mesa, no sea que entretanto cada cual esté jugando a mantener posiciones del pasado. En este sentido, sí que hemos tenido todos un acto reflejo de que estas imágenes, actitudes, declaraciones... constituyen parte del pasado de este pueblo, y no parece que vayamos a construir nuevos escenarios con comportamientos del pasado. No creo que la responsabilidad sea única, pero cada uno tiene que ser consciente de las declaraciones que pronuncia y de las arengas que se han oído.
La imagen de los pelotazos, los porrazos, los heridos, algunos sexagenarios... ¿No es también del pasado?
Creo que es una imagen del pasado que hay que superar. Creo también que la vocación de quienes dirigen la Ertzaintza no es la de reproducir estas imágenes. Cada cual tiene su responsabilidad, pero esas fotos deben ser del pasado, aunque, desgraciadamente, han sido del presente.
¿Apoya la apertura de un procesamiento contra dirigentes de Batasuna, como barajan Interior y la Fiscalía?
Ahí cada uno estará cumpliendo sus trámites. Como es una cuestión reglada, supongo que una vez abiertas las diligencias habrá un proceso. Ahí no voy a entrar. Pero repito que son consecuencias de actitudes del pasado que hay que evitar, y son consecuencias negativas.
¿Cómo debe interpretarse lo ocurrido: como el mantenimiento de una situación de conflicto, o como las tensiones lógicas de una fase previa al diálogo?
Me gustaría que fuera esto último. Creo también que hay gente que de forma equivocada intenta plasmar imágenes que suponen conflicto y que responden a una serie de análisis. Estoy observando en los últimos tiempos que la izquierda abertzale hace análisis excesivamente autocomplacientes, de pensar que si las cosas se mueven es porque la izquierda abertzale ha mantenido una lucha durante los últimos 45 años. Y creo que hay que ser más prudentes al interpretar la evolución de la sociedad vasca. -