Markel Olano, Diputado General de Gipuzkoa, asegura que la situación creada en Gipuzcoa «no podía activar una crisis política que afectara a todo Euskadi» y que "sería muy grave recurrir a la Justicia para subir el impuesto a las empresas»
Markel Olano se ha echado sobre sus hombros la responsabilidad de aprobar la reforma del Impuesto de Sociedades de Guipúzcoa a través de una medida tan impopular como es un 'decretazo'. «No ha habido presiones del Gobierno Vasco ni de ningún diputado general de Álava o Vizcaya. La decisión es mía y de los diputados del PNV», apunta. Olano justifica su decisión en el hecho de que «la norma aprobada en Guipúzcoa no podía activar una crisis política que afectara al conjunto de Euskadi», subraya. Mientras, insiste en que las empresas de Guipúzcoa podrán tributar en 2007 al 28% gracias al decreto. «Consideraría muy grave que un grupo político acuda a los tribunales para que las empresas tributen al 32,6%», avisa.
En las últimas semanas todo el mundo ha opinado del Impuesto de Sociedades menos el diputado general. ¿En el plano personal, cómo ha vivido usted este tema?
--Yo lo definiría como una cuestión heredada que supone un lastre importante para este gobierno. La reforma del impuesto ha supuesto un lastre que hemos tenido que gestionar con todas las voluntades y dedicación posible, aunque sin poder llegar a buen puerto.
Unidad fiscal
La primera norma de importancia que tiene en sus manos ha salido como ha salido. No me negará que a eso precisamente no se le llama empezar con buen pie...
--Lo que sucede es que no es una norma que nosotros hayamos gestionado desde el principio. Hay una discrepancia abierta entre PNV y EA desde la pasada legislatura. Durante estos meses ha habido una concatenación de pasos que han enquistado y dificultado la negociación. Yo creo que esto también tiene una lectura alternativa. Nos hemos dado cuenta que se trata de un debate de país y por lo tanto, tengo esperanzas de llegar a buen puerto con un esquema que resuelva la desarmonización y lleguemos a una unidad fiscal estable de cara a los próximos años. Confío en que ese acuerdo integral lo consensuaremos en los próximos días.
¿Cuándo llega el PNV a la convicción de que el decreto es la única alternativa posible?
-- No se ha querido consensuar el tipo y para nosotros el requisito clave y fundamental era la armonización. La norma aprobada en Guipúzcoa no podía activar una crisis política que afectara al conjunto de Euskadi.
¿Confía en la validez legal del decreto? Me refiero a que usted lanza un categórico mensaje de tranquilidad a las empresas.
--Sí, por supuesto. Las empresas guipuzcoanas tributarán en 2007 con los tipos que establece el decreto normal, que entrará en vigor hoy.
Si las Juntas rechazan el decreto no ocurrirá nada. Y si se acude a los tribunales usted se basa en la urgencia del decreto para defender su legalidad. ¿No resulta difícil creer que un tribunal admita la urgencia cuando ha habido todo un año para aprobar la norma y cuando se ha votado a las Juntas Generales?
--Tenemos claro que es una urgencia justificada debido a la disposición normativa que nos impide la desarmonización. La urgencia se sostiene en que teníamos que aprobar una norma armonizada, algo que no se daba.
Y si al final se falla en contra del decreto y las empresas tienen que tributar en 2007 al 32,6%¿Quién será el responsable?
--Nosotros vemos con normalidad que se acuda a los tribunales, pero yo resaltaría la gravedad de ese paso, que podría redundar en un perjuicio importante para las empresas de Guipúzcoa. Hablamos de un diferencial en el tipo general de 4,6 puntos, pero las pymes han visto cómo el cociente se reduce 8,5 puntos. Por lo tanto el hecho de que una formación política tome la decisión de acudir a los tribunales para mantener esta situación del 32,6% es muy grave. Sería un gran agravio para las empresas guipuzcoanos que redundaría en la pérdida de competitividad.
Lograr el objetivo
En este proceso, ¿el PNV ha traicionado a EA o EA al PNV? Me refiero fundamentalmente al Pleno del 5 de diciembre donde su partido votó en contra del proyecto formal ante la sorpresa de toda la Cámara.
--Cada cual ha dado los pasos que ha considerado más adecuados para que su posición salga adelante en un ambiente de discrepancia. Lo que tenemos que corregir es esa discrepancia. Yo no utilizaría palabras como traición. Hablaría de que cada cual ha seguido sus pasos para conseguir sus objetivos. ¿Que son discutibles? Puede que sí. ¿Deseables? Seguro que no.
Usted niega la existencia de una crisis de Gobierno entre PNV y EA. Pero resulta surrealista que el diputado general presente un decreto para reformar un impuesto y que una hora después el diputado de Hacienda se siente en la misma silla para criticarlo.
-- Somos dos formaciones políticas y comprendo que EA critique el decreto. Yo presenté su aprobación ante los medios con un tono institucional y de respeto, sin ahondar en el desencuentro entre PNV y EA.
¿Teme que EA se la juegue en el futuro?
-- Tengo la convicción de que esta cuestión, no va a incidir en el resto de trabajos que lleva a cabo la Diputación. La relación de trabajo entre PNV y EA está perfectamente establecida.