DECLARACIÓN EN SANTIAGO DE COMPOSTELA DEL INTERGRUPO DE NACIONES SIN ESTADO DEL PARLAMENTO EUROPEO
15Julio
2001
15 |
Otros documentos

DECLARACIÓN EN SANTIAGO DE COMPOSTELA DEL INTERGRUPO DE NACIONES SIN ESTADO DEL PARLAMENTO EUROPEO

DECLARACIÓN EN SANTIAGO DE COMPOSTELA DEL INTERGRUPO DE NACIONES SIN ESTADO DEL PARLAMENTO EUROPEO
Julio 15 | 2001 |
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El Intergrupo de naciones sin Estado, formado por diputados y diputadas nacionalistas de Escocia, Gales, Flandes, Valle de Aosta, Catalunya, Euskadi, Galiza, andalucia y las Islas Canarias se reúne en Santiago de Compostela para defender la diversidad nacional, cultural y lingüística europea, la aplicación de los principios de autonomía y subsidiariedad en la ejecución de las políticas comunitarias, el impulso de la política de equilibrio territorial y cohesión social en la Unión y la promoción de la participación política en las instituciones de la Unión Europea de las naciones sin Estado y de las entidades políticas autónomas de los Estados miembros.
El Intergrupo de Naciones sin Estado

El Intergrupo de naciones sin Estado del Parlamento Europeo se reúne en Santiago de Compostela, ciudad simbólica en la formación histórica de la propia concepción de Europa, para analizar la situación de la estructuración de la Unión Europea después de la CIG celebrad en Niza con la correspondiente modificación de los Tratados y la ampliación a nuevos Estados del Este y del Mediterráneo. Se reúne cuando, en el despertar del siglo XXI, la Unión Europea evoluciona históricamente hacia mayores niveles de integración y hacia una realidad de soberanías compartidas, en un proceso de cesión de soberanía a instancias supraestatales que se ve acompañado por otros paralelos de reconocimiento político e institucional de las realidades nacionales internas de Estados miembros de la Unión así como de descentralización hacia entidades políticas subestatales de carácter territorial. Este proceso abre nuevas perspectivas para las naciones que reclaman el reconocimiento de sus competencias políticas y legislativas y el derecho a avanzar en el autogobierno nacional en el marco de la Unión Europea.

El Intergrupo de naciones sin Estado, formado por diputados y diputadas nacionalistas de Escocia, Gales, Flandes, Valle de Aosta, Catalunya, Euskadi, Galiza, Andalucía y las Islas Canarias, tienen como objetivo la defensa y el reconocimiento político de la diversidad nacional, cultural y lingüística europea, la aplicación de los principios de autonomía y subsidiariedad en la ejecución de las políticas comunitarias, el impulso de la política de equilibrio territorial y cohesión social en la Unión y la promoción de la participación política en las instituciones de la Unión Europea de las naciones sin Estado y de las entidades políticas autónomas de los Estados miembros.

Los diputados y diputadas del Intergrupo pertenecen a organizaciones políticas fundamentadas en un nacionalismo democrático, universalista, cívico, defensor de los derechos humanos. Respetan las diferentes formas y objetivos institucionales que mantiene cada fuerza política en la consecución de la soberanía y el autogobierno de su nación. Las organizaciones reunidas en el Intergrupo rechazan absolutamente la violencia como forma de obtención de logros políticos.

Los miembros del Intergrupo consideran que la Unión Europea es potencialmente un espacio político válido para el reconocimiento del nacionalismo cívico representado por nuestros partidos, compatible con el avance la Europa de los ciudadanos y de los pueblos tanto como contrario al expansionismo centralizador y uniformizador de determinados Estados, tantas veces causa de las guerras trágicas que forman parte de la historia de Europa.

El Intergrupo defiende un principio de soberanía compartida coherente con el proceso de construcción de una Europa política y exige de los Estados miembros reconocimiento explícito de este principio tanto en lo referente a las competencias transferidas a la Unión Europea como en lo que corresponde a las competencias políticas y legislativas de las actuales naciones y entidades con alto nivel de autogobierno.

Las naciones en la Europa política

La Unión Europea se encuentra en una nueva encrucijada en la que está en juego su propio carácter, enfrentándose hoy al doble reto de reconocer un carácter político pleno a sus instituciones específicas, el Parlamento y la Comisión Europea, para equilibrar y controlar democráticamente desde las instituciones directamente representativas la unión económica y monetaria y los pilares de seguridad, militares y judiciales, al tiempo que las adapta para hacer posible la integración de nuevos Estados del Centro, del Este y del Mediterráneo, de manera que la ampliación no lleve al abandono de los objetivos políticos y de cohesión social y territorial constitutivos de la Comunidad Europea. En este sentido, asistimos a una batalla en la que fundamentalmente se sitúan, por una parte, los partidarios del mantenimiento de la Unión Europea intergubernamental actual, en la que los gobiernos de los estados miembros reunidos tomen las decisiones sin control democrático e incluso en secreto, y por otra parte los convencidos de la necesidad de una Unión Europea política, en la que las instituciones emanen directamente de la voluntad democrática de los pueblos y de los ciudadanos. Hasta hoy, el Parlamento elegido por los ciudadanos no ha alcanzado su plenitud como expresión de la soberanía popular dado que los Gobiernos de los Estados detentan desde el Consejo el poder ejecutivo y el principal poder legislativo de la Comunidad, mermando asimismo el papel de la Comisión Europea, de manera que el avance en el proceso de estructuración política y económica de la Unión da lugar a retrocesos en el control democrático y en la garantía de los derechos políticos, económicos y sociales logrados históricamente en el ámbito estatal o nacional.

Frente a esta situación, en una Unión Europea de carácter político, pasarían a un primer plano un Parlamento elegido directamente por los pueblos y ciudadanos, contando con competencia legislativa y soberanía en las competencias propias de la Unión definidas constitucionalmente, y una Comisión Europa legitimada por la elección desde el propio Parlamento. El carácter político y democrático de la Unión Europea estaría garantizado por una Constitución en la que quedasen definidas las competencias de las instituciones europeas y las de los Estados y naciones, así como las de las diferentes entidades políticas territoriales.

En este camino, reunidos en Santiago de Compostela, las organizaciones políticas y los diputados y diputadas del Intergrupo quieren poner de manifiesto las siguientes posiciones políticas:
  • Reivindican el autogobierno y representación externa de las naciones, así como también los de todas las entidades internas de los Estados con competencias políticas y legislativas, reclamando el poder político necesario para la defensa en la Unión Europa de sus propuestas y de sus intereses. En este sentido, la presencia directa de las naciones en las instituciones de la Unión Europea es perfectamente razonable, siendo necesario establecer los mecanismos institucionales que la hagan posible. Para ejercer la influencia precisa, las naciones y entidades políticas territoriales deben estar presentes en las reuniones del Consejo. Debe ser posible igualmente que estén siempre presentes en las reuniones que celebre la Comisión de Representantes Permanentes de los Estados Miembros (COREPER) antes de las reuniones del celebre la Comisión de Representantes Permanentes de los Estados Miembros (COREPER) antes de las reuniones del Consejo. La presencia activa de las naciones debe ser útil para coordinar y adaptar la construcción de la Unión Europea a las nuevas realidades nacionales, muy diferentes hoy de las existentes cuando fue establecida la estructura institucional de la Comunidad Europea
  • Dan todo su apoyo a la aplicación del principio de subsidiaridad, como un instrumento básico para la toma de decisiones en el nivel político más próximo a los ciudadanos europeos. Para lograr una justa y eficiente dirección de las cuestiones públicas, es importante que la administración se sitúe cerca de los pueblos y de los ciudadanos. En todo caso, los diputados y diputadas del Intergrupo son contrarios a una interpretación del principio de subsidiaridad que afectaría tan sólo a las relaciones entre los Estados miembros y las instituciones de la Unión y que haría depender la intervención de las entidades internas de los Estados miembros de una decisión de los Estados. La subsidiaridad debe significar el ejercicio de importantes y decisivas cuestiones políticas en el nivel más próximo a los ciudadanos, y dar lugar a una efectiva participación en las instituciones comunitarias para todos los países y naciones de la Unión Europea.
  • Defienden la diversidad lingüística europea. La Unión Europea debe consolidar y reforzar el reconocimiento de las lenguas oficiales en las naciones, y promover la riqueza de lenguas no mayoritarias de la Unión. Un mayor grado de reconocimiento sería la aceptación de las diferentes lenguas reconocidas dentro de los Estados miembros en el mismo nivel de las lenguas oficiales de los Estados. El reconocimiento de tales lenguas contribuirá a preservarlas y a consolidar y estructurar las naciones que gozan de ese elemento diferencial.
  • Reclaman la permanencia de los instrumentos de equilibrio territorial y cohesión social de los Fondos Estructurales, la aplicación de una política europea de empleo y la defensa de los sectores productivos de todos los países europeos, especialmente de aquellos, como la agricultura y la pesca, que lleven consigo un establecimiento tradicional de la población europea.
  • Se comprometen a trabajar en la consolidación de los Derechos Humanos en sus propios Estados y naciones y en el mundo entero. La denuncia de cualquier infracción de los Derechos Humanos, dirigida a impedirlas y a prevenirlas en el futuro, colaborando con el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, es una de las prioridades del Intergrupo de las naciones sin Estado.
  • Reclaman el establecimiento de circunscripciones electorales europeas que aseguren una adecuada representación para cada nación. El mapa electoral europeo debería ser reformado para adecuarse ala estructura territorial de las naciones, sean genuinos Estados-nación o territorios nacionales con autogobierno político y legislativo. Exigen que la ampliación a nuevos Estados debe ser reflejada en el incremento del número de escaños en el Parlamento Europeo, de manera que no sufra la actual representación de las diferentes naciones y territorios de la Unión.
  • Defienden la necesidad de la transformación de la Unión Europea en una auténtica democracia, especialmente en la perspectiva de la ampliación a nuevos Estados, y demandan que sea iniciado un proceso que tenga como objetivo una Constitución Europea, estableciendo los principios constitutivos y el reparto de competencias entre la Unión y los Estados, las naciones y otras entidades políticas con capacidad legislativa propia.


En la perspectiva de la reforma de los tratados decidida en Niza y prevista para el año 2004, el Intergrupo de naciones sin Estado defenderá estos principios y posiciones políticas, haciendo propuestas y presentando alternativas en el Parlamento y ante la sociedad europea, en unión con el movimiento democrático por una Unión Europea política y social, por la Europa de la diversidad nacional y cultural.

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