Tal y como anunciamos en esta misma sala hace ahora tres semanas, el PNV considera llegado el momento de que este Parlamento debata a fondo sobre el estado del autogobierno vasco y la necesidad de su actualización y renovación. Por ello, acabamos de registrar una solicitud para que se constituya una Ponencia Parlamentaria en la que, desde el contraste de las diferentes posiciones políticas, podamos alumbrar un amplio consenso político que, posteriormente, sea capaz de lograr un amplio consenso ciudadano en el seno del pueblo vasco.
Tenemos una necesidad que debemos convertir en una oportunidad de futuro para nuestro país. La necesidad de revisar el actual marco jurídico-político encarnado en el Estatuo de Gernika, aprobado hace ahora 35 años. Es mucho tiempo, máxime si repasamos los cambios tan profundos que ha experimentado la sociedad vasca, el Estado español y la Unión Europea. Y máxime si tenemos en cuenta el proceloso y complejo desarrollo del propio Estatuto de Gernika a lo largo de este tiempo. Un Estatuto que ha proyectado muchas luces sobre nuestro pueblo y que nos ha traído bienestar, desarrollo y altas cuotas de autogobierno, pero que también ha vivido entre sombras al no haber sido desarrollado en su totalidad y al haberse encontrado en demasiadas ocasiones con leyes básicas y sentencias del Tribunal Constitucional que han laminado y erosionado sus plenas capacidades políticas, económicas y sociales.
Por eso tenemos ahora una oportunidad. Una oportunidad para, desde el mayor acuerdo posible, actualizar al ámbito europeo nuestro estatus. Una oportunidad para subsanar esos efectos negativos. Una oportunidad para garantizar que lo acordado y sancionado por la ciudadanía se cumpla en su integridad. Una oportunidad para que la sociedad vasca pueda volver a decidir su futuro.
El PNV confía y espera que el resto de fuerzas políticas acudan a esta Ponencia con la misma voluntad de diálogo y vocación de acuerdo con la que acudirá el PNV. Nosotros afrontamos esta tarea con responsabilidad, con ilusión y con el convencimiento de que es a los partidos políticos vascos, pero sobre todo a la ciudadanía vasca, a quien corresponde en este momento tan trascendental construir y decidir nuestro estatus jurídico-político.
