Maria Eugenia Arrizabalaga
08Septiembre
2014
08 |
Opinión

BILDU Y LAS DOT, LA PAJA EN EL OJO AJENO

Maria Eugenia Arrizabalaga
Septiembre 08 | 2014 |
Opinión

La actualización de las DOT realizada responde a adecuar la cuantificación residencial para abastecer las necesidades de la sociedad. No se habla de construir campos de golf ni de nuevas urbanizaciones en la costa, sino de afrontar la construcción del futuro en base a un nuevo paradigma, que sólo desde una correcta planificación se puede materializar. Se establece un sistema actualizado para cuantificar el número de viviendas necesario por municipio.

 

Euskadi es territorio de reducido espacio físico, con elevada densidad y morfología en la que escasea superficie urbanizable. Durante tiempo hemos asistido a un proceso de expansión de los espacios urbanizados. Aunque esa expansión, en todo caso, ha sido infinitamente más controlada, racional y adecuada que la producida en cualquier otro lugar del Estado; y lo digo para poner las cosas en su sitio, que ya sabemos que la demagogia y postureo son género abundante. Por primera vez desde las instituciones se hace una apuesta clara por la rehabilitación frente a la edificación de nueva planta, contra la tendencia anterior de urbanizar todo el suelo urbanizable: rehabilitación y regeneración de viviendas, barrios y ciudades completas, evitando así la ocupación de nuevos suelos, es la nueva apuesta.

La crisis ha cuestionado los criterios generales y estrategias que definen casi la totalidad de Planes Generales vigentes, acentuando la necesidad de replantear un nuevo modelo de desarrollo basado en el reciclaje urbano. La prioridad debe ser incidir y actuar en zonas degradadas existentes, en vez de definir nuevas zonas de actuación.

Por ello, el señor Maeztu trata de confundir números y conclusiones simplistas, cuando los criterios para la cuantificación residencial son cada vez más complejos. Es evidente que la necesidad de vivienda ha variado: la morfología de la familia ha cambiado; se necesitan nuevas tipologías de viviendas, más pequeñas y flexibles; se debe contemplar la incidencia de la vivienda vacía...

El reto será actuar en ámbitos urbanísticos complejos: donde existen edificaciones deterioradas, conflictos socio-económicos de los vecinos, necesidad de actualizar el parque inmobiliario para hacerlo más eficiente… son elementos claves, recuperando así un modelo de ciudad compacta y sostenible.

Según Maeztu, "el documento de las DOT es un documento caduco, obsoleto y redactado en función de intereses lucrativos privados promovidos por una oligarquía del PNV". Mezcla intencionadamente rangos de actuación territorial y otras de ámbito urbanístico, con grandes dosis de demagogia, realizando populismo "progre".

Las DOT no son un documento viejo e inútil. Si el plan general de cualquier municipio -que recoge las medidas urbanísticas a ejecutar a corto/medio plazo-  adquiere un recorrido aproximado de 10 años, un documento "macro" como las DOT, que define estrategias a largo plazo, redactados en el 97 no tiene por qué considerarse desfasado. Para procesos de transformación territorial, el periodo de tiempo transcurrido se puede considerar reducido. Las DOT definen los trazos gruesos de la planificación territorial, desde una perspectiva global; a la vez que se complementa mediante Planes Sectoriales y Parciales, cada vez más completos y específicos, desarrollan campos concretos de actuación (muchos de ellos recientes).

Miente Maeztu cuando reclama una actualización urgente de la planificación territorial abandonada y obsoleta redactada por el viejo PNV. Se ha definido un modelo territorial de referencia urbanística, ambiental y de desarrollo de infraestructuras efectivo, y ha ido actualizándose constantemente.

La equidistribución territorial y la protección de los recursos naturales fueron dos principios utilizados en la concreción de las DOT, un documento redactado bajo otro paradigma, otra época, otra tecnología... Aquel modelo consensuado sigue siendo una referencia y ha contribuido a que, en la última década, hayamos sido testigos de la gran evolución realizada. La formulación de una ecuación perfecta cada vez es más compleja: conceptos como la eficiencia energética, cambio climático o aspectos sociales se han incorporado progresivamente en diferentes legislaciones complementarias. Es por lo que la planificación territorial ha estado en constante actualización.

Bajando a la escala del urbanismo, donde los trazos gordos se concretan, donde la "oligarquía del PNV sumisa a las directrices del mercado" ha realizado industrialdeas que han servido para la reactivación de comarcas y fijar las bases de la economía productiva local, se ha proyectado vivienda para los vecinos que trabajan en ellas, se han creado infraestructuras que conectaban los núcleos urbanos aislados con los hirigunes, fomentado la movilidad, descontaminado suelos, protegido el litoral, bosques... Que explique Maeztu como los alcaldes de la "moderna" izquierda abertzale han ejecutado los "estándares urbanísticos" en sus respectivos municipios, ¿Acaso la edificabilidad en estos pueblos se ha regulado de una forma más "participativa" o difererente? NO.

¿Dónde está el “afán especulativo” que se esconde bajo la actualización de las DOT?. Por el contrario va en la línea acertada, ya que el futuro piensa en clave de rehabilitación física, económica, sostenible y social.

Puestos a hablar de planificación territorial, incluso de construcción nacional, no estaría mal que empezaran a rehabilitar su discurso anti-sistema, cada vez más caduco y contradictorio.

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