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SUMARIO
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La Economía Vasca en 1996.
Perspectivas 1997.
LA ECONOMÍA VASCA EN 1996. PERSPECTIVAS
1997
1997 va a ser un año de examen continuo para las economías europeas, los
mercados -sobre todo los financieros- van a estar expectantes, escudriñarán
cualquier dato nuevo que salga, actuarán para ganar o perder.
En definitiva vienen tiempos de inestabilidad.
Porque 1997 es el año del euro. Independientemente
de que el examen formal se tenga en la primavera de 1998, es a lo largo de 1997
donde se juegan los resultados de cada economía.
Hoy por hoy (febrero 1997) y con los resultados y previsiones en la mano,
pueden realizarse escenarios de perspectiva y previsión de comportamientos para
todos los gustos.
Con la información existente hasta el momento presente sólo Francia y
Luxemburgo cumplirán, al finalizar 1997, los criterios de convergencia
establecidos en Maastricht.
A partir de ahí, todo es posible, todo puede pasar.
Como no cabe un escenario de ruptura o disenso profundo entre los
integrantes de la UE, se impone el consenso.
Pero en una solución de consenso caben todas las alternativas.
Incluída -en lo que respecta a la economía española- que no se entre en
la primera fase del euro, pero que se pacte una entrada a plazo fijo, quizás en
la segunda fase (2002).
Porque la economía española tendrá y tiene opciones y posibilidades, en
materia de cumplimiento de criterios, en lo que hasta ahora ha controlado -déficit
e inflación- pero observará dificultades en los criterios relativos al nivel
de deuda pública y tipos de interés, como por otra parte le ocurre a la mayoría
de los demás Estados.
Pero a partir de ahí juegan las vinculaciones, la historia y la situación
de "los otros". Con una
Italia en decidida mala posición respecto al cumplimiento de criterios, no se
debe descartar lo antes apuntado: un postergamiento de los Estados del Mediterráneo
(Italia, Portugal, España) con un plazo convenido de, entrada a fecha fija y
tiempo, también, para observar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad.
Es decir el rigor y la seriedad a la hora de gerencíar las políticas
económicas, más allá de la mítica fecha del fin de 1997.
Por eso, todo va a ser posible.
Economía Internacional
1996 en lo que se refiere a la evolución de la Economía Internacional
ofrece rasgos comunes en el comportamiento de los grandes bloques económicos,
pero también diferencias significativas en el comportamiento de algunas
variables.
Como es habitual la economía USA prácticamente
es "otra historia”. Posee
una solidez en su trayectoria de crecimiento (2,4% de crecimiento de PIB), en un
contexto de inflación controlada (2,6%) y paro prácticamente inexistente
(5,4%).
Japón
parece
haber recuperado una senda de crecimiento casi olvidada, 3,6 de crecimiento del
PIB frente al 0,8% en 1995, una inflación cero, una tasa de paro situada en el
3,3%.
La Unión Europea se debate en
sus propios proyectos y compromisos. En
términos medios obtiene una tasa de crecimiento modesta 1,6%, con una inflación
controlada (2,6%) y una tasa de paro (11,4%) que no cesa de crecer.
En su seno los comportamientos son dispares Alemanía acaba el año con un 1,4% de crecímiento, una tasa de
paro récord, 10,8% y un déficit alejado de las previsiones de convergencia
(3,9%).
Francia
no acaba de despegar, un PIB del 1,3%, una inflación del 1,8% y una tasa de
paro de 12,4%.
Italia
apenas consigue un dígito en su tasa de crecimiento (0,8%), una inflación del
4,2% y una tasa de paro del 12,2%.
Solamente el Reino Unido posee
una trayectoria de solidez: en ritmo de crecimiento (2,4%), en control
inflacionario (2,6%) y en tasa de paro (7,6%) en continuo descenso.
1997 refleja
unas previsiones de crecimiento "tranquilo" sin temor a tensiones
inflacionistas, lo cual permitirá un cierto grado de relajación de la política
monetaria, con el fin de compensar el ajuste fiscal requerido en la mayoría de
países de la UE comprometidos en el proceso de convergencia.
Solamente USA y el Reino Unido donde el ciclo económico se encuentra más
avanzado y las tasas de desempleo son más reducidas, deberán vigilar
especialmente la evolución de los precios.
Mientras tanto los Estados de la UE bastante tendrán con supervisar
estrechamente la evolución de sus economías; sobre todo respecto al
cumplimiento de sus previsiones fiscales, tanto en el campo del ingreso como del
gasto. Lamentablemente respecto del
paro, las previsiones no son halagüeñas.
Las mejores serán mínimas (tasa esperada en 1997 del 11,3 % sobre la
población activa), sin descartar que las turbulencias de última hora, en forma
de inestabilidad en los mercados financieros comprometa y afecte a los procesos
de crecimiento en los Estados de la UE, dotados ya de por si, de previsiones
modestas. Para el conjunto de la UE
la previsión en 1997 es del 2,4%. Sólo
el Reino Unido y España superan clarmnente la previsión 3,3% y 2,8-3%
respectivamente.
Economía
Española
1996 es
ya historia reciente en la evolución de la economía española; con datos ya
cerrados, pero pendientes de previsión, el crecimiento obtenido merced a
la recuperación del 4º trimestre alcanza un 2,2% según Banco de España
ó 2,3% según el Ministerio de Economía y Hacienda.
El cuadro de crecimiento presenta a los siguientes protagonistas:
* Un sector
exterior de comportamiento "maravilloso”, con un 0,6 de contribución
al
crecimiento
del PIB, beneficíado de una apreciación en el tipo de cambio y todo ello a
pesar de la ralentízación europea.
* Una demanda de inversión modesta,
con la excelente contribución de los bienes de equipo y la negativa evolución
de la inversión en construcción.
* Una demanda de consumo que no
acaba de despegar y que no puede tomar el testigo y relevo en el proceso
“virtuoso" de crecimiento formado por el trío: exportación-inversión-consumo.
Las razones conocidas: incertidumbres y previsibles restricciones que el
proceso de convergencia genera en la percepción ciudadana, alta temporalidad en
la contratación (+ del 30%), la perspectiva de encontrar empleo ligado al
concepto de renta permanente, etc. Todo
ello configura un cambío cualitativo en el comportamiento del consumo (supone más
del 60% del PIB) que invalida las teorías hasta ahora existentes.
Con todo, la economía española presenta
resultados positivos en la corrección de algunos de sus desequilibrios básicos,
otrora cuellos de botella estranguladores del crecimiento, la reducción de la
inflación, situada en el 3,2%, al finalizar el año, el avance del cumplimiento
del déficit situado en el 4,4% y la disminución -debido a estos resultados- de
los tipos de interés hasta situarse en los entornos del 6% constituyen unos
activos apreciables cara a encarar el decisivo 1997.
El empleo continúa siendo el agujero negro. El año de 1996 se ha cerrado con una tasa media de paro del
22,2%, siete décimas menos que la tasa media correspondiente a 1995.
El aumento de población ocupada se ha cífrado en 354. 000 personas y el
paro ha disminuido en 44.000 personas. Producto todo ello del aumento de población activa en
310.000 personas.
1997 va
a suponer muchas cosas. El cuadro
de crecimiento estimado, en torno al 3% supera claramente la previsión europea
al respecto (2,4%) pero al mismo tiempo es extraordinariamente deudora de su
evolución.
Porque en ese 3% de crecimiento están cifradas muchas esperanzas, o dicho
de otra manera muchas variables dependen de que esa cifra se cumpla.
Sin ir más lejos, el déficit público, situado preceptívamente en el 3%
afin de cumplir los criterios de convergencia, depende, por el lado de los
ingresos y gastos públicos, para su cumplimiento de que se alcance ese ritmo de
crecimiento. En caso contrario
contemplaremos con toda seguridad a mediados de año, nuevas restricciones
presupuestarias.
La inflación razonablemente bajará del mítico umbral del 3% en los
primeros meses del año 1997, a lo cual le acompañará una previsible baja en
los tipos de interés y el comercio exterior deberá seguir apostando por la
recuperación europea pero continuará aplicándose en abrir nuevos mercados, de
tal modo que al menos su contribución al crecimiento no sea significativamente
negativo (en las previsiones oficiales figura una contribución negativa de
0,3).
Con todo, las dudas persisten. Persiste
creer que el PIB no agrícola crezca fuertemente para arrastrar al PIB total
hasta un crecimiento del 3%, cuando en 1997 el PIB agrícola no
repetirá lo que en 1996 fue una contribución excepcional al proceso de
crecimiento, dicho de otro modo el ritmo de crecimiento de 1996 se alcanzó
-entre otras causas- porque el PIB agrícola obtuvo una tasa de crecimiento
extraordinaria.
También ese 2,8% - 3% del PIB en 1997 va a depender del consumo
y de la inversión. Es decir de
la inversión y el consumo en bienes duraderos, lo que implica compromisos
financieros significativos y esos se alcanzarán en la medida que las
incertidumbres se eliminen y se eliminarán si se prosiguen las reformas
estructurales que la economía española todavía precisa.
En todo caso, respecto de lo que ha sido la estimación del comportamiento
del consumo privado en 1996, con una tasa de crecimiento del 1,80/o,
la previsión para 1997 cifrada en un 2,7% parece exageradamente optimista.
Lo mismo puede decirse de la Inversión.
En 1996 creció en términos reales un 1,0%, la previsión para 1997 es
del 6,9%.
Economía
Vasca
Con la información existente unas cuantas son las pinceladas que pueden
describir el comportamiento de la economía vasca en 1996.
*Ante todo destacar su estrecha imbricación con la evolución de las
economías con las que se relaciona preferentemente. De ahí que lo manifestado en cuanto tendencia general en los
anteriores apartados, vale, también para la economía vasca.
*En primer lugar un ritmo de crecimiento evaluado en los nueve primeros
meses del año, en un 1,7%, con ello y a pesar de la recuperación detectada en
el 4º trimestre, pensar en crecer alcanzado el 2% como cifra mágica para el
conjunto del año, es una manifestación de voluntad más que una previsión
realista. Ese casi, 2% se coloca en
la cifra de moderación de los países europeos (UE-1,6%), aunque es inferior al
resultado alcanzado por la economía española (2,2%).
* Reseñables son la evolución del IPI, -0,1 % en el período acumulado
Enero-Diciembre 1996 recuperándose mes a mes, pero sobre todo el control de la
inflación 3,5% en Diciembre de 1996, y un buen balance exportador, 169.342
millones de pesetas de superávit con el extranjero.
*El paro ha disminuido del 23,8% en 1995 al 22,4% en 1996 con 11.500
nuevos empleos creados (6.800 en Servicios y 5.200 en Industria), poseyendo una
cifra de paro inferior a la de la economía española. (20% frente a 21,8%
respectivamente en el 4º trimestre de 1996).
Un paro que ofrece una elevada tasa de paro juvenil (47,5%) y en mujeres
31,5%.
Con un consumo a tono, sin despegar y con una robustez en la inversión en
bienes de equipo que pueda permitir pensar en futuras expansiones, cuando el
ciclo se recupere.
1997 ofrece suavidad. Suavidad
en el ritmo de crecimiento económico previsto, 2,5% compatible con una mejoría
en los niveles de empleo, los ocupados crecerán un 1,3% y la tasa de paro se sítuará
en el 20,8%.
Por el lado de la oferta será la industria la que observe y acuse las
fluctuaciones del ciclo mientras que el sector servicios continuará siendo el
colchón en el proceso de crecimiento.
Por el lado de la demanda, el consumo irá tomando el relevo, a una
inversión y a un sector exterior que ira equilibrándose y reduciendo sus
ventajosas posiciones positivas.
En conjunto y para los próximos años con horizonte el año 2000, el
modelo de previsión de crecimiento es moderado, alcanzando el mejor resultado
en 1998 y luego seguirá un suave descenso acomodado a las previsiones del ciclo
económico internacional. Con una
evolución de la tasa de paro en ligero descenso, alcanzando el mayor resultado
en el año 2000 donde la tasa de paro sí situará en el 18%.