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26Diciembre
2004
26 |
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Entrevista a Pedro Azpiazu en El Correo

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Diciembre 26 | 2004 |
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Pedro Azpiazu

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El Correo


Está convencido de que el Gobierno central mantiene abierto el conflicto del Cupo con el Ejecutivo vasco por razones de estrategia electoral. La reciente tramitación de los Presupuestos del Estado son, en opinión de Pedro Azpiazu, portavoz de Economía del PNV en el Congreso, la prueba de que el PSOE no está por la labor de llegar a acuerdos con los nacionalistas vascos, aunque ello le haya supuesto pasar a la historia como el primer Ejecutivo en de la democracia que ha cosechado un veto en el Senado a las cuentas públicas.
-Esta semana, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha asegurado que él nunca se comprometió a conceder al PNV todo lo que pedía en torno al Cupo, sino tan sólo a llegar a un acuerdo.

-Es decir... llegó al acuerdo de que había que llegar a un acuerdo. Bueno, para llegar a ese punto no hacía falta nada. Desde que surgió el conflicto, todavía con el P P en el poder, todos teníamos claro que sería necesario un acuerdo.

-También ha dicho que nunca se comprometió a unos plazos concretos.

-Yo participé en la negociación con el grupo parlamentario socialista y conozco el detalle de la cuestión. Reclamaron nuestro voto en la aprobación del límite de gasto para 2005 y pusimos como condición que se aceptasen las peticiones del Gobierno vasco en tres asuntos: la liquidación del Cupo, la ampliación de la Ertzaintza y las compensaciones por la catástrofe del ´Prestige´. Tan sólo unas horas antes de la votación en el Senado, Zapatero le llamó a Ibarretxe para pedir el respaldo del grupo nacionalista. Y lo dimos, con fecha concreta, aquella misma tarde. Si nosotros teníamos fecha para cumplir nuestro compromiso, lo lógico es que el PSOE tuviese también la suya.

-El acuerdo en torno a los Presupuestos Generales del Estado ¿no ha sido posible o ni siquiera se ha intentado?

-Desde que pusimos como condición previa que se solucionase el conflicto del Cupo, nunca más se volvió a hablar de los Presupuestos. El PSOE y el Ministerio de Economía cancelaron dos reuniones que ya habían sido convocadas. Con los únicos grupos con los que el PSOE no ha negociado los Presupuestos han sido con el PP y con nosotros. Y detrás hay una intencionalidad electoral.

Veto irrelevante

-Vayamos al veto del Senado. Algo aparentemente tan importante como que la cámara alta rechace los Presupuestos de un Gobierno, ha quedad en nada. Resulta irrelevante.

-Desde el punto de vista práctico, sí. Y desde el punto de vista político, probablemente también porque ha tenido una escasa repercusión mediática. Es cierto que coincidió con el día en que Zapatero comparecía en la comisión del 11-M y eso le restó protagonismo. El Gobierno se fumó un puro el día que el Senado aprobó el veto. No le importó.

-En esta situación, cualquier ciudadano normal puede preguntarase para qué sirve entonces el Senado y por qué se le llama Cámara Alta si sus decisiones no sirven para nada?

-Pues...es cierto. El Gobierno ha conseguido demostrar que el Senado no sirve para determinadas cosas y que necesita una reforma en profundidad. Pero también es cierto que, con esta actitud, los socialistas han salido perdiendo. Prefirieron asumir el veto para no tener que negociar con nosotros y ello les ha impedido introducir algunas enmiendas en el trámite final. Insisto, no fueron capaces de soportar la imagen de un acuerdo con los nacionalistas vascos.

-Entonces, ustedes creen que no va a ser posible resolver el conflicto del Cupo antes de las próximas elecciones autonómicas.

-Nos gustaría y estamos dispuestos a ello, pero me temo que el PSOE quiere evitarlo a toda costa. Yo creo que el PSE ha presionado lo suyo para que no se visualice un acercamiento con el PNV porque, a su juicio, le puede perjudicar en las elecciones. Lo que sucede es que esa actitud nos hace pensar que el valor de la palabra dada, como en este caso, no se reconoce en algunos casos. Además, creo que es necesario que el Gobierno central comience a dar pasos para acabar con un olvido histórico que hay en relación con las inversiones en Euskadi.

Inversiones

-En las discusiones parlamentarias en torno al Presupuesto, ustedes se han quejado precisamente de eso, de que hay una gran brecha en las inversiones del Estado en el País Vasco. ¿Es una brecha que abrió el PP?

-No, es una brecha que existe desde la etapa anterior del PSOE. Ya entonces, las inversiones en infraestructuras en Euskadi comenzaron a brillar por su ausencia. Y las necesitamos. Creo que Zapatero tenía una oportunidad de oro, porque estábamos dispuestos a hablar de cosas concretas; la ´Y´ ferroviaria, por ejemplo, que está estancada desde hace tanto años. Y de otras muchas cosas, de inversiones en tecnología, por ejemplo, que contribuyan a la modernización de nuestro país.

-¿Pero es cierto que hay tanta distancia entre lo que el Estado invierte en el País Vasco y lo que se destina a otras zonas?

-En el Presupuesto para 2005, las inversiones en Euskadi tan sólo representan e 0,38% del total. Y, sin embargo, representamos algo más del 6% de la economía del Estado. Los catalanes, en sus negociaciones con el Gobierno, han utilizado precisamente argumentos similares: la distancia entre su peso en la economía y lo que reciben. Pero discutían cuestiones de décimas. Nuestro problema no es de décimas, es de puntos; y, además, se prolonga ya durante bastantes años.

-Otro elemento de discrepancia ha sido el futuro de La Naval. ¿Por qué no les gusta a ustedes la solución que ha dado el Gobierno?

-Haber dejado a La Naval de Sestao fuera del área militar es condenar al astillero a su desaparición. Esto es algo que, si no se remedia, sucederá más pronto o más tarde. El que piense que por haber contratado un barco las cosas están solucionadas, no sabe lo que se le viene encima. Un barco importa poco. La clave es que exista un proyecto industrial y un grupo empresarial dispuesto a tirar hacia adelante con el proyecto. Ahora no hay ninguna de estas dos cosas. Y las consecuencias, también para la industria auxiliar, serán muy negativas. Otra cosa es reconocer que el tratamiento para los trabajadores mayores de 52 años sea bueno. Pero para los que se queden en el astillero y tengan menos de 52, creo que sólo hay motivos para la preocupación.

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