Deia
La vicelehendakari y consejera de Hacienda, Idoia Zenarrutzabeitia, conversó a principios de este mes con el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, poco menos que para invitarle a que el próximo viernes, 29 de julio, el Estado evite realizar nuevos descuentos en el Cupo y se cierre así unos desencuentros tal que partidos de ping-pong. «Se recuperaría una relación institucional normalizada», considera la vicelehendakari.
Solbes dijo tomar nota, Zenarru-tzabeitia colgó el teléfono con buenas impresiones, pero el escenario de confusión que rodea a este tema desde hace varios años hace escépticos a unos y otros. El Ejecutivo central debe decidir si aplica un nuevo descuento en el pago de los ajustes de IVA e Impuestos especiales que el Estado realizará a las diputaciones forales. En el camino queda la conversación de hace un año entre Ibarretxe y Zapatero, en la que éste se comprometió "a pagar las facturas", que sirvió de bien poco a la vista de estos resultados.
Esta semana ha sido la Junta de Castilla y León la que ha anunciado que recurrirá el impuesto de sociedades vasco, al considerarlo lesivo tal como está establecido en el 32,5% ¿Por qué las normas fiscales vascas parecen estar siempre bajo sospecha para el resto del Estado?
Cuando se pactó el Estatuto y se pactó el sistema del Concierto, más de uno en el Estado tuvo la esperanza de que se tratara, como apuntaron los catalanes, de una antigualla, que no daría resultado. Ahora, una vez comprobado que los vascos nos tomamos en serio tanto nuestro autogobierno político y gestor como nuestro autogobierno fiscal, todo el mundo intenta, si se me permite la expresión, dinamitarlo.
En este sentido, son las CC.AA. las que han tomado el relevo del Estado tras firmar con éste la paz fiscal.
Sí, es cierto. En el año 2000, cuando alcanzamos la paz fiscal, existían 200 recursos abiertos por el Estado. A partir de ese año, su actividad recusadora ha pasado a segundo plano, pero ha abierto la puerta a la legitimación a otras iniciativas, bien sean de las comunidades autónomas o privadas.
¿Gestos con barniz político?
El lehendakari suele decir que tenemos un autogobierno flotante. Un acuerdo como fue el Estatuto está sometido a vaivenes, al albur de determinadas coyunturas políticas, que, lógicamente, pasan factura.
¿Lo dice por las acusaciones de insolidaridad con la caja común?
Hemos oído de todo... Es una acusación injusta porque podemos demostrar, con datos en la mano, que somos solidarios hacia dentro, construyendo una sociedad vasca económica y socialmente equilibrada, y hacia fuera, con respecto a otras regiones, gentes o países.
Volviendo a la actualidad, el próximo viernes será una nueva prueba del algodón en estas relaciones Estado-Euskadi ¿Qué queda de la conversación entre Ibarretxe y Zapatero para abrir una nueva etapa?
Hace un año, efectivamente, el lehendakari y Zapatero llegaron a un acuerdo para que un gobierno que nacía en minoría, como el del PSOE, tuviera un escenario de estabilidad presupuestaria, con la importancia que de ello se deriva. El lehendakari no le solicitó ni transferencias, ni dotaciones presupuestarias, sino que le vino a plantear lisa y llanamente que pagara las facturas en materia del Concierto (Ertzaintza, "Prestige" y Sanidad) para conseguir unas relaciones institucionales normalizadas.
¿Recuperar el tiempo perdido con el Gobierno del PP?
Algo así. Sobre un desajuste técnico del Cupo el PP había proyectado a categoría política un enfrentamiento entre dos gobiernos. Nuestra sorpresa fue ver cómo el PSOE, cuando entra en el gobierno, prosigue con esta dinámica. Fue entonces cuando el lehendakari le planteó a Zapatero: tu necesitas una situación de poder presentar los presupuestos con normalidad en esta legislatura y nosotros recuperar unas relaciones institucionales normalizadas. Zapatero le contestó que sí, que se solucionarían todas estas cosas...
Hasta hoy, un año después.
Lo que ha ocurrido después es que Zapatero ha incumplido su palabra y frente a reconocer este hecho, el Gobierno español ha hecho del ataque su mejor defensa. Nosotros hemos evitado estas polémicas y hemos buscado nuevas oportunidades para un encuentro en este campo.
¿Recientemente?
A principios de este mes le he llamado al vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, para comentarle que necesitamos desbrozar un camino de normalidad institucional para abordar debates importantes como son los relativos a la estabilidad presupuestaria, a la renovación de la Ley Quinquenal del Cupo... "Ministro, podemos llegar a un acuerdo si hay voluntad", le dije.
¿Qué respuesta obtuvo?
Pensé que habíamos encontrado un punto de encuentro para encauzar la situación. Espero que esta semana esta impresión mía tenga una traducción concreta.
¿Se refiere al previsible descuento del Cupo por parte del Estado, previsto para el día 29 de julio?
Sí. Dependiendo del gesto, puede ser un punto de inflexión en las relaciones entre Estado y Euskadi.
¿El problema es con la cantidad de dinero o existe mar de fondo?
No, el dinero no es el problema. Solbes, de hecho, me dijo que las cantidades no le importaban. Le manifesté nuestra voluntad de conseguir un acuerdo que fuera susceptible de ser admitido por ambas pares, es decir, que no se hablara de ganador y vencido en esta polémica. Hice el primer gesto y estoy esperando...
Zapatero le ha acusado a usted, en el marco del Congreso, de ser el agente inflexible en ese asunto...
Ya... Y lo dice, efectivamente, de forma pública... Generó de forma consciente una cortina de humo para tapar sus pecados. Tan chabacano como cuando dijeron alguno de sus colaboradores que el lehendakari no había entendido a Zapatero... La vicepresidenta primera dice un día que las facturas del Prestige ya han sido abonadas y otro ministro dice días después que no han sido presentadas... ¿Cómo que no han sido presentadas? Están propiciando una ceremonia de confusión para que no se viera el pecado capital de Zapatero, que incumplió su palabra.
Habrá tragado sapos y culebras para llamar a Solbes...
Es que la responsabilidad de ambas partes es recuperar el espacio perdido y el diálogo institucional. Por eso hice el gesto, por responsabilidad.
¿Qué escenario diría, entonces, que persigue el Gobierno español en este tira y afloja sin solución de continuidad?
Cuando llegaron al poder, en marzo de 2004, pensé que formaba parte de una tarea de desgaste del Gobierno vasco, habida cuenta de que, como ellos decían, un adelanto electoral estaba a la vuelta de la esquina. En 2005, ya confirmada la fecha de las elecciones, siguieron en este dinámica... Es ahora, sin confrontación electoral a la vista, cuando creo que ha llegado la hora de pasar página.
De lo contrario, y pensando en el próximo viernes, suponiendo que el Estado descontara el Cupo, la nueva promoción de la Ertzaintza puede entrar en Arkaute en setiembre sin financiación...
Toda una paradoja ¿verdad? Y eso que en 2002 ya se estableció que la financiación de la Ertzaintza se determinaría en un espacio temporal de seis meses... Respecto al "Prestige", el Estado ha firmado un convenio con Cantabria, el pasado 14 de julio, y nosotros seguimos esperando... En fin, al Estado le toca decidir este viernes si dejamos atrás desencuentros.
Con respecto a Andalucía bastó un par de meses solucionar un problema de 2.500 millones y ustedes andan a vueltas, si me permite, con menudencias...
(Sonríe) Sí, llama la atención... Por eso no entendíamos el mensaje de Zapatero después de hablar con el lehendakari. Parecía, de nuevo, que no les interesaba el acuerdo. El problema es que hay voluntad si hay necesidad política, como sucedió cuando Zapatero le llamó al lehendakari minutos antes de que su estabilidad presupuestaria quedara empantanada en el Congreso y siguiera el mismo camino en el Senado... Entonces sí había necesidad... Pagar unas facturas es bien sencillo. Valen tanto, se pagan y punto final. Nuestro precio político fue altísimo. Fuimos un flotador para el PSOE, gobierno en minoría, no hay que olvidarlo, y luego resulta que nosotros interpretamos mal lo que dijo Zapatero...
¿Qué cuerpo se le queda ante este tipo de respuestas?
Como todo en la vida, la política también tiene claros y oscuros. Siempre he creído que la política debe mantenerse en unos cauces de honestidad, de tener un proyecto para mejorar la sociedad y creérselo. La política tiene mucho de utopía que puede hacerse realidad. Eso son los claros. El resto, lo de sentirte decepcionada por ciertas respuestas, entra dentro del ámbito de las sombras...
¿Espera que Solbes le llame esta próxima semana, para adelantarle el trago del 29 de julio?
(Pausa). Yo hice el primer gesto...