En política y en ningún renglón de la vida, los nombres y las designaciones no son neutrales. Tienen su carga y obedecen a planteamientos que subyacen tras su nominación. De esto sabía mucho Sabino Arana que le dio a Euzkadi en 1895 su nombre aun existiendo el vocablo cultural Euskal Herria, pero a él esta designación le significaba un área euskaldun pero no política y lo que él quería era darle vuelta a este país y que se reconociera como tal. Por eso creó el nombre de Euzkadi con z que los lingüistas endulzaron con la s, cuando él, creó con su orgullosa Z puesta ahí como un desafío. Y yo, como no soy lingüista ni me gusta enmendarle la plana al fundador de mi partido y de una nacionalidad lo escribo con Z.
Ahora resulta que son los socialistas exclusivamente los que utilizan este nombre porque algunos en el mundo de Batasuna decidieron que al fundador del PNV no había que darle ni agua y decretaron que eso de Euzkadi era para las tres “provincias vascongadas” y había que sacar a pasear el carlista nombre de Euskal Herria, admitido durante el franquismo, como el no más del abertzalismo. Y ahí le tienen ustedes a locutores y locutoras y a algunos políticos con el Euskal Herria todo el día en los labios, mientras en sus tumbas descansan en semi paz todos aquellos que a la hora de morir por fusilamiento gritaron, en aquel terrible trance, ¡Gora Euzkadi Askatuta! Que yo sepa nadie lo hizo con el ¡Gora Euskal Herria Askatuta! Por lo que , aunque solo fuera por esto, la cosa merece un respeto, pero como además, sabemos que es designio del mundo de Batasuna declarar el nombre de Euzkadi como vocablo amortizado, pues, yo me rebelo ante ello. En breve ETA ya no será “Euzkadi ta Askatasuna” como nació en 1960 con su hermosa Z en la mitad sino “Euskal Herria ta Askatasuna” o vaya usted a saber.
Otro concepto puesto en circulación y que para mi sorpresa utilizan hasta en Madrid es eso de designar a Batasuna como la Izquierda Abertzale. Es como si nosotros le pidiéramos a la gente que en lugar de que nos llamen EAJ-PNV, como estamos registrados, nos designaran el vocablo de “Centro Progresista y Abertzale”. Nadie nos llamaría así, entre otras cosas porque es ridículo y en este país nadie te regala nada y memos una apelación que a ti te convenga.
Y, sin embargo, a Batasuna se le llama Izquierda Abertzale. ¿No lo son Aralar, EB-IU y hasta la EA de la señora Errazti? ¿Por qué estos partidos no reivindican esta tan amable descripción que nos recuerda que la izquierda es justicia, y el abertzalismo, por cierto nombre del PNV, es lo vasco sublimado?
No lo entiendo.
Quizás el término más preciso para esta designación puede ser el de Izquierda Radical que tanto Iñaki Azkuna como Iñigo Urkullu es el nombre con el que designan a Batasuna. Me parece muy bien que se le empiecen a pedir que nos devuelvan el término abertzale que subrepticiamente nos quitaron, para, en el colmo del caradurismo político atribuírselo ellos. Está muy bien que a las personas, a las cosas, a los partidos y a las organizaciones se les denomine con su verdadero nombre porque si uno le llama perro a una mesa, zanahoria a una lechuga, león a una pulga, esto sería Babel por lo que lo de Izquierda Abertzale si quieren se lo atribuyan ellos, indebidamente, pero ¿los demás? Eso es del género más tonto.
Otro asunto que a mi juicio nada tiene que ver con la Izquierda es la falta de humanidad de este colectivo. Condenar o no un hecho violento no debería ser propio del cálculo político sino una simple manifestación de humanidad. Quemar un autobús que le cuesta al ciudadano vasco 120.000 euros y que ese mundo salga con la excusa de que el PP no condena el franquismo, me hace pensar que en este país siempre serán minoría. Una minoría respetable pero una minoría. Las mayorías se logran cerca del dolor ajeno, de todos los dolores y de todas las agresiones, hagan quienes las hagan. Nosotros condenamos a ETA y al GAL, a la guerra civil y a todo tipo de violencia. Batasuna solo la de un lado. La derecha española solo la del otro. De ahí que piense que este mundo radical y aparentemente sin principios seguirán siendo vulnerables si carecen de atractivo moral. Y eso no es una política de izquierdas sino mero sentido común. Todavía a esta gente le queda mucho por recorrer si siguen así sin un auténtico liderazgo moral.
Y eso incluye también a los familiares de los presos que tienen todo el derecho en quejarse de la situación de sus allegados y que nosotros siempre hemos defendido pero ¿para cuándo una palabra, solo una palabra de cercanía hacia los familiares de lo que sus hijos hicieron? ¿Para cuándo? En esta vida no solo se tienen derechos. También existe un deber mínimo de humanidad y eso desgraciadamente esta izquierda radical no los cumple. De ahí que sea bueno que no se les nombre con lo de abertzale porque el abertzalismo, entre otras cosas, es un movimiento humano de principios. Y Euzkadi siempre será Euzkadi. La Euzkadi política por la que luchamos. No solo la cultural.