La mejor crónica del reciente debate de impuestos y tasas municipales la pudimos encontrar el sábado 5 de noviembre en la genial viñeta de Iñaki Cerrajería. Para quien no la viera, recuerdo que la caricatura representa una mesa repleta de bolsas de dinero sobre la que el PP, el PSE y Bildu juegan una partida de mus donde el ex alcalde Lazcoz envida, el señor Belakortu replica con un "yo lo que digas" y Manu Uriarte, concejal de Hacienda, sencillamente pasa. Yo abandono la mesa desencantado afirmando que “no valen las señas".
Así ha sido, No se me ocurre resumen más gráfico. PP, PSE y Bildu se tomaron el debate de ordenanzas fiscales como un simple juego de cartas, una partida donde se estaba apostando con dinero ajeno, dinero que es sagrado y donde los cambios arbitrarios afectan directamente a la calidad de vida de muchas personas.
Siempre he creído que el análisis y debate de la política de ingresos y gastos en el Ayuntamiento debe realizarse de forma conjunta. Parece razonable pensar que la secuencia del debate sea determinar, primero, qué tipo actuaciones debe realizar la Administración municipal para atender las prioridades de Vitoria-Gasteiz; en segundo lugar, qué coste económico tiene llevarlas a cabo; y en tercero cómo vamos a lograr su financiación.
Pero no, esto no ha sido así. Ni mucho menos. Algunos partidos han jugado a ver quién hacía la propuesta de mayor incremento de impuestos y tasas para regocijo del equipo de gobierno. Cualquier muslari sabe que el mus es el juego del engaño. Pues bien, esta partida de las ordenanzas fiscales va más allá y se ha convertido en el juego del autoengaño. El PP ha mirado para otro lado cuando salían adelante propuestas que afectan sin distinción a los bolsillos de toda la ciudadanía gasteiztarra. Hablo del mismo PP que en su programa electoral prometía no incrementar la presión fiscal. Faltar de esta manera a la palabra dada es como alzar las cejas indicando duples cuando en realidad lo que se tiene en las manos no pasa de una pareja de sietes. Son señas muy falsas que invitan a la mayor de las desconfianzas. Comprenderán los jugadores de mus y el resto de lectores que con este PP, que se salta las reglas básicas de juego, sea muy difícil hacer política.
El PSE, por su parte, envida demostrando una inesperada preocupación por el estado de las arcas municipales de cara al próximo año. Le ha interesado más que al propio gobierno sacar dinero de donde sea para engordar el próximo Presupuesto municipal. Tanto interés solo puede indicar una cosa: que los socialistas van a apoyar las cuentas de 2012 y, de ese modo, reeditar el pacto antinatura que hoy en día hay en Ajuria Enea. Querer jugar al desmarque cuando, a fin de cuentas, Lazcoz va a darle un cheque en blanco a Maroto es como guiñar un ojo indicando "treinta y una" cuando en realidad no se tiene ni juego. Señas de complicidad en dirección equivocada.
Bildu, por su parte, se ciñe en la viñeta de Cerrajería a la palabra de los socialistas con un escueto "lo que digas". Argumentan su apoyo a las ordenanzas en aras a criterios de progresividad, es decir, “que paguen los que más tienen” cuando, en realidad, en la mayoría de los casos aceptan subidas generalizadas para todos los colectivos. Solo así se puede explicar su apoyo a incrementos que afectan a todas las personas en la mayoría de las tasas. Dejan de lado además criterios defendidos por EAJ-PNV como el de la sostenibilidad social, económica y medioambiental y se limitan a sostener económicamente las políticas del PP. Todo, en apariencia, sin contrapartidas. Como quien saca los dientes para indicar que tiene dos reyes de mano, pero luego permanece inactivo en la ronda de grande y de pares. Señas de humo.
Con el debido respeto, discrepo totalmente de las visiones maximalistas que defienden PP, PSE y BILDU en materia económica: hacer creer a la sociedad que hay que elegir entre subir los impuestos o recortar servicios básicos. Esas sí que son señas falsas. Con ese planteamiento no ganamos la partida, máxime cuando hay más de 17.000 personas desempleadas en este municipio. Máxime cuando hay una retahíla de personas afectadas por ERE´s. Máxime cuando el poder adquisitivo de las familias gasteiztarras va a verse congelado o incluso disminuido. Hay una tercera vía, la que EAJ-PNV ha desarrollado a lo largo de muchos años en el gobierno de las instituciones vascas. Un modelo de gestión basado en el ajuste presupuestario, en el control del déficit, en apelar a la deuda solo para realizar inversiones que generen retornos y en atender las verdaderas prioridades del país. Un modelo de gestión eficaz y eficiente como el de EAJ-PNV requiere, como decía al principio, un análisis conjunto de los ingresos y gastos.
Y esto es lo más grave. Que aquí no se ha hecho ese análisis global. Los partidos autodenominados progresistas han apoyado económicamente a un gobierno, el del PP, que recorta políticas sociales, de igualdad, educativas, de empleo, de cooperación y de fomento del euskera. Que los partidos autodenominados progresistas han obligando a la ciudadanía gasteiztarra a un mayor esfuerzo fiscal que se verá traducido en menos servicios y calidad de vida. Esto es hacer la política de “más por menos”. Más impuestos por menos servicios. El cóctel PP-PSE-Bildu no puede ser más perjudicial para Gasteiz.
En definitiva, el debate de ordenanzas fiscales ha sido una partida desquiciada, amañada por el afán de poner sobre la mesa más dinero de los contribuyentes sin mirar quién paga y para qué. Demasiada seña engañosa y engañada. Demasiada consigna hueca. A este juego no jugamos. En EAJ-PNV estamos convencidos de que hay alternativas más allá de lanzar un simple órdago a los bolsillos de la ciudadanía o al mantenimiento de los servicios públicos. Por desgracia, no las conoceremos en los impuestos y tasas del próximo año.
Gorka Urtaran Agirre
Portavoz de EAJ-PNV en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz
