Opinión
19Abril
2005
19 |
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Perspectiva y prioridades

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Abril 19 | 2005 |
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Markel Olano

Opinión

Deia


En esto de la política hay dos conceptos que siempre me han parecido muy importantes: la perspectiva y el orden de prioridades. La perspectiva la proporcionan el contraste de datos y la reflexión calmada. El establecimiento del orden de prioridades resulta de gran utilidad para navegar entre la información analizada.

Con un poco de perspectiva, el análisis de los resultados electorales del pasado domingo ofrece un par de titulares que podemos redactarlos de esta manera:


1) ‘‘El nacionalismo vasco avanza y se reubica’’. Comparando los datos porcentuales de las elecciones autonómicas de 2001 y 2005, lo que pierde la Coalición PNV-EA (4,1%), lo reciben EHAK (que obtiene un 2,4% más que EH) y la nueva formación Aralar (un 2,3%). Nótese que aún queda un +0,6%, que supone un claro avance del conjunto del nacionalismo.


2) ‘‘El nacionalismo español retrocede y se reubica’’. La comparativa de las citas electorales de 2001 y 2005 no ofrecen ninguna duda: el PSOE (+4,8%) no es capaz de recoger todo el porcentaje que pierde el PP (-5,7%). En el camino queda el 0,3% de UA, que, incorporado a la resta, ofrece un retroceso del 0,6% del nacionalismo español. Nótese, además, que mirando el dato porcentual, el Partido Popular es el claro perdedor de estas elecciones.


A la hora de establecer un adecuado orden de prioridades, no estoy desvelando ningún secreto de Estado cuando recuerdo que tanto el Partido Nacionalista Vasco como Eusko Alkartasuna llevan lustros apostando y arriesgando en pos de la paz y de la normalización política. Por lo tanto, estas dos cuestiones siguen siendo nuestras principales prioridades. A la luz de esta constatación cabe realizar una lectura más profunda de los datos que acabamos de exponer.


La paz llegará, como en Irlanda del Norte, fundamentalmente como consecuencia de la apuesta definitiva de la izquierda abertzale por las vías exclusivamente políticas y democráticas. Lo que sucede es que nadie puede sentirse exento de responsabilidad en esa evolución y, desde luego, iniciativas como la Ley de Partidos la obstaculizan claramente. Desde este punto de vista, en campaña electoral hemos valorado muy positivamente la legalidad de las listas de EHAK y, por lo tanto, que la izquierda abertzale haya podido tener una marca electoral. Esta participación, además, se ha visto acompañada con una drástica reducción de los asesinatos de ETA y una formulación por parte de Batasuna en términos de apuesta por la política y la resolución del conflicto.


Aunque desde el punto de vista ‘‘egoísta’’ duela que EHAK recupere gran parte de los votos que nuestra Coalición recibió el 2001 por parte de la izquierda abertzale (en claro castigo a la ruptura de Lizarra-Garazi por parte de ETA), lo verdaderamente importante es que la apuesta por la política se afiance es ese mundo. En todo caso, ETA debería constatar, una vez más, que la actividad armada es claramente incompatible con la acción política de la izquierda abertzale.


Desde esta perspectiva, lo del Partido Socialista es de nota; un día te venden un peine y al siguiente una maquinilla de afeitar. ¡Se pasan los últimos tres años intentando ‘‘echar a ETA-Batasuna’’ de todas las instituciones, y luego celebran alborozados la pérdida de votos de PNV-EA, producto del trasvase a EHAK! Resulta mucho más consecuente con la trayectoria política del PP y PSOE la actitud de Acebes, el cual acusa a Zapatero de haber salvado a ETA al permitir su presencia en el Parlamento.


Lo que sucede al PSE-EE es que sus prioridades se asemejan más al caos que al orden. No parece que tengan claro si su prioridad es ir en contra de Ibarre-txe, ir en contra ‘‘ETA-Batasuna’’ o construir un proceso de paz (tal y como dio a entender Zapatero en el Kursaal). En todo caso, si me admitieran un consejo, yo les diría que apuesten siempre por construir y por solucionar; que no permitan que sus fobias (o las de toda esa caterva de resentidos que los apoyan) los conviertan en obstáculos a superar, en vez de agentes activamente implicados en la paz y la convivencia de nuestro pueblo.


Tal y como decía el domingo Joseba Egibar, los resultados electorales son la fotografía del país. La olla a presión, que el 2001 se calentó hasta límites insospechados por parte de Mayor Oreja, Redondo Terreros y la propia ETA, ha perdido presión, y la corriente de fondo que convulsionó a nuestro pueblo y proporcionó a la Coalición PNV-EA un resultado histórico, ha perdido intensidad. No es verdad que la sociedad vasca haya restado apoyo a los principios políticos que guían a nuestra Coalición (Pueblo Vasco y derecho a decidir); lo que ha ocurrido ha sido una reubicación en el ámbito nacionalista vasco, que requerirá mucho diálogo y mucha clarificación en lo tocante a los instrumentos. A EAJ y EA nos toca seguir liderando este país, priorizando lo verdaderamente importante y manteniendo una coherencia que permita que sigamos siendo la referencia principal del electorado abertzale.
Esto no ha hecho más que empezar.

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