Muy a su pesar, el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza (Bilbao, 1957) ha sido uno de los principales protagonistas de la semana. Batasuna lo ha elegido como blanco de sus descalificaciones tras ser prohibida la manifestación que convocó en Donostia el domingo.
Batasuna ha arremetido contra usted llegando a calificarlo de "bulldog" y "verdugo de la paz". ¿Cree que estas descalificaciones reflejan el actual nivel del análisis político de la izquierda radical?
Si se quieren abrir períodos nuevos de diálogo, no se puede continuar con los métodos clásicos de la izquierda abertzale. El veto personal que padeció Juan Mari Atutxa por parte de EHAK para la presidencia del Parlamento respondió a esta clase de métodos y lo de ahora se parece mucho a otro veto personal. Consiste en señalar al "malo".
Para ellos, es muy fácil elegir al consejero de Interior...
Sí, para Batasuna siempre existe un "malo" fuera de su organización que se dedica a complicar el proceso. Pero se trata de discursos absolutamente agotados, del pasado. Batasuna debe tener claro que nadie va a dejar de trabajar en sus responsabilidades. Tenemos la responsabilidad de que no se coaccione y no se amenace, y vamos a cumplir con esta obligación. Si por eso les parezco un bulldog, siempre será mejor ser bulldog que chihuahua respecto a algunas personas.
¿Hasta qué punto ha dado pasos atrás Batasuna este verano respecto a Anoeta?
La Declaración de Anoeta tenía muchos puntos de interés desde una lectura interna de Batasuna y sólo tenía un punto de interés para una lectura externa a Batasuna: el del compromiso de sacar el conflicto de las calles. Por ahora, no sólo no se ha cumplido sino que se han dado pasos muy atrás de la situación previa a Anoeta. Desde aquel 14 de noviembre el nivel de conflicto en la calle ha crecido. No vale que digan que eso es por culpa de los demás, porque eso es lo tradicional en Batasuna: siempre es un tercero el culpable. El compromiso fue asumido por ellos y quienes lo están incumpliendo son ellos.
¿Cree que han endurecido su posición conforme se relajaba la presión sobre ellos?
Huyo de hacer análisis internos de Batasuna. Los tienen que hacer ellos. A mí me importan los hechos objetivos y éstos señalan que Batasuna vuelve a un planteamiento absolutamente pasado y antiguo de conflicto callejero y de amenaza e insulto hacia todo el que no esté dispuesto a seguir sus consignas. Sacar el conflicto de la calle significa que se apuesta por el diálogo aunque el interlocutor no esté de acuerdo contigo. No vale decir que se saca el conflicto de la calle sólo si se les da la razón. Si se apuesta por el diálogo se debe hacer con independencia de los resultados.
¿No los ve maduros para dar ese paso?
Hemos perdido demasiado tiempo psicoanalizando a la izquierda abertzale. En la política a cada uno se le juzga por sus actos, y sus actos son la amenaza, la intimidación y el violentamiento de la vida ciudadana.
¿A qué achaca que Batasuna anunciara como tal la convocatoria de la manifestación?
Creo que han adoptado la decisión de aparecer otra vez en la vida política y social vasca con la identidad política de Batasuna y no a través de las vías individuales que han estado utilizando durante varios meses. Pero es un error hacerlo en esos términos. Pueden aparecer como Batasuna en determinados foros de diálogo en los que se les reconoce como tal. Lo que no pueden pedir es que la Ertzaintza no cumpla con sus obligaciones o que resuelva el problema político de fondo de la ilegalización.
¿Se trataría de forzar la situación?
La modificación de la situación legislativa les corresponderá, en su caso, a los partidos vascos, al Parlamento vasco o a las relaciones entre partidos vascos y estatales pero, de todas formas, no se puede exigir a la Ertzaintza que ignore la realidad jurídica y legal. Para el renacimiento de la identidad de Batasuna han escogido el terreno que mejor conocen históricamente, que es la calle, pero que es el más inadecuado en estos momentos.
Acusan al Gobierno vasco de seguir a pies juntillas lo que llaman "legalidad española" pero no tienen ningún reparo, por ejemplo, en pagar la fianza de Otegi cuando es encarcelado por el mismo entramado legal...
Históricamente Batasuna se ha amparado en la legalidad cuando le ha convenido. El Gobierno vasco, y así se lo he hecho saber a Otegi en alguna comisión parlamentaria, ni es rupturista ni tiene los modos políticos de Batasuna. Apostamos por el cambio de la realidad social y de la legalidad a través de los procedimientos establecidos porque creemos en lo que hemos construido en estos 25 años. Por eso la propuesta de nuevo Estatuto ha tenido el trabajo procedimental previsto en el propio Estatuto. No vamos a ir a líneas de ruptura ni a líneas de desobediencia civil, ni en la gran política ni en la del día a día. No somos Batasuna. Nuestra apuesta pasa por el convencimiento y por el trabajo pausado.
¿Cómo valora el voto particular del presidente de la "Sala de Vacaciones" del TSJPV que discrepó de sus compañeros respecto a la prohibición?
Hace una interpretación muy correcta, perfectamente válida, que encaja con la línea jurisprudencial que estaba teniendo el Tribunal, salvo en un matiz en el que discrepo con absoluto respeto. Por supuesto que la ilegalización de Batasuna no priva de los derechos civiles y políticos a ninguna persona, ni tan siquiera a sus líderes. Pero es que, en esta ocasión, no ha sido una persona individual la que ha ejercido el derecho fundamental de manifestación, sino que Otegi y quienes comparecieron con él en la rueda de prensa quisieron dejar patente expresamente que era Batasuna quien convocaba, promovía y organizaba la manifestación.
De hecho, la izquierda aber-tzale sigue concentrándose...
Así es. La doctrina del voto particular es aplicable a las muchísimas concentraciones que promueve la izquierda abertzale en nuestros pueblos y ciudades, como ocurre con las de cada viernes en favor del acercamiento de los presos y que no tienen ningún problema de legalidad. Pero no es acertado aplicar esa doctrina a la manifestación del pasado día 14, porque había una voluntad deliberada y expresa de Batasuna para aparecer como convocante.
Anunció una actuación «proporcionada» de la Ertzaintza. ¿Lo fue?
Sí, porque en el momento en que se inició un recorrido por la Parte Vieja en el que no hubo desórdenes, no se cargó contra los manifestantes. Esa situación hubiera producido las consecuencias previstas en la Ley de Seguridad Ciudadana, una respuesta administrativa y judicial por desobedecer una prohibición gubernamental y judicial. La utilización de la fuerza policial sólo es legítima cuando hay desórdenes públicos, cuando existe riesgo para personas o bienes. Esto ya está trillado por la jurisprudencia en cualquier país democrático.
Pues el PP le ha criticado por ello...
Dice el PP que se les consintió manifestarse y que hay un espacio de impunidad en la Parte Vieja. Es falso. Pero no se puede cargar contra unos cientos de personas si no están provocando un desorden público. Nos lo prohíbe la legislación. Sin embargo, cuando se empezó a quemar contenedores y a lanzar gritos apologetas, cuando hubo otro tipo de amenazas, es cuando intervino decididamente la Ertzaintza. Esta es la proporcionalidad.
¿Se ha agudizado la amenaza contra la Ertzaintza?
Ésta es una regla, una constante. Batasuna sabe que está traicionando los principios que dice estar pretendiendo asentar. Saben los líderes de Batasuna, desde Álvarez a Otegi pasando por Permach, que están traicionando lo anunciado en Anoeta y la forma que tienen para superarlo consiste en hacer el camino del martirio. Siempre provocan el conflicto con la Ertzaintza mientras acatan las decisiones de la Guardia Civil o del Gobierno del Estado en Navarra respecto a los mismos derechos de manifestación y reunión. Se valen del victimismo cuando saben que tienen los pies de barro, porque saben que han engañado a la sociedad.
¿Cómo valora las palabras de Begoña Errazti apoyando a la Ertzaintza pero calificando la manifestación de «legítima»?