Izaskun Bilbao ya no es Izaskun Bilbao. Es Izaskun Bilbao Barandica, con los dos apellidos, en homenaje «a las madres y a las abuelas que han trabajado tanto y siempre han estado en segundo plano, invisibles». La candidata del PNV a ocupar un escaño en la Eurocámara quiere con este gesto -es IBB en su blog, en esta era de apogeo de las siglas- reivindicar también la necesidad de trasladar los «valores femeninos» a la política «con la complicidad de los hombres».
-¿De quién es la culpa de que las elecciones europeas no capten el interés ciudadano? -En primer lugar de los responsables políticos: Se suele utilizar Europa para achacarle los males de los acuerdos que allí puede haber pero cuando llegan proyectos positivos no aclaramos suficientemente cómo nos beneficia.
-La abstención se anuncia brutal. -Puede estar provocado en gran medida por la bipolarización de la campaña entre el PSOE y el PP, que están planteando estas europeas como unas primarias. Eso perjudica a la política en general, retrae al ciudadano de votar y a los partidos pequeños a nivel estatal nos está costando muchísimo aclarar que nosotros también nos presentamos. La bipolarización es intencionada: a las comunidades autónomas no nos permiten ir como circunscripción diferenciada. Eso facilitaría una representación más real y por eso la gente lo ve lejano y no siente estas elecciones como suyas.
-Eso, y que posiblemente no todo el mundo tiene claro en qué le afecta. -Es que allí se decide lo que cuesta una llamada de móvil desde el extranjero, las garantías necesarias para comercializar los juguetes, el etiquetado de los productos... De esto es de lo que tenemos que hablar.
-Ya, pero admitirá que el PNV está aprovechando la campaña para lanzar mensajes de consumo interno y atacar al Gobierno de Patxi López. -Es inevitable comunicar las cosas cuando están ocurriendo. Hay una diferencia fundamental entre la campaña bipolar en el Estado español, que se la pasan hablando de los aviones, de la corrupción, de las ayudas a las hijas, de quién paga los trajes, o responder a lo que nos preguntan. El PNV no se centra en cuestionar al nuevo lehendakari, pero sí responde a lo que sucede, por ejemplo con el Concierto.
-¿Sigue pensando que el PSE no garantiza el blindaje a pesar de que al portavoz del Gobierno garantizó que lo apoyarán en Madrid? -Me parece bien que lo digan pero lo que hemos visto hasta ahora es que han votado tres veces en contra. Bienvenido sea lo que dijo la señora Mendia, pero tres días más tarde otro líder socialista dijo que ya se verá. Mejor hacer que decir.
-Hasta Ibarretxe irrumpió en su campaña para criticar al lehendakari. -En ese acto habíamos estado media hora hablando de cómo aportar los valores femeninos a la construcción europea. Todo el mundo tiene que hacer su reflexión. Esta campaña está sirviendo para constatar los modelos tan diferentes que tienen PSOE y PP y nadie puede entender qué se puede construir en Euskadi a partir de ahí.
-¿Le preocupa la desmovilización del electorado peneuvista y que el 7-J no les sirva para tomar aliento? -El 1-M quedó claro que la sociedad sigue confiando en el PNV para liderar este país. Me encantaría, no ya por el PNV, que hubiera una participación del 80% porque eso daría una mayor legitimidad al Parlamento Europeo. Con un 40%, como nacionalista, me preocupa la falta de legitimidad que puedan tener las instituciones por culpa de la baja participación.
-El PNV se presenta como garante único de la defensa de los intereses vascos. ¿Cómo es posible hacer un eje central de eso en su sistema donde tienen tanto peso los Estados? -Es verdad, eso está ahí pero también hay un debate interno que pude comprobar cuando fui presidenta de la CALRE. Europa tiene que ser un proyecto de construcción de abajo arriba. Queremos tener voz propia en Europa porque allí nos jugamos mucho. Y somos el único partido vasco con posibilidades reales de obtener un escaño siendo su único objetivo defender los intereses de Euskadi. Hemos formado parte de un grupo de cien parlamentarios con los liberales y los demócratas, fundamental para ejercer un arbitraje en las propuestas de los grupos mayoritarios. Las regiones no tienen el suficiente peso porque los Estados no lo quieren reconocer pero cuando se ratifique el Tratado de Lisboa habrá que ir teniéndolas en consideración.
-¿Hay garantías de eso? -Hay informes, el último de un instituto independiente de Basilea, que ratifica una teoría en la que ya trabajábamos, que la descentralización económica y de competencias es igual a responsabilidad y eficacia de las políticas públicas y una mejor solución a los problemas de los ciudadanos. Una mayor descentralización, por la cercanía a la ciudadanía que implica, es capaz de aportar mejores soluciones.
-¿Para qué sirve un 'lobby' vasco en Europa? -Hay un nuevo reglamento y nosotros vamos a utilizarlo para facilitar a todos los agentes económicos, sociales y culturales de Euskadi que puedan tener un mejor contacto con los europarlamentarios y que éstos puedan apoyar sus propuestas. Queremos ser facilitadores. Todos los sectores de pesca, de agricultura, que quieran estar ahí, estarán.
-¿En qué se basa su acusación a PSOE y PP de estar incapacitados para defender a Euskadi en la UE por haber desprestigiado allí a las instituciones vascas? -Hay un intangible difícil de describir con el que me he encontrado cuando he sido presidenta de la CALRE. Para mi sorpresa me he encontrado con que se ha identificado demasiadas veces la violencia con Euskadi y la imagen de Euskadi con el nacionalismo vasco y en concreto con el PNV. He tenido que hacer verdaderos esfuerzos para que algunos responsables pudieran venir a conocernos, pasear, ver cómo vivimos. Y cuando lo han visto me han dicho: no es esto lo que nos vendían. Y eso no es desprestigiar al PNV, es hablar mal de todos los vascos que han trabajado para que Euskadi sea hoy lo que es, sean nacionalistas o no. Hubo hasta gente que no quería reunirse conmigo por ser del PNV. Incluso una persona me pidió perdón por haberse creído la imagen que le habían transmitido de Euskadi. Todo eso no ha sido por culpa del PNV. Y lo hemos pagado caro.
-Pero sí han mirado a Europa, por ejemplo al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, por cuestiones estrictamente soberanistas como la prohibición de la consulta. -El PNV fue al tribunal europeo a defender el Concierto y nos dieron la razón. Y hemos estado cuando hemos tenido que defender el sector agrario o el pesquero, cuando se ha aprobado una resolución a favor de las lenguas minorizadas. El recurso del que habla se planteó porque hay una resolución del Consejo de Europa sobre el derecho de los pueblos. Europa puede ser la solución a cuestiones que no somos capaces de resolver los que vivimos aquí.
-¿Cómo construir la paz desde Europa si ETA no deja las armas? -ETA tiene que abandonar definitivamente las armas. Vivimos un proceso y el Parlamento europeo aprobó una resolución. Las instituciones vascas estuvimos allí para apoyarla. Seguiremos pidiendo a todos los agentes que nos ayuden porque la paz es más que dejar las armas, hay que reconstruir relaciones, afectos, reconciliaciones.
-¿La candidatura de Iniciativa Internacionalista es una oportunidad para que la izquierda radical vuelva a medio plazo a las instituciones? -La valoración ya la ha hecho el Constitucional, pero es llamativo que si ven esos indicios hayan legalizado esta lista y la repercusión que está teniendo en los medios. Cada uno que saque sus conclusiones.
-Sus rivales abertzales les acusan de representar un proyecto «de derechas» en su coalición con CiU. -Defendemos los derechos humanos, un desarrollo económico acompañado de desarrollo social, trabajar para la paz, para que Europa reconozca las lenguas diferentes, apostar por las energías renovables. Creemos que la diversidad tiene encaje en Europa. Y hablando de derecha, que alguien me diga en qué comunidad del PSOE o del PP hay políticas sociales más pioneras que en Euskadi. -¿Usted cerraría Garoña? -Somos partidarios de cerrarla, porque su ciclo de vida terminó. La apuesta clarísima es por las renovables, por el ahorro energético y por reducir las emisiones de CO2. Pero el debate no está cerrado.
-¿Es partidaria de limitar la entrada de inmigrantes en la UE? -Es un problema de derechos humanos. Son personas. Estamos a favor de gestionar la inmigración legal y acabar con la ilegal que impulsa a las mafias.
-En la recuperación del nacionalismo histórico, ¿cabe la escisión de EA? -El PNV está dispuesto a acoger a todo el mundo con el que pueda compartir un proyecto de futuro del nacionalismo institucional democrático. Pero corresponde a esas personas decidir lo que quieren hacer.