«Es indigno que izquierda y derecha se unan sólo para desalojar al PNV»
Desde el ventanal del despacho de Andoni Ortuzar, en la tercera planta de Sabin Etxea, se obtiene una vista inmejorable de los aledaños del Tribunal Superior vasco. El día de la entrevista no hay sesión del juicio al lehendakari, sólo el trasiego habitual en pleno centro. «Desde aquí les veía a todos», comenta el líder del PNV vizcaíno. Ofrece café y se acomoda en su silla.
-¿Cómo se imagina los titulares de los informativos del 2 de marzo?
-Con un triunfo del PNV y de Ibarretxe. Holgado.
-¿En votos y en escaños?
-Sí. En votos, por supuesto.
-¿Descarta un pacto PNV-PSE?
-Es muy difícil. Sobre todo porque el PSE ya ha declarado que o Patxi López es el lehendakari o no estarán en el Gobierno. Nos han dejado el camino bastante despejado.
-¿La trayectoria de Ibarretxe no invalida también esa opción?
-No. Yo recuerdo a Ibarretxe de vicelehendakari en un Gobierno con los socialistas. De manera bastante injusta se le imputan todas las cargas de la falta de relación con el PSE. Si repasamos la hemeroteca, veremos quién se fue del Gobierno de Ardanza cuando faltaban poquitos meses para acabar la legislatura. El PSE en 1998 decidió romper el equilibrio político en Euskadi, coadyuvó con el PP a romper el Pacto de Ajuria Enea y de aquellos polvos estos lodos. Desde entonces las cosas han ido mal.
-¿Asume entonces que si PSE y PP suman 38 escaños, aunque López no gane, el PNV pasará a la oposición?
-Allá ellos. Ese juego ya lo ha hecho el PSOE en Galicia y en Cataluña. Podemos creernos que eso va a ser así. ¿Dónde quedarán entonces las proclamas sobre la transversalidad y el acuerdo entre diferentes? Ésa es la impostura de PSE. Ya han dicho que será lehendakari quien más apoyos tenga en el Parlamento, no quien más votos saque.
-Y ustedes han advertido a Zapatero de que no cuente con el PNV en Madrid si les desaloja del poder. ¿Todo se reduce a eso?
-No, qué va. Hemos colaborado con el PSOE de manera leal para defender los intereses de Euskadi. Mucha gente nos ha preguntado por qué no pagamos a Zapatero con su misma moneda. Pero, ¿qué gana Euskadi con que España vaya mal? Es una gran parte del mercado de nuestras empresas y nos interesa que funcione. Si nuestra influencia es capaz de poner un poquito de orden en una gestión deficiente, bienvenida sea. Siempre vamos a anteponer los intereses de Euskadi a cualquier otra cosa, pero somos un partido político, y si alguien tiene un comportamiento indigno o inamistoso...
-Perdone, ¿eso no es parte del juego democrático?
-Puede ser un comportamiento legal y democrático, otra cosa es que sea justo o injusto, digno o indigno. Si ganamos las elecciones con claridad lo lógico sería que nos tocara formar gobierno. El Ejecutivo resultante, en caso contrario, sería impulsado por dos partidos que en el resto de España son antagónicos. Al final, va a ser verdad que 'Euskadi is different', porque lo que no es posible en ningún sitio lo va a ser aquí. En Cataluña, en Galicia, el eje ha tenido una coherencia de clase, social... Pero aquí no sé cuál sería el eje. Dicen que no son frentistas, pero se juntan la derecha con la izquierda. La única lógica es desalojar al PNV, por eso es un poco indigno. Aquí no se habla de pactos a la catalana porque el único objetivo es quitar al PNV, no hacer un gobierno de progreso.
-¿A Zapatero le pesará más garantizar su propia estabilidad en Madrid o tener un lehendakari socialista?
-De Zapatero nos fiamos lo justo. Hará lo que estime oportuno y mejor para sus intereses y nosotros haremos lo propio. Nuestro objetivo es ganar las elecciones con rotundidad, siendo conscientes de que va a ser una pelea dura y de que, con la no comparecencia de la izquierda abertzale y nuestro sistema de 25 escaños por territorio, puede haber algún efecto perverso.
-¿Percibe algún deseo de cambio en la sociedad vasca?
-La sociedad vasca quiere un cambio global. Tenemos que ser honestos y asumir todos que estamos haciendo una política del antiguo régimen, vieja. Estamos encasillados, paralizados, metidos en nuestras burbujas. La gente nos ve obsesionados con la política pura y no con los problemas reales. Nosotros, particularmente, llevamos gestionando las instituciones mucho tiempo y el ejercicio del poder desgasta. Tenemos un reto muy bonito que es refrescar la acción de gobierno desde el Gobierno. El PNV va a hacer un esfuerzo enorme por humanizar la política, dotarle de cercanía y complicidad. Es lo que estamos intentando con el 'Think Gaur'. Necesitamos esa aproximación con la gente.
La nación vasca
-En el caso del PNV, ¿ese acercamiento al ciudadano significa aparcar propuestas como las que han llevado sucesivamente al fracaso a Ibarretxe?
-No. Somos un partido nacionalista, tenemos 115 años, y hemos ido lo largo de este tiempo presentando las propuestas que creíamos que podían ayudar en nuestro objetivo fundacional, construir la nación vasca.
-Lo cierto es que la palabra consulta ha desaparecido como por ensalmo del vocabulario del PNV y del propio lehendakari.
-Porque era un instrumento. Lo importante es la capacidad de decidir, que es una manera más moderna de hablar de la recuperación de la soberanía. El derecho a decidir va a estar presente en el discurso político del PNV mientras existamos.
-¿No resulta agotador hacer equilibrios entre lo pragmático y el derecho a decidir?
-No, porque somos bastante naturales. Quienes intentan exacerbar una parte o la otra son otros partidos o las líneas editoriales de los medios. Uno puede leer por la mañana dos titulares sobre el PNV completamente contradictorios referidos a un mismo hecho. Al resto de formaciones políticas les interesa un PNV en un lado o en otro. Y el PNV va a estar en el lado que él decida, en la centralidad de este país. La izquierda abertzale quiere que nos pasemos al bando españolista para gestionar ellos el liderazgo nacionalista, el PSE que nos vayamos al monte para ocupar la centralidad política. Pero estamos bien atornillados a la centralidad y no nos van a mover fácilmente.
-¿Esa centralidad se mantiene con los actuales socios?
-Eso dependerá del programa de gobierno. El cambio que nos pide la gente no es de forma de pensar sino de actuar. Los últimos años de Ejecutivo tripartito han sido fecundos, se han hecho leyes muy sociales, que han tenido mucha influencia en la vida diaria de la gente. Pero es verdad que entre todos y por lo que sea, porque hemos estado pendientes de otras cosas, no hemos conseguido que esa acción de gobierno haya sido percibida por la gente.
-¿Las deslealtades que han achacado a EA no pasarán factura?
-Hombre, no es bueno. EA llevaba un tiempo en la encrucijada y ha tomado la decisión de apartarse del PNV. Creo que han cometido un error desde un punto de vista de país, nacional y abertzale. Están embarcados en la aventura respetable de intentar ese polo soberanista.
-El chupachups, en sus palabras.
-Pido perdón si a alguien ofendí. Lo que quería subrayar es que para algunos partidos es incómodo que el PNV mantenga la etiqueta de aber- tzale, porque ellos están condenados o a ser un apéndice nuestro o a tener un papel residual, de segundones. Eso vale para EA y la izquierda abertzale. Aralar tiene menos complejos. Pero con EA, al día siguiente de las elecciones, hay que hablar: aritmética, programa y reglas de juego. Seguramente que en eso último el PNV tendrá que ser un poco más exigente que hasta ahora.
-La izquierda abertzale, que acaba de presentar una plataforma 'contaminada', parece que no estará esta vez.
-No soy sospechoso yo precisamente de ser connivente con ese mundo, que me saca en sus carteles, pero me parece tremendo que vayan a estar fuera, que alguna culpa tienen ellos, y nadie levante una ceja. Alguien ha llegado a la conclusión de que en un Parlamento corto es más fácil ganar para el PSE y el PP. Es gravísimo.
-¿El cambio en la defensa de Ibarretxe, que ahora pide que se le juzgue, es el primer acto de la campaña?
-No. A veces nos toca explicar cosas que no hemos puesto en marcha. No nos engañemos, mucha gente lo que quería era la foto del lehendakari en el banquillo. Una vez tenido eso, por lo menos que nos hagan luz. Que nos digan si el diálogo político es delito o no. Vamos a salir de dudas, es bueno para la democracia.
-El interés del PNV en sosegar la respuesta frente al juicio, ¿no obedece a intereses electorales?
-El PNV respeta profundamente el sistema institucional. No es lo mismo la fase de instrucción que el juicio. No queremos que al día siguiente de que salga la sentencia alguien pueda decir que hemos amedrentado al tribunal.
-Sus críticas a los jueces hace un año fueron de grueso calibre y hubo una manifestación en la calle.
-Una vez celebrado, tenemos que respetar la posición de la sala. Si es absolutoria, brindaremos con champán, y se nos olvidará pronto este mal trago. Sobre todo al lehendakari, porque es indigno lo que se le está haciendo, no por ser Juanjo Ibarretxe, sino por ser el lehendakari de este país. Creo que también en menor medida no está siendo justo ver a López ahí sentado, ni tan siquiera a los representantes de la izquierda abertzale. Ojalá hicieran sólo eso. Les estamos pidiendo que sólo hagan política y cuando la hacen les sentamos en el banquillo.