Josu Erkoreka
19Iraila
2008
19 |
Elkarrizketak

La Vanguardia

Josu Erkoreka
Iraila 19 | 2008 |
Elkarrizketak

"El PNV no tiene por qué apoyar todas las estrategias catalanas"
El Partido Nacionalista Vasco ha sido el primero en anticipar un más que posible apoyo a los presupuestos generales del Estado del 2009, prescindiendo de la actitud que al respecto puedan adoptar los partidos catalanes. Josu Erkoreka (Bermeo, Vizcaya, 1960), portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados ha explicado sus razones a La Vanguardia.

Los datos económicos traen cada día una noticia peor que el anterior. El Gobierno está contra las cuerdas y sorprende que sea el PNV -junto al BNG- el único partido que le aporte un poco de oxígeno.

Hasta donde yo sé, el Gobierno está manteniendo contactos con todos los grupos parlamentarios. Nosotros hemos mostrado nuestra disposición a iniciar la negociación para conseguir el acuerdo presupuestario, pero tampoco somos los únicos. Otros tampoco han cerrado las puertas definitivamente.

¿Es compatible esa disponibilidad con el actual contencioso político entre el Gobierno vasco y el Gobierno central?

En momentos de crisis como el actual, yo creo que sí. Cuando una gran parte de la sociedad interioriza la idea de la crisis y reclama de los partidos y los poderes públicos responsabilidad, hay que saber arrinconar las diferencias y unirse en planteamientos compartidos para salir del agujero. Creo que eso es lo que hoy reclama la opinión pública.

A muchos les parece que ustedes pescan en río revuelto.

Las interpretaciones son libres, pero yo creo que esta actitud de responsabilidad frente a la situación económica ni es aislada ni es una incoherencia en la trayectoria del grupo parlamentario del PNV durante los últimos años. El año pasado el desencuentro era mayor que el actual. En septiembre afloró en el debate de política general del País Vasco. Y, sin embargo, fue posible alcanzar un acuerdo en una situación en la que la demanda social no era tan clamorosa como ahora, pero en que ya se podían atisbar algunos de los primeros coletazos de la crisis económica.

Desde Catalunya no pocas personas piensan que el PNV está aprovechado el hueco que ha dejado CiU, ocupada en conseguir una mejor financiación autonómica. Como si el frente nacionalista Galeuscat comenzase a deshacerse.

Galeuscat no está diseñado para coincidir en el 100% de las estrategias y de las votaciones que tengan lugar en las Cortes Generales. Está diseñado para compartir determinadas estrategias que permitan avanzar en la evolución del Estado hacia un modelo más descentralizado, más comprometido con el reconocimiento de la realidad plurinacional. Y prueba de esto es que han sido numerosas las ocasiones en que los grupos que integramos Galeuscat hemos votado juntos.

La financiación de las autonomías parece esencial para un mayor autogobierno.

No tenga usted duda de que cuando llegue al Congreso la ley orgánica que vaya a articular el sistema de financiación, sea multilateral o bilateral, que cuente con el aval de la máxima representación catalana y en especial de CiU, la apoyaremos. Como hemos hecho hasta ahora.

¿No se sienten ustedes obligados a una mayor solidaridad con los catalanistas?

Una cosa es que las iniciativas que tengan que ver con el autogobierno de Catalunya tengan nuestro apoyo, y otra que nosotros tengamos que formar parte al 100% de todas las estrategias promovidas desde Catalunya tendentes a ejercer presiones sobre el Gobierno para alcanzar tales o cuales objetivos. No se ha producido en el pasado y no hay compromiso efectivo para que tengan lugar tampoco en este momento. Además, lo que me plantea significa dar por supuesto que el Gobierno cederá a esas presiones. Algo que, tal como se desarrollan las negociaciones políticas entre Barcelona y Madrid, es mucho suponer.

¿Galeuscat está para el desguace?

No. Sus contenidos y compromisos reales siguen vigentes. Otra cosa es que en determinados sectores se haya considerado lo que realmente no es. Es decir, que Galeuscat nos comprometía a votar siempre de forma conjunta. Determinados sectores sociales quieren aprovechar el viaje para abrir fisuras en una Galeuscat que les molesta.

También se puede pensar que el nacionalismo vasco está canjeando el apoyo a los presupuestos del Estado por una mayor docilidad de los socialistas en el País Vasco, con quienes podrían acabar pactando.

Nuestra disponibilidad se circunscribe al momento presente y a esta coyuntura. Pero en absoluto anticipan ni menos garantizan cuál va a ser nuestra actitud en el futuro. Ni tampoco supone un compromiso de los socialistas para apoyar nuestro presupuesto en Euskadi. Nosotros hacemos un ejercicio de responsabilidad ahora y emplazamos a los socialistas a que hagan el suyo propio en Vitoria y en las diputaciones forales.

Unas recientes declaraciones de Iñigo Urkullu sobre el estado de ánimo de Juan José Ibarretxe parecen cuestionar su candidatura. Hay mar de fondo en el PNV.

En el PNV hay quien coincide más y menos con la estrategia seguida por el lehendakari. A pesar de lo cual sigue siendo una de las figuras más queridas dentro del partido. Las declaraciones a las que se refiere, del presidente Iñigo Urkullu, hay que entenderlas dentro del riguroso protocolo que hay que seguir para designar a los candidatos.

¿Cómo prevén que evolucionará la situación económica en el País Vasco?

Los indicadores económicos, al menos hasta ahora, no son tan alarmantes como los españoles. Esta semana se hicieron públicos los trimestrales y en líneas generales estamos mejor que la media española. Probablemente porque el modelo económico vasco poco tenía que ver con el que servía de base al modelo de desarrollo español. El nuestro es un modelo más industrial, pero si el consumo baja como lo está haciendo, tarde o temprano le afectará.

¿Cuáles son las recetas del nacionalismo vasco para salir del atolladero?

Hay dos patas sobre las que tienen que descansar las decisiones de política económica en los próximos meses. Una es resistir de la mejor manera posible, sin que se incrementen los espacios de pobreza, sin que las políticas sociales se vean cualitativamente disminuidas. Y, segundo, inversiones estratégicas y que ayuden a mejorar la productividad.

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