Josu Erkoreka
12Mayo
2005
12 |
Intervención

JOSU ERKOREKA
Intervención en el Debate sobre el estado de la Nación

Josu Erkoreka
Mayo 12 | 2005 |
Intervención

POSICIONES DEL GRUPO PARLAMENTARIO VASCO (EAJ-PNV) EN EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Congreso De los Diputados - 11 y 12 de mayo de 2005

El debate tiene lugar cuando ha concluido ya el primer año de Legislatura y quedan todavía tres para la finalización del mandato parlamentario. Resulta obligado, en consecuencia, tomar en consideración tanto lo que el Gobierno ha hecho -o ha dejado de hacer- en el periodo ya transcurrido, como lo que debería hacer en el tiempo que aun resta hasta el cierre de la Legislatura.

Un año más bien perdido

Pese a las cautivadoras promesas y los mensajes esperanzadores que Zapatero insiste en emitir, no se acaba de percibir su voluntad real de afrontar los grandes problemas políticos de Euskadi desde registros más audaces e imaginativos que los aplicados hasta ahora. En la sesión de investidura, nos preguntábamos si su labor al frente del Gobiernos iba a ratificar o a desmentir a Josep Pla cuando decía aquello de que lo más parecido a un español de derechas es un español de izquierdas. Pues bien, esta interrogante sigue teniendo hoy plena vigencia. Porque los asuntos que quedaron bloqueados con el Gobierno del PP, continúan, siguen estando en la misma situación en la que los dejó Aznar. Tras todo un año de gestión gubernamental,

-         Siguen sin resolverse en la Comisión Mixta del Concierto, los ya cronificados problemas del Cupo, la ampliación de la Ertzaintza y las facturas impagadas del Prestige.

-         Sigue sin hacerse ni una sola de las transferencias pendientes. El PP se reivindicaba estatutista, mientras obstaculizaba el desarrollo del Estatuto. El PSOE hace exactamente lo mismo.

-         Siguen sin resolverse los problemas que el sector público empresarial del Estado tiene en Euskadi. De hecho, las dos únicas grandes empresas vascas que se encuentran en crisis, son empresas públicas del Estado: La Babcock y La Naval

-         Siguen sin mejorarse los exiguos compromisos inversores del Estado en el territorio vasco. El presupuesto general del Estado mantiene el nivel extremadamente cicatero que marcaron los gobiernos del PP a la hora de invertir en el País Vasco.

Por otro lado, mientras el discurso del presidente sigue manteniéndose en ese voluntarismo lírico que caracterizan sus intervenciones los hechos de su Gobierno y del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso van por otro lado. Antes, durante y después de la campaña electoral vasca, el presidente del Gobierno se ha prodigado en declaraciones públicas, que anunciaban su propósito de impulsar “un importante avance en el autogobierno vasco”. Sin embargo la realidad cotidiana en el Congreso de los Diputados ha sido exactamente la contraria. Se han rechazado sistemáticamente las enmiendas e iniciativas más inofensivamente estatutistas. Se prometen importantes avances en el autogobierno vasco, pero no sienten el más mínimo reparo en lapidar el ya suficientemente maltrecho Estatuto de Gernika.

Así pues, el Grupo Vasco hace una valoración profundamente crítica en torno a la acción política desarrollada por el Ejecutivo durante el año ya vencido. El “talante” de Zapatero ha traído consigo una evidente e innegable mejora del clima político, pero no se ha traducido en una renovación de los planteamientos de fondo y de las fórmulas a aplicar en la resolución de los principales problemas que afectan a Euskadi. Y cada vez resulta más evidente que, aun cuando el “talante” es una condición necesaria para operar en un sistema democrático, no es condición suficiente para que la gestión pública en contextos plurales y complejos como el vasco puedan culminar con éxito.  Para ello, es necesario, además, que la forma se transforme en fondo; el estilo en contenido; las palabras y gestos, en hechos reales. Y hasta la fecha, nada de esto ha ocurrido. El “talante” sigue agotando su virtualidad en el ámbito de las simples maneras.

La hora de la verdad

De cara al futuro, el Grupo Vasco considera que el Gobierno del Estado habría de tener en cuenta los siguientes datos y sugerencias de cara a articular las políticas de normalización política y pacificación.

a) Normalización Política

1.- En la cita electoral vasca del pasado 17-A, las fuerzas que consideran que la Constitución española de 1978 constituye una referencia obligada e insoslayable para organizar la convivencia de Euskadi, representan una escuálida minoría. 42 parlamentarios sobre un total de 75 que conforman la Cámara pertenecen a formaciones políticas que postulan sin ambages el derecho del Pueblo Vasco a decidir su futuro. Para ellos la Constitución española que se fundamenta en la unidad indivisible de la nación española es una imposición unilateral, discriminatoria y excluyente, que divide y enfrenta a los vascos y sólo crea crispación.

2.- Durante la campaña electoral vasca, Patxi López afirmó que “si la mitad de la población vasca considera que el Estatuto de Gernika ya no es un punto de encuentro, es que no lo es”. El Gobierno y su Grupo Parlamentario deben tomar nota de esta verdad incontrovertible. El Estatuto todavía vigente ha desempeñado un importantísimo papel histórico, ya no concita entre los vascos las adhesiones necesarias para organizar la convivencia.

3.- Para garantizar la convivencia en ese mosaico de lealtades políticas e identidades nacionales que es Euskadi, donde nadie puede ser ignorado a la hora de construir el edificio común, no sirven las soluciones rígidas y monolíticas que se basan en soberanías únicas e indivisibles y en nacionalidades monolíticas. El status de ciudadanía compartido sólo puede cimentarse sobre esquemas abiertos, flexibles y elásticos y sobre modelos híbridos de identidad y pertenencia Hace falta creatividad e imaginación. El proyecto de Nuevo Estatuto para la Comunidad Vasca que el Parlamento vasco aprobó en las postrimerías de la pasada legislatura responde a estas características y es, hasta la fecha, el proyecto de reforma estatutaria que más adhesiones ha sido capaz de reunir.

b) Pacificación

1.- La ciudadanía vasca ha puesto de manifiesto una vez más que está rotundamente en contra de ese Pacto Antinacionalista Vascoque, eufemística e inexactamente bautizaron como Pacto por las libertades y contra el terrorismo. Y, sobre todo, ha expresado su rechazo a ese hijo espurio del Pacto que fue la LOPP. Durante el último año, el Pacto no ha sido más que un homenaje al fariseísmo. Su primera cláusula contempla el compromiso de los firmantes de eliminar la lucha antiterrorista del ámbito de la confrontación política y electoral y ambos se vienen acusando mutuamente de haberlo hecho nada menos que para acceder al Gobierno o para impedir a todo trance perder su control. El presidente ha afirmado que “el fin de la violencia no tiene precio político, pero la política puede contribuir al fin de la violencia”. Compartimos plenamente ese principio. Pero le recordamos que contradice las bases sobre las que se asienta el Pacto antiterrorista suscrito con el PP. En consecuencia, habrá de optar entre uno u otro. Esperamos su respuesta.

2.- No se debe mantener por más tiempo la espada de Damocles que, según el fiscal general sigue pendiendo sobre el PCTV. Todo lo que el Gobierno tenía que saber sobre este partido ya lo sabía cuando, en plena campaña electoral vasca, se evacuaron los informes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Y si entonces decidió lo que decidió, ahora debe ser  consecuente con aquella decisión, y mantenerla con firmeza,  cualquiera que sea la evolución de las relaciones que el PSOE mantenga con esa formación política. Conviene dejar de transmitir la impresión de que actúan en relación a este tema con arreglo a cálculos e intereses partidistas. 

3.- En la búsqueda de la paz hay que actuar con franqueza. Conviene abandonar la hipocresía de criticar en público lo que se hace en privado. Si es lícito reunirse y hablar con alguien en Burgos o en un caserío de Elgoibar, si es admisible intercambiar con ese alguien mensajes públicos lanzados a través de los medios de comunicación, es igualmente válido hacerlo en Ajuria-Enea. Seamos serios y abordemos los problemas de frente. Hablando con quien haya que hablar y, en su caso, cuando llegue el momento, negociando con quien haya que negociar. En público cuando proceda y discretamente cuando hacerlo así, sea más eficaz.

No seremos nosotros los que pongamos obstáculos a la consecución de la paz. Apoyaremos sus esfuerzos en pos de la paz, siempre que se apoyen en el dialogo, el consenso entre las fuerzas políticas y renuncien a servirse de la lucha antiterrorista para violar derechos fundamentales.

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