Entrevistas
02Diciembre
2004
02 |
Entrevistas

"ADI EKONOMILARI" ALDIZKARIAN JOSU ORTUONDORI ELKARRIZKETA

Entrevistas
Diciembre 02 | 2004 |
Entrevistas

Josu Ortuondo

Entrevistas


1- ¿Que puesto prefieres el de alcalde o el de eurodiputado? ¿Por qué?

 

Ambos puestos son muy interesantes y permiten contribuir a la mejora del bienestar de los ciudadanos y del conjunto del pueblo vasco. Sin embargo, son ocupaciones diferentes. La acción es más directa y sus resultados más visibles e inmediatos en el caso de la alcaldía. En el Parlamento lo que juega son los conceptos y el largo plazo, además de que allí eres solo un grano dentro de un gran granero pero lo importante es poder estar y que nuestra voz se tenga que escuchar.

 

1-       En la anterior legislaturas había tres nacionalistas vascos en el parlamento europeo, en ésta solo estás tu, ¿no te sientes un poco solo?

 

Fuimos tres durante los dos primeros años; los tres años restantes solo estuvimos dos nacionalistas vascos. Entonces eran 64 los eurodiputados que correspondían al estado español pero con la incorporación de los diez nuevos estados miembros, el número de escaños ha descendido a 54 y en el futuro descenderán a 50. Por tanto, no parece probable que pueda repetirse una situación tan favorable como la de la anterior legislatura, aunque me gustaría que hubiera más nacionalistas en lugar de algunos eurodiputados vasco españolistas, que los hay, elegidos con votos de ciudadanos de fuera de Euskadi.

 

2-       Los estados pequeños de la unión tienes, como mínimo cuatro representantes en el parlamento, ¿hay alguna posibilidad de que Euskadi llegue a tener un mínimo de cuatro europarlamentarios?

 

Si se aprueba el nuevo Tratado Constitucional, el mínimo de representantes será de seis por Estado miembro. Si Euskadi llegara a ser un Estado miembro, tendría derecho a ese número de seis eurodiputados.

 

3-       ¿Qué beneficios económicos reporta a la UE la última ampliación?

 

Las sucesivas ampliaciones europeas no se deben medir solamente en términos económicos. La Paz, la estabilidad, la seguridad en el continente y en nuestro entorno inmediato son valores geoestratégicos que tienen una gran ponderación al decidirse nuevas incorporaciones. Cualquier Estado europeo que respete los derechos humanos y asuma el sistema de gobierno comunitario puede integrarse en la UE. En todo caso, los nuevos Estados que son mucho más pobres, suponen, en principio, carga económica para la Unión, si bien a largo plazo amplían nuestro mercado y se considera que el incremento de intercambios comerciales es beneficioso económicamente para todos.

 

4-       ¿En que beneficiaría a la UE la entrada de Turquía? ¿Y en qué perjudicaría?

 

No es fácil una respuesta. Turquía es un Estado muy poblado y muy pobre comparativamente; su territorio es una parte Europa y otra, Asia; pertenece a la OTAN y sus gobiernos tienen vocación occidental desde que esta república fuera fundada por Atatürk en 1923 a la caída del imperio otomano. Sería muy largo y costoso lograr que alcance el grado de bienestar de la UE. Aunque, formalmente, es un Estado “laico”, su población es abrumadoramente de religión islámica, lo que provoca tensiones con el respeto a los derechos humanos. No obstante, se teme que si Europa no abre sus puertas a Turquía, ésta pueda caer en la órbita del islamismo más radical como el de Irán, al Qaeda, el antiguo régimen talibán de Afganistán y otros, lo cual sería peligroso para nuestra seguridad. Todo ello hace que muchos estén a favor de que forme parte de la UE, si bien  otros prefieran crear un estatuto de asociación privilegiada con Turquía para que pueda beneficiarse de la ayuda y el mercado europeo pero sin llegar a ser Estado miembro.

 

5-       ¿Eres favorable de que entre Turquía? ¿Y porqué?

 

No tengo una respuesta firme todavía. Por las razones antes expuestas, considero que no hay que tomar una decisión precipitada “a priori”. Debemos comenzar el período de negociaciones con Turquía y ver si su evolución es en positivo y si va dando los pasos necesarios para admitirle como socio miembro.

 

6-       La constitución europea se basa en los estados, ¿tienen los pueblos hueco en la UE?

 

No es todavía una verdadera constitución sino un tratado; ello, en derecho internacional, significa que es un acuerdo entre estados soberanos. Por consiguiente, la UE actual no puede basarse sino en estados, ya que es una especie de asociación entre estos para gestionar de forma comunitaria determinadas materias de competencias que se ceden con carácter exclusivo o compartido, manteniendo, en todo caso, el derecho a recuperarlas y a abandonar dicha asociación. Los Estados no desaparecen con la UE pero si que se diluyen en la misma; con el paso del tiempo la Unión va creciendo y es cada vez más difícil que puedan abandonarla, dada la creciente e imparable globalización del mundo. Los pueblos o naciones sin estado, como el vasco, cometerían un error histórico si confrontaran su identidad contra la europea en lugar de apostar por ese espacio común mayor y buscar un hueco manteniendo su personalidad en el mismo, a medida que los estados se desdibujan.

 

7-       ¿Te agrada la constitución firmada en Roma?

 

No puedo decir que me agrade plenamente el Tratado Constitucional firmado en Roma por los jefes de Estado o Gobierno de los 25. Como ciudadano europeo habría preferido una verdadera Constitución y la creación de un supra-estado europeo donde sus tres poderes estuvieran perfectamente definidos y separados, o sea que los gobiernos de los 25, es decir, los poderes ejecutivos dejasen de ostentar el poder legislativo para que sea ejercido solamente por el Parlamento Europeo y que la Comisión se convirtiera en un verdadero Gobierno de la Unión con su presidente elegido por los ciudadanos. Como ciudadano vasco me habría gustado que contemplara la existencia de otras identidades nacionales además de las correspondientes a la Unión y los Estados miembros; pero comprendo que si los jefes de Estado no han sido capaces de ir a una verdadera constitución mucho menos iban a plantearse esta cuestión de las naciones sin estado. De todos modos, el no citarlas expresamente no significa que se haya mermado ninguno de los derechos que pudieran corresponderles por razón de su identidad y su historia.

 

8-       ¿En qué cambiara nuestras vidas esta constitución?

 

Los cambios serán a mejor en general, aún cuando habrían podido ser mayores de haber avanzado más en la constitución. Los jefes de Estado y los gobiernos desconfían todavía unos de otros; hay muchos intereses contradictorios y falta un gran liderazgo europeísta dispuesto a sacrificar intereses particulares en pos del bien común. Las leyes de la Unión, en sus competencias, estarán por encima de las leyes de los Estados; así la conservación de los recursos biológicos marinos, las normas sobre competencia, el régimen aduanero, la política comercial hacia el exterior y, sobre todo, la política monetaria junto con el resto de políticas sociales compartidas, nos garantizarán una mayor estabilidad y un progreso sostenible en un entorno de paz.

 

9-       ¿Crees que la UE llegará a tener una única voz propia en política exterior, sin que los estados interfieran?

 

Creo que esto va a ser muy difícil; precisamente este es el capítulo que más ha impedido avanzar en la constitución europea. Los Estados no están dispuestos a ceder su soberanía en las políticas exterior y de defensa común; han mantenido la exigencia de unanimidad o, lo que es lo mismo, el mantenimiento del derecho de veto en todas estas materias. Por tanto, al no tener una sola voz, la Unión no alcanzará la influencia que en el concierto internacional nos podría corresponder atendiendo a que somos la primera potencia comercial y por producto interior bruto. El mundo espera que la UE tenga una sola voz y ejerza un papel equilibrador en las tensiones que vive el planeta pero esto no interesa a los actualmente más poderosos.

 

10-   ¿Qué necesita la UE para que se forme definitivamente?

Ya lo he señalado anteriormente, liderazgo, visión de futuro y apostar por la creación de un supra-estado de derecho, anteponiendo el bien común a los intereses estatalistas.

 

11-   ¿Qué pueden hacer las instituciones europeas por el conflicto vasco?

 

Yo creo que podrían hacer una gran labor de mediación pero como sigue siendo la Europa de los gobiernos de los Estados, ni el francés desea que se le transfiera el problema de Euskadi sur al norte, ni el español quiere que otros se inmiscuyan en lo que defienden como “un asunto interno de un Estado miembro soberano”. A nosotros nos falta un gran padrino como lo han tenido los norirlandeses que cuentan con una colonia de 40 millones de estadounidenses de origen irlandés, y han conseguido que los gobiernos de Irlanda y Reino Unido, así como la propia UE, se impliquen bajo el paraguas de USA en la búsqueda de un acuerdo como el denominado de “Viernes Santo” que, si bien no ha conseguido lograr el fin del conflicto, lo está reconduciendo por derroteros que pueden ser exitosos. En todo caso, lo que debemos hacer la sociedad vasca es defender nuestra identidad y legítimas aspiraciones políticas pero partiendo de un escrupuloso respeto de todos los derechos humanos para todas las personas sin excepción, como hizo Ghandi, y en base a ello tendremos la autoridad moral para exigir en Europa y en el mundo, el respeto a las decisiones que democráticamente adoptemos los ciudadanos vascos.

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