¿Qué mensaje quiere trasladar a la militancia?
Que el momento político promete, a pesar de los nubarrones. Tenemos mejores datos económicos, aunque tímidos. En lo político, tenemos los retos de la paz y la convivencia, y lograr el autogobierno que el pueblo vasco quiera, y vemos que se pueden ir abriendo caminos, también con dificultades, en esos dos ámbitos. Si somos inteligentes y jugamos bien nuestras bazas, tenemos la oportunidad de dar un salto importante en el estatus jurídico político de nuestro país. Tenemos un partido unido con esas prioridades, y en ese orden.
¿El PNV recuperará el nuevo estatus de Ibarretxe?
Primero, le damos mucha importancia a la metodología. Queremos que el proceso sea escrupulosamente democrático, con respeto a todo el panorama institucional de nuestro país; y que el diálogo entre partidos dé paso a un acuerdo lo más mayoritario posible. Por lo tanto, no queremos adelantar ni prejuzgar desde el PNV poniendo ya encima de la mesa un texto. Lógicamente, vamos a ser coherentes con nuestro pasado, y más con el pasado reciente. Hay muchas aportaciones que pueden nutrir la posición del PNV, y el nuevo estatuto que se aprobó en el Parlamento va a ser una de ellas, claro.
El estatus debería refrendarse con una consulta legal. ¿No cabe la desobediencia?
No vamos a anticipar. Vamos a ponerle las cosas difíciles a Madrid, y que sea Madrid quien diga por qué no hay una consulta. No vamos a ser nosotros los que estemos pensando ya el siguiente paso y que a Madrid le salga gratis decir que no.
¿Qué opina de la vía vasca de Bildu?
Con todos los respetos, es una cantamañanada. Darle futuro y certidumbre a un país es mucho más que una ocurrencia en una rueda de prensa. Ahora a lo que hay que estar es a recuperar este país, porque no va a haber ningún país que sea capaz de decidir libremente su futuro si no es viable económicamente y si no está en paz y reconciliado. Menos papeles vacíos y más trabajar día a día para que Euskadi pueda autodeterminarse. Ese es el camino que lleva recorriendo el PNV desde 1977 mientras ellos pegaban tiros.
¿Es posible en Euskadi una cadena humana como la catalana?
Han salido a la calle porque no están en nuestra situación. Si tuvieran nuestro autogobierno, la situación sería diferente. Por otra parte, hay cosas en las que ellos están mejor, ya que la sociedad está más cohesionada, y no han tenido que superar las secuelas del terrorismo. Y nosotros tenemos problemas territoriales, que habrá que solucionar atendiendo la voluntad de Iparralde y Navarra.
El Gobierno vasco no va a aplicar el nuevo copago el 1 de octubre. ¿Es un acto de desobediencia?
Es un acto de reafirmación de nuestras competencias. No es una medida que nuestro sistema sanitario o nuestra situación económica requieran, y nos parece que ya está bien de que paguen siempre los más débiles.
¿Por qué no se ha hecho lo mismo con el copago que está vigente?
El Gobierno anterior judicializó la situación y, una vez de que se judicializa, vienen las sentencias, y el Gobierno actual heredó esa situación. Creo que el Gobierno actual gestionará con más inteligencia este tema que el anterior.
Itxaso Atutxa ha pedido a los militantes que hagan un sitio en el corazón al acuerdo con el PSE. ¿Hay incomprensión?
No. Nuestra militancia y la sociedad en general han acogido con buena cara el acuerdo y con alivio, porque es un acuerdo para el país. Lo que pasa es que venimos de quince años de confrontación con el PSE, y han sido años muy broncos, en los que ellos seguramente nos pueden hacer a nosotros los mismos reproches, pero nosotros podemos reprochar actitudes de deslealtad al PSE, y de haber puesto por encima de los intereses del país el quitar al PNV de en medio. Y eso ha hecho mella. Nos ha dolido. En esa dirección iba la apelación de Itxaso. Se abre un nuevo tiempo político, ya no hay violencia... Si hemos sido capaces de superar eso, ¿cómo no vamos a saber superar un desencuentro con los socialistas?
Han llegado a un acuerdo pero, ¿hay sintonía personal?
Sí. En Euskadi, a pesar de la dureza de la política, los canales personales siempre se han mantenido. Desde el PNV presumo de que somos el único partido capaz de hablar con todos. Si un día viera que soy un obstáculo para el diálogo, me marcharía.
En el pacto fiscal, ha habido avances entre el PP y el PNV en Araba. ¿Va a ser el PP el tercer socio?
A quien más le interesa ser socio del PNV y el PSE es al PP, más que a nosotros, porque quien está en una posición de soledad en Araba es el PP. Está haciendo una política comunicativa de marcar paquete, de marcar una posición que sabe que no va a poder mantener en las Juntas de Araba. ¿Con quién va a sacar las normas fiscales? ¿Con Bildu? ¿Y los Presupuestos en Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz? Tiene que ser humilde y darse cuenta de que se equivocó el 21 de mayo. Ese día, la posición más radical contra la oferta de acuerdos del lehendakari fue la de Arantza Quiroga. Ahora le viene lo que le viene. En Araba hay que hacer normas fiscales, Presupuestos... Y el PP está en una extrema minoría, así que menos bravatas y más trabajo.
¿Y ese pacto podría trasladarse a Gipuzkoa o hay margen para que en cada institución se aprueben las normas con unos apoyos distintos?
Creemos que el acuerdo es bueno, y el acuerdo es bueno para los tres territorios. Todo nuestro esfuerzo va a ser que se extienda a los tres.
¿Con el mismo socio?
Lo que tiene que tener el acuerdo es coherencia. Lo que no podemos hacer es una negociación con unos y otra con otros, y que sean contradictorias entre sí. Estamos abiertos a hablar, pero el acuerdo tendrá que mantener coherencia. Además, vemos a Bildu cerrada a cualquier aproximación, así que...
¿Le preocupa que EH Bildu pueda cargar contra el PNV por pactar con dos partidos de adscripción estatal?
No, en absoluto. Bildu me recuerda al sucedido del señor que oye en la radio que hay un coche que va en sentido contrario, y él ve que vienen 200. Era él quien iba en sentido contrario. A Bildu le pasa eso. Se está quedando sola, y tiene que ser humilde, porque tiene fortaleza en Gipuzkoa, pero tiene la que tiene. No va a ser capaz de sacar Presupuestos ni normas fiscales en solitario.
¿Ese horizonte hará ceder a Bildu en Gipuzkoa?
Si fueran inteligentes y demócratas, sí.
Unos y otros han rebajado la importancia del pleno fiscal en el Parlamento. ¿Tenía o no tenía la relevancia que le dio el PSE?
Nosotros nunca hemos insistido en la relevancia del pleno. Incluso para nosotros podría perfectamente no haberse celebrado. Ese debate se ha producido con anterioridad en la Cámara, además. Sí que tiene un componente positivo: lleva al Parlamento y da ropaje político a un acuerdo privado entre dos partidos. Eso tiene una relevancia, pero más no, porque en el acuerdo con el PSE se pone bien claro dónde empiezan las competencias del Parlamento y dónde las de las Juntas Generales.
El PSE apuntó que, si no había acuerdo con un tercer socio, podría recurrirse a la vía parlamentaria para armonizar. ¿El PNV ha llegado a contemplarlo?
Antes de la vía parlamentaria está el Órgano de Coordinación Tributaria de las diputaciones y el Gobierno. El sistema de autogobierno tiene perfectamente establecidas todas las casuísticas que se pueden dar y, si hubiera desarmonización, también está previsto.
Entonces, ¿no lo hubieran descartado? El PP dice que han olvidado la foralidad..
El PP debe refrescar sus conocimientos del sistema institucional porque hay una previsión de armonización, si es que se entiende que hay una desarmonización flagrante.
La Ponencia de Paz ha quedado en 'stand by'. ¿No serían válidos los acuerdos solo con EH Bildu?
Serían acuerdos cojos. Bildu tiene que asumir lo que nos dijo a los demás cuando no estaba en la ponencia. ¿O qué pasa, que ellos son diferentes? En una ponencia en la que se trata de asentar la convivencia, tienen que estar todos. No veríamos una Ponencia de Paz sin la izquierda abertzale, pero tampoco la vemos sin el PSE y el PP.
¿A qué atribuye el viraje del PSE?
Al principio, le subyugó la idea de romper la tradicional división entre abertzales y españolistas, y de cambiarla por izquierdas y derechas. Eso le colocó al lado de Bildu. Pero se ha dado cuenta de que Bildu es un socio de poco fiar, con acuerdos que Bildu luego no respeta; y de que los réditos de la confrontación con el PNV no se los llevaba el PSOE. Ahora lo que quieren hacer es marcar tanta distancia con Bildu que en la ponencia se han pasado de frenada.
¿Ha tenido algo que ver el PSOE en el pacto PNV-PSE?
En este momento de la política en el que todo son escándalos, que tu partido sea capaz de firmar acuerdos es bueno. Sé que Rubalcaba y la dirección federal han visto con muy buenos ojos este proceso.
Y también porque supone alejarse del PP...
Más que alejarse del PP, es recuperar al PSE para la política. Durante mucho tiempo, a pesar de que Patxi López era lehendakari, estuvo secuestrado por el PP. De ser rehén del PP pasó a hacer los recados a Bildu. Ahora ha querido recuperar su margen de actuación. Está en su momento más bajo en representación institucional, y estará mirando a las elecciones municipales y forales para marcar un perfil propio.
¿Tiene interlocución con Rubalcaba?
Sí. Son relaciones de normalidad política. En el PNV hemos hablado con PP y PSOE de la situación política en Euskadi, del proceso de paz, del modelo de Estado...
Pero, por lo que dice, también han hablado del pacto PNV-PSE.
Sí, lo abordamos inicialmente. Además, en presencia de Patxi López. Él estaba a favor.
¿Está dando de sí la vía de contacto de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría con el PNV?
Esperemos que dé algo de sí. Estamos muy preocupados por la falta de sensibilidad con la que está abordando el PP la salida de la crisis en relación con los hechos diferenciales de Euskadi y Catalunya. Hay una docena de leyes que mutilan el Estatuto. Es un atentado gravísimo contra el que nos vamos a rebelar. Si no tenemos la situación que se vive en el Estado, ¿por qué vamos a hacer cambios que además de atentar contra el autogobierno nos van a hacer caminar hacia atrás?
