Iñaki Anasagasti
04Abendua
2006
04 |
Iritzia

Así ví yo el II Congreso del PDE

Iñaki Anasagasti
Abendua 04 | 2006 |
Iritzia

El Partido Demócrata Europeo (PDE) celebró en Roma su segundo Congreso. Tras marcharnos en Chile de la Internacional Demócrata Cristiana cinco minutos antes de que las presiones de Aznar surtieran efecto, hemos encontrado acomodo en esta internacional europea que preserva las características que dieron origen a la democracia cristiana de post guerra por la que lucharon nuestros mayores: federalismo, subsidiariedad, humanismo, centro izquierda, construcción europea, en la que estaban la mayoría de los padres fundadores de Europa. Todo esto fue mixtificado de tal forma por la derecha conservadora berlusconiana, la aznariana, la inglesa y la alemana que Romano Prodi, actual primer ministro italiano y Francois Bayrou líder del a UDF francesa decidieron crear esta internacional en la que el PNV se siente cómodo.
Y como se trataba de segundo congreso al mismo viajó una delegación del PNV presidida por Josu Jon Imaz y en la que asimismo nos encontrábamos Josune Ariztondo, Gorka Aguirre, Josu Ortuondo, Josu Erkoreka, José Mari Muñoa, Ramón Peñagarikano, José Mari Etxebarria, José Félix Merdalet y las representantes de EGI Ana Iturriaga, Itziar Muñoa, Miren Saratxaga y Amatiño. 

El núcleo motor de esta plataforma europea está compuesto por Francesco Rutelli que es el actual ministro de cultura y vicepresidente del gobierno italiano y de Francois Bayrou, que al día siguiente de este congreso presentaba su candidatura a la presidencia de Francia. 

UNA DURA CROQUETA 

El jueves 30 de noviembre llegábamos a Roma al mediodía. Nos alojaron en un hotelito de tres estrellas, que en lugar de entrar a la habitación, te la ponías, pero que su mérito era que estaba enfrente del partido de LA MARGHERITA, la organización presidida por Rutelli que está en el casco antiguo de Roma cerca de casi todo. A ritmo de caballería rusticana, y con un tiempo espléndido vimos la Fontana de Trevi, sacamos las fotos de rigor y echamos la clásica moneda, estuvimos en la piazza Nabona, el Panteón, Montecittorio, la rua del Corso para terminar en un restaurante que no fue nada del otro jueves, a pesar de que era jueves y que al camarero italiano le gustaba Donosti. 

A las ocho, tras ponernos el escapulario propio de todo congreso que se precie y recibir la clásica maletita llena de papeles, nos subieron al tercer piso donde nos dieron la bienvenida y nos ofrecieron en la sala de conferencias una cena buffet con mucha mozarella, queso, garbanzos con sopa y una croqueta que si se caía al suelo se rompía la baldosa. Los italianos son buenos con la pasta, pero, comprobamos, no con las croquetas. 

La recepción sirvió para saludar a la gente de San Marino, la polaca, la rumana, a los distintos observadores, así como para hablar con los anfitriones. 

Desconozco si las chicas de EGI después se fueron a la discoteca de la via Solferino donde iban a celebrar el 20 aniversario del Plan Erasmus. Con Erkoreka me fui paseando hasta la piaza del Popolo pasando delante de la embajada española que con su banderón rojo y gualda decía que allí estaba Paco Vázquez de embajador y casi de cardenal. 

EL SEGUNDO CONGRESO DEL PDE 

A las nueve de la mañana del viernes 1 de diciembre estábamos todos en la sala de conferencias bien alineados y dispuestos a escuchar el informe de las cuentas, lo hecho durante dos años, y las ponencias aprobadas. Tras las palabras de Rutelli que tenía que irse al consejo de ministros el co presidente Francois Bayroy le dio la palabra al presidente del EBB Josu Jon Imaz preguntándole por el proceso de paz y recordando que la resolución de Estrasburgo había salido por ellos. 

Imaz no cayó en la trampa de dejarnos encasillar solo en hablar del bendito proceso sino que alabó al PDE, diciendo que representaba lo mejor del espíritu de los padres fundadores de Europa. Se ratificó en la política de los pequeños pasos pero de manera continua, destacó que la globalización era también una oportunidad, puso sobre la mesa el problema energético de Europa y su debilidad si no se une, reivindicó una respuesta europea a la inmigración, pidió una política humanista, habló de seguridad y terrorismo y recordó no olvidar nuestra vocación atlántica. Al fina habló de los presupuestos del gobierno Zapatero, de la situación del PP y, en este contexto explicó donde se encontraba la situación del llamado proceso de paz. Fue muy aplaudido porque informó mucho en poco tiempo mezclando lo europeo con lo estatal y con lo vasco, reivindicando lo local y apostando por hacer política desde el humanismo. 

Siguió el representante de Chequia y así fueron hablando todos hasta el mediodía donde en la terraza nos volvieron a dar un discreto buffet. 

Tras esto nos llevaron a ver el Museo delle Terme-Mueseo Oleario donde vimos una demostración excepcional del subsuelo de Roma que está llena de riquezas arqueológicas. Rutelli, fue nuestro guía.
A mis compañeros les dije que deberíamos poner cerca de Roma una fábrica de pintura. Nos forrábamos. Todavía los romanos están a años luz de lo que se ha hecho por estos lares en relación a la recuperación de los edificios de los cascos antiguos. A Roma a la que conocía de visitas varias la sigo viendo decadente, abandonada, sucia y con un comercio disperso. 

Como todo en Europa es muy pronto, a las 3,30 estábamos sentaditos esperando la Mesa Redonda sobre lo que han supuesto los cincuenta años del Tratado de Roma. “Éxitos y Desafíos para una Unión Europea más fuerte”. 

LA MESA REDONDA: HABLAN RUTELLI Y GEREMEK 

La abrió Rutelli. Me gustó lo que dijo. Anoté los ejes de lo que desea para Europa y para nuestra internacional: 

1.- Una Europa de valores poniendo una gran pasión en su defensa.
2.- Debemos tener una gran capacidad de respuesta inmediata ante los retos diarios y los que se avecinan.
3.- Tenemos que ser capaces de estar unidos en la diversidad y proponer políticas comunes eficaces.
4.- Hay que saber compaginar el ideal con el pragmatismo.
5.- Tenemos que tener capacidad de respuesta ante la globalización 

Después habló una representante por California. El PDE tiene buena relación con el partido de Clinton. Habló un holandés, Bayrou y en eso llegó Prodi que nos metió una chapa fenomenal. Este viejo profesor debe ser una magnífica persona y un político de consensos continuos que hace de clavito de abanico de su macedonia de partidos de izquierda y de centro izquierda pero, hablando, es la cosa más tediosa del mundo.
Sin embargo me entusiasmó Geremek, el polaco del que decían fue el cerebro de Walesa y Solidarność. Nos recordó cosas como estas: “Antes de la Unión existía la necesidad de una unión por motivos económicos que se empezó a hacer a partir del carbón y del acero pero sin embargo más fuerte que estaba necesidad económica latía en los padres fundadores la idea de la reconciliación, primero la paz, porque sabían lo devastador que es una guerra de exterminio. Y la segunda idea era la de la libertad porque se sabía lo que eran las dictaduras y los regímenes de autoridad. Pero eso hoy no lo viven con la misma intensidad los jóvenes y de ahí viene mucho del desapego en relación con Europa a la que hay que añadir siempre el de la paz durable. Ahora se trata de unir no solo lo económico sino lo social, lo militar con la seguridad, los derechos humanos con la ciudadanía. Y esto es parcialmente diferente a lo que se hizo hace cincuenta años”. 

Hizo una referencia al interés de los estados y naciones pero al que hay que añadir el interés europeo a pesar de la fatiga política que vive la idea europea. 

“Europa está cansada de si misma –decía- el cambio ha sido tan rápido, la integración de tantos países ha sido tan veloz, el pasar de doce a veintisiete y ahora el debate sobre Turquía que quizás no haya ciudadano que lo metabolice en tan poco tiempo y de ahí viene el populismo que es por una parte miedo a los desconocido y rechazo a partidos que no resuelven el día a día de los ciudadanos y dan cada poco tiempo malos ejemplos”. 

“Por eso –decía Geremek- hay que apostar por una Europa política, por una Europa con política exterior, por una Europa con política de defensa, con políticas comunes de integración, con aplicación de mejores métodos europeos, con más transparencia y más claridad, mayor solidaridad interna, y mejores apuestas energéticas.” 

Geremek gesticulaba y hablaba con pasión: “La política es el arte de convencer de decir que vale la pena trabajar y luchar por una idea, de proclamar los éxitos que ha tenido nuestra idea llevada a la práctica. Hacen falta proyectos nuevos y gente con ilusión”. 

Él, que es polaco, nos contó que al inicio de la integración de Polonia en la Unión, el 80% estaba en contra. Hoy es al revés. Y es que han visto la utilidad de la UE. Saben que hay un proyecto serio por detrás.
Reivindicó la existencia de un cuerpo diplomático común y pidió las conversaciones de familia con posibilidad de ir llevando a cabo proyectos concretos. Se adentró en la crisis producida en Francia por su NO y dijo que sólo una votación popular puede cambiar lo que ha dicho el pueblo pero metió el matiz de que eso se puede hacer en Francia en clave positiva y preguntado cosas concretas en las próximas elecciones francesas. “Si queremos los europeos vivir juntos, si queremos una política exterior conjunta, hay que convocar un referéndum con tres preguntas concretas y si no se puede en las elecciones francesas se debería hacer en las europeas, y sin miedo a la geometría variable.” Terminó pidiendo sacudirse el pesimismo y la falta de confianza en nosotros mismos. Me gustó el viejo Geremek, con su barba antigua y su pasión de gran europeo. 

APARECIÓ MARAGALL 

Francesco Rutelli fue alcalde de Roma. En esa época hizo amistad con el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall y por eso le invitó a la Mesa Redonda. Rutelli quiere contactar con personalidades europeas varias con objeto de enriquecer el debate europeo. 

Y allí habló Maragall en su primer acto público tras dejar la presidencia de la Generalitat. Reivindicó un partido netamente europeo, se proclamó socialista y catalán. Dijo que los actuales estados son muy pequeños ante los retos mundiales. Cree que Europa tiene la talla adecuada. “Las pequeñas identidades son mejor salvaguardadas en el proyecto europeo porque éste es cálido. Fuera hace mucho frío”.
Pidió partidos europeos en serio y se mostró partidario de combatir el euro bla, bla, bla. Habló de las ciudades europeas y del Comité de las Regiones. Reivindicó la paz y los valores comunes y la necesidad de trabajar para reducir las distancias. Habló de una experiencia vivida en el Tribunal de la Haya contra un criminal de guerra y que en la sala sólo estaban dos personas, él y el alcalde de Sarajevo y que eso ocurría porque la gente no sabe ni que hay un Tribunal en La Haya. Reivindicó una voz fuerte en las Naciones Unidas como Europa, pidió una unión fuerte para hablar con una sola voz a los Estados Unidos, nos invitó a visitar Montjuïc y mostró su preocupación porque si no entra Turquía en la UE se van a convertir en antieuropeos. 

Al terminar los vascos le abordamos mientras Josu Jon hablaba con Prodi que le mostró su apoyo en el proceso de paz mientras ETB grababa las imágenes. Un sacerdote joven carmelita con buena pinta, Korta, es el corresponsal en el Vaticano y Marlene Merikaetxeberria le preguntó para Radio Euzkadi sobre el congreso. 

Bromeamos con Maragall que por cierto vestía un traje arrugado, una camisa arrugada, una corbata arrugada, pero tiene chispa en los ojos. Es un buen tipo. Ortuondo no se separó de él. Se conocían de cuando los dos eran alcaldes. 

Tras sacarnos una fotografía, cantar ruidosamente el “Gora ta Gora”, Ramón Peñagarikano nos llevó a un restaurante típico donde nos invitó a que pidiéramos las alcachofas propias del Fortunato, nombre del local. Estaban bien. 

Al día siguiente, con el mismo buen tiempo, volvíamos a casa. Nos fue a buscar al hotel una furgoneta manejada por una tal Salvatore Copola que nos propuso negocios de turismo con guía y furgoneta mediante. Era un hombre de izquierda que estaba en contra de la manifestación que Berlusconi le había organizado a Prodi pidiéndole que se fuera a su casa ese día. 

En definitiva. 

Bien que el PDE haya cumplido dos años. Bueno que los demócratas USA estén presentes como observadores. Bueno que nos hablaran Geremek y Maragall. Estupendo que Josu Jon Imaz no se deje encasillar en el discurso del “problema vasco”. Fea Roma a falta de pintura. Adecuada la tabla reivindicativa de Rutelli. Magnífico el tiempo. Oportuna la roto de Imaz con Prodi. Simpática la canturriada de quince vascos por las calles de la Roma antigua. Y constatación de que lo que defendieron Aguirre, Landaburu, Rezola, Jáuregui, Leizaola y Lasarte es lo que ahora con el PDE defendemos. 

Y como dijo Geremek: “La política es el arte de convencer”.

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