Entrevistas
27Junio
2005
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Entrevista a Josune Ariztondo en Deia

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Junio 27 | 2005 |
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Ariztondo: "La oportunidad para el diálogo político nunca se debe dejar al albur de las decisiones de ETA"

Ibarretxe ha sido reelegido en la segunda votación. ¿Objetivo cumplido?

Sí claro, el objetivo fundamental ya está cumplido: Ibarretxe ya es lehendakari de un Gobierno tripartito. Nos hubiera gustado contar también con un acuerdo parlamentario con Aralar pero, en general, creo que podemos estar satisfechos.

¿Por qué no ha sido posible ese acuerdo con Aralar?

Desde nuestro punto de vista, está claro que, con un partido que va a estar en la oposición, lo importante es compartir principios y bases en materia de pacificación y normalización política. A partir de ahí se podía cerrar un acuerdo en el ámbito parlamentario. Pero Aralar ha sostenido como condición necesaria el establecimiento de un acuerdo programático previo que modulase el acuerdo del tripartito. Hubiera sido interesante acordar con ellos las pautas de una negociación preferente en sede parlamentaria, especialmente en materia de euskera, cultura o educación, pero no ha sido posible. En todo caso, nuestra vocación, nuestra obligación, es llegar a acuerdos puntuales con todos los partidos de la oposición. Nos emplearemos a fondo.

Otro de los pelos en la gatera ha sido el del proceso de elección del presidente del Parlamento de Gasteiz. ¿Qué ha supuesto el veto a Atutxa?

Ha sido un trauma que aún está vivo. Entendíamos que Juan Mari Atutxa era quien tenía un mejor perfil para ser presidente del Parlamento vasco, y su defensa democrática de la institución así lo acredita. Lo hizo, además, de una manera sobresaliente y con un coste personal más que notable. Sin olvidar que Atutxa representa también la apuesta, el compromiso personal en favor del euskera en la Cámara. Es un buen hombre y un nacionalista de convicciones muy querido en el partido. Por tanto, más que un traspiés, ha sido un trauma para todos nosotros, muy vivido también por Izaskun Bilbao, que tuvo que asumir el doble trago en pocos minutos, y que tiene todo nuestro apoyo.

¿Condiciona de alguna forma a este Gobierno que el lehendakari haya resultado elegido con dos votos de EHAK?

Hemos logrado cerrar un acuerdo estratégico entre PNV, EA y EB y ésta es la base para liderar la legislatura. Con el resto de fuerzas políticas, nuestra posición ha sido la de tratar de explicar los principios y las bases del tripartito, especialmente en materia de pacificación y normalización política. A partir de ahí, cada formación política ha tomado sus propias decisiones.

EHAK dio esos dos votos tras aclarar que no compartían el programa de gobierno...

Es evidente que quien comparte programa de gobierno forma parte del mismo. Otra cosa es votar la investidura de un lehendakari cuando una formación no tiene candidatura propia... Entonces, lo sensato en democracia es escuchar y reflexionar sobre lo oído a los dos candidatos y optar. Nosotros estamos satisfechos del programa de gobierno que hemos llegado a acordar en el tripartito. Ojalá hubiéramos concitado más votos en la investidura pero, en cualquier caso, estamos en disposición de buscar acuerdos puntuales con todas las fuerzas políticas en función de los intereses programáticos que vayamos compartiendo. Esa es la tarea, en relación con la construcción social de Euskadi.

Queda el enorme desafío de la normalización.

Estamos en una mejor situación para abordar con madurez, discreción y responsabilidad los retos de la pacificación y la normalización política entre todos. Ya lo dijo el propio lehendakari en en la investidura: ninguno es suficiente, todos somos necesarios.

¿Cómo interpreta ese voto de confianza del grupo de la izquierda abertzale?

Entiendo que puede haber cuestiones tácticas y estratégicas y actuaciones "a favor de y en contra de" cuando se vota de la forma en que lo ha hecho EHAK. Resulta evidente que, entre los dos candidatos, han preferido a Ibarretxe, pero no "molto fanático". Lo raro es que haya candidatos que tengan un número exiguo de escaños para ser lehendakari y afirmen que no buscan ni desean más votos, como en el caso de Patxi López.

¿Cuáles han sido los principales escollos para llegar a reeditar el acuerdo tripartito?

Ha sido un proceso trabajoso, y a mí esto me da confianza porque sería extraño que, en una situación tan compleja y difícil como la actual, hubiéramos llegado a acuerdos rápidos y fáciles. Entiendo que hemos hablado de todo lo que teníamos que hablar, y hemos colocado sobre la mesa los diferentes puntos de vista sobre todos los temas que eran objeto de acuerdo: hemos puesto toda la carne en el asador para ir conformando una posición conjunta en políticas sectoriales sabiendo que debemos mantener una posición abierta, conscientes de que necesitamos sumar apoyos en el Parlamento.

¿Qué papel va a jugar el Nuevo Estatuto Político en este escenario?

El lehendakari lo expresó el pasado miércoles con claridad y así se recoge también en el acuerdo del tripartito. La propuesta de Nuevo Estatuto, aprobada por la mayoría absoluta del Parlamento, contiene mimbres para llegar a acuerdos más amplios. Hemos de hablar, debatir y lograr consensos sobre conceptos que todos los partidos políticos -excepto el PP- hemos ido vertiendo en campaña electoral; cada formación con su propio estilo y desde su propia cultura política. Muchos de esos conceptos vienen contemplados y desarrollados en el Nuevo Estatuto. Ahora bien, todos nos hemos de mover.

Queda el tamiz de la negociación...

Sí, habrá que hablar, contrastar y debatir... Habrá que aportar nuevos conceptos, nuevos contenidos políticos si así lo acordamos entre todos. Porque, después de los dimes y diretes, es preciso que se impongan la serenidad, la madurez política, el debate serio de los diferentes proyectos políticos, todos legítimos y respaldados por la ciudadanía. Y deberemos hacerlo con generosidad democrática y desde la necesidad de un punto de encuentro. Nos jugamos demasiado: la paz y la normalización política de nuestro pueblo.

Ya no se habla de reforma del Estatuto sino de acuerdo para la normalización política. No es una mera cuestión semántica, ¿verdad?

Seguramente. Pero vamos a tomarnos un respiro y a pensar que, mas allá de la semántica, lo estratégico, lo importante, es que la ciudadanía nos ha colocado un mapa político, un área de juego en el que todos jugamos. Y, evidentemente, las cuestiones que nos diferencian a los partidos no son semánticas. Hay diferencias de calado entre unas formaciones y otras. Por eso mismo hemos de dialogar, debatir y acordar un punto de encuentro, un acuerdo para la convivencia política entre diferentes.

¿Por qué han variado las condiciones para la convocatoria de una consulta?

Es una de las aportaciones interesantes del lehendakari en la investidura. Será una consulta que habilita la negociación, y se va a realizar sobre un acuerdo de normalización y habiendo pactado los elementos fundamentales y las condiciones de la propia consulta. En ausencia de violencia, con libertad para todas las opciones, es decir, en las óptimas condiciones democráticas.

ETA ha anunciado que no va a actuar contra electos del PP y del PSOE. ¿Cuál es la factibilidad de la mesa multipartita si no hay una tregua previa?

Los responsables políticos tenemos que hablar entre nosotros. En realidad lo hacemos, aunque luego hay quien, en un ejercicio de infantilismo político imperdonable, quiera jugar a que no se sienta con éste o aquél. El diálogo es siempre necesario y mucho más cuando las dificultades son mayores. La oportunidad para el diálogo político nunca se debe dejar al albur de las decisiones de ETA, porque el grupo terrorista representa la negación del diálogo y de la política.

¿Cree que la izquierda abertzale lo ha interiorizado?

La izquierda abertzale sabe que no hay espacio para la violencia política; sabe -todos lo sabemos- que ETA sobra, que su violencia nos hace daño moral y ético y que cada acto violento nos aleja de la paz y de la reconciliación. Para ir construyendo la paz es necesario que cese la violencia, que ETA deje de matar, de extorsionar y de amenazar. Y que a ello sigan las necesarias políticas humanizadoras en materia penitenciaria, la derogación de la Ley de Partidos...

Con atentados es difícil que se constituya la mesa multipartita...

Seguro; pero hasta para hablar de eso hay que sentarse. Sería terrible que porque hay un agente violento, porque existe ETA, los partidos no hablemos. Resulta interesante la aportación del lehendakari Ibarretxe de crear un grupo de trabajo previo que vaya estudiando y acordando el cómo, el para qué, el quienes y el cuando de esa mesa para que ésta no se frustre con debates estériles.

¿Qué lecciones ha extraído el PNV de lo ocurrido en la legislatura anterior?

A juzgar por lo que estamos viendo los últimos días, el PNV es el partido que ha hecho un mayor esfuerzo para leer el mapa político del 17 de abril con honestidad y seriedad. Quizás nos toca hacerlo como partido líder, y lo digo con toda humildad. Por no extenderme demasiado, diría que todos los partidos hemos de dejar de banalizar conceptos como el del diálogo y practicarlo más; que hemos de aparecer ante la ciudadanía con claridad de criterios, con actitud flexible y con vocación de integración. Hace falta actuar con mucha discreción y con serenidad, sin tacticismos estériles que minan el prestigio de la tarea política.

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