Egibar: "Si el PNV pactara con el PSOE sólo para evitar un ´efecto pinza´ con Batasuna cometería traición"
¿Qué balance hace del primer mes de alto el fuego?
Creo que estos treinta días nos sitúan, aunque todavía la gente no lo ha asimilado, en un escenario político radicalmente distinto a lo que hemos vivido desde la transición hasta hoy. Estamos ante un alto el fuego estructural, de alcance. Es la hora de poner en activo todo aquello que decíamos tiempo atrás que era posible hacer sin violencia. Ya no hay excusas.
¿Es necesario esperar hasta septiembre para crear la mesa de partidos?
Yo creo que la mesa se tiene que constituir cuanto antes. Pero para eso se tienen que dar una serie de condiciones aparte de la no violencia y la no exclusión, que es la voluntad de las formaciones políticas para sentarse en torno a esa mesa. Es decir, si nos sentamos es para resolver algo. Si no estamos de acuerdo en que existe un problema político, no sé si el ejercicio de sentarnos a una mesa sirve para algo. Por eso, antes tiene que haber cocina .
Su compañero de partido Josu Erkoreka aseguró esta semana tras reunirse con Zapatero que éste le había reconocido que hay un problema político pendiente en Euskadi.
De Rodríguez Zapatero en los dos últimos años hemos conocido de todo. Sus declaraciones en el Congreso, cuando el lehendakari presentó el proyecto de Nuevo Estatuto, no iban en la línea de la existencia de ningún problema político. Todo lo ubican en el capítulo de reivindicaciones que desde el mundo nacionalista se puedan producir. Si Zapatero empieza a reconocer que existe un problema político por resolver sería un avance, pero veremos si se concreta en algo o no.
¿Como en una Declaración como la de Downing Street? ¿Lo ve factible?
Eso sería el desiderátum. El proceso de paz en Irlanda arranca, entre otras, con esa declaración, en la que tanto Major como Reynolds reconocen el derecho a la libre determinación de los ciudadanos de los condados de Irlanda del Norte. Creo que esa lección del proceso de paz en Irlanda también debiera servir para el señor Zapatero, ahora que dice tanto que combina con Blair sus movimientos.
¿Cree que un frente nacionalista debería liderar la mesa de partidos?
Yo no diría frente, porque parece que conlleva ir contra algo. Quienes creemos que el pueblo vasco existe y tiene derecho a decidir tenemos que compartir unos mínimos planteamientos estratégicos, porque, de lo contrario, el PSOE podrá dividir y subdividir a quienes podamos manifestarnos en esa dirección, como ha conseguido en Cataluña, y salir así del atolladero político sin rasguño alguno. Para esa misión ha sido elegido Pérez Rubalcaba.
Sin embargo, el presidente de su partido aplaudió el acuerdo entre el Gobierno socialista y CiU.
El gran vencedor del proceso catalán ha sido Zapatero, porque, primero, como dijo en el Congreso, ha dejado el Estatut como una patena y, segundo, ha conseguido dividir estructuralmente al nacionalismo catalán. Ese es el mérito del señor Zapatero o de quienes pudiendo combinar estrategia no lo hicieron; ERC y CiU. El ejemplo catalán es clarísimamente lo que no debe suceder.
El 4 de mayo se reunirá Zapatero con Imaz en La Moncloa. Alguien relacionará esa foto con lo que podría ser la antesala de un futuro acuerdo como el catalán.
Yo no descartaría que con el tiempo Zapatero pudiera recibir a Arnaldo Otegi. En cualquier caso, de cara a ese encuentro, yo veo que el señor Zapatero está entrando en un juego perverso otorgando al PNV un papel relevante. A quien debe respeto el presidente del Gobierno no es al PNV, que también, por supuesto, sino, sobre todo y en clave de resolución del problema político, es al pueblo vasco. Esa es la clave de la solución. Por lo tanto, la mejor y mayor aportación que puede hacer Zapatero es acudir al Congreso a finales de mayo o junio, y aparte de certificar la certidumbre de que el alto el fuego es real, hacer un pronunciamiento institucional de que va a respetar lo que libre y democráticamente decida la ciudadanía vasca.
¿Realmente cree que Zapatero pondrá toda la carne en el asador?
Yo no creo que el PSOE vaya a reconocer de primeras que hay un sujeto político que es el pueblo vasco y que, por lo tanto, tiene derecho a decidir. La cuestión es si estamos en condiciones de poner al PSOE en el trance de tener que abordar esta cuestión, que no es más que un reconocimiento democrático. Ese es el desafío y repito que, para ello, las formaciones nacionalistas deben compartir unos mínimos: derecho a decidir es derecho a decidir, no es otra cosa. No es ni a codecidir ni a que haya una llave aquí, otra en Madrid y otra en Estrasburgo. La llave de decisión tiene que estar en la voluntad popular de la ciudadanía vasca.
¿Y cómo cree el PNV que debe plasmarse jurídicamente el derecho a decidir del pueblo vasco?
De lo que se trata es de buscar otra serie de consensos superadores del actual bloqueo. Ya no es cuestión de cuantificar cuántas competencias más, que también. Hablamos de superar el conflicto, de dar el salto, de que ese nuevo estatus al que podamos llegar no tenga una disposición adicional diciendo que "la aceptación de este Estatuto no significa que el pueblo vasco renuncie a su capacidad de decidir". Ese derecho tiene que estar en la parte dispositiva del nuevo escenario y no en la adicional. Esa es nuestra propuesta, sin querer imponer nada, por supuesto.
¿Comparte la intención de Ibarretxe de someter a consulta el acuerdo que se pueda alcanzar en Euskadi antes de que pase por las Cortes?
En esta legislatura tiene que haber consulta. Y no vamos a someter a la ciudadanía a algo que previamente haya cepillado el Congreso. Otra cosa es que después el resultado de esa consulta habrá que negociar.
¿Y cuáles son las bases de esa futura negociación para el PNV?
Nosotros apostamos por la triangulación: la del vértice del Gobierno español en lo que pueda significar el PSOE y pueda arrastrar al PP, la del Parlamento Vasco y la mayoría de fuerzas políticas que apostamos por un proyecto, y después está el vértice propio de la izquierda abertzale.
¿Y si no se alcanza ningún acuerdo?
Puede ocurrir que no resolvamos el conflicto político y la violencia desaparezca. Si no hay acuerdo y hay opción de acordar entre dos y orillar al tercero, nosotros ni con unos ni con otros. Nosotros vamos a tener nuestra propia dimensión y trabajo.
¿Ahí entraría en juego el denominado Plan Ibarretxe?
En la medida en que no haya un acuerdo superador de los 39 de la mayoría absoluta que obtuvo ese mal llamado plan, ese proyecto necesitaría ser activado, porque en él están las claves de la solución aunque algunos quieren enterrarlo. En gran parte, el escenario actual de alto el fuego y proceso de paz y normalización, se debe a la iniciativa que mantuvieron el tripartito, el PNV y el lehendakari desde el 2000.
¿Quién ganará el pulso de la legalización: Batasuna o el Gobierno?
El PSOE no va a ceder. Tiene una posición muy firme y, además, tiene un empeño especial en mantener el Pacto Antiterrorista y como fruto de ese pacto la Ley de Partidos, para tener amarrado al PP. Por lo tanto, depende de Batasuna.
¿Qué estrategia debería seguir el PNV para no perder la hegemonía nacionalista ante el previsible impulso de la izquierda abertzale?
Yo discrepo con aquellos que creen que el PNV tiene que ser el reflejo de la síntesis de la sociedad vasca. No. Somos un partido nacionalista que trabajamos para el conjunto de la sociedad vasca. Nuestro objetivo es resolver el conflicto político vasco.
¿Teme el PNV el efecto pinza PSE-Batasuna al que aluden algunos?
Que al PSOE le sobran ganas de desbancar al PNV de las instituciones, ya sabemos. Y a algunos de Batasuna, también. Pero eso, en una perspectiva de no resolución y acceder a las instituciones, no tiene ningún recorrido político intelectual en la izquierda abertzale. Puede ser un desahogo de alguno. Yo no temo el efecto pinza ni punzón. Y los que piensen en el PNV que como eseefecto pinza se puede producir, hay que buscar cuanto antes una alianza estratégica con el PSOE, pues cometeríamos traición.
Pero el PNV ya gobernó con el PSE.
Pero no en la actual coyuntura. Yo no niego que se pueda llegar a acuerdos con el PSOE e incluso gobernar, pero si es en clave de resolución del conflicto, porque si abandonas eso, pues al final estás abandonando tu esencia. Alguien puede decir no voy a abandonar, sino a aparcarlo. Entonces ya entramos en aquello de que los principios son los que prevalecen y la praxis nos lleva a otro tipo de entendimientos. No, no.
¿Cómo cree que evolucionará la izquierda abertzale en los próximos comicios?
La pugna electoral inmediata la va a tener, sobre todo, en Gipuzkoa. Y será una pugna interesante. Ellos van a avanzar, pero conseguir la cota de 1999 les va a costar, porque también son rehenes de sus propios actos. La izquierda abertzale tiene un recorrido potencial importante. Veremos su habilidad y la contundencia de sus planteamientos, además de la irreversibilidad de este proceso.
¿Qué ocurriría en el PNV si el principal referente soberanista fuera Batasuna?
Eso significaría que el PNV ha perdido el pulso de la sociedad. No debemos dormirnos, porque la gente no es tonta.
¿Cree que el Gobierno ha pactado con ETA un "órgano común permanente" entre Euskadi y Navarra, como dice Sanz?
En Navarra, hay entre 80.000 y 100.000 personas que votación tras votación expresan lo que expresan. Una cuestión es la mayoría y minoría en términos políticos, pero esas personas qué son: ¿vascos fuera de tierra vasca?, ¿están confinados o es que piensan diferente porque sí? No. Tienen pensamiento propio y posición propia. Yo me pregunto qué problema hay en que un territorio como Navarra, que es el 50% de la superficie de Euskal Herria, pueda trabajar codo con codo sin darse la espalda con sus vecinos vascos de Araba, Iparralde o Gipuzkoa.
¿Qué problema cree usted que hay?
El discurso de Sanz y Rajoy es muy histriónico. Sus palabras denotan una gran debilidad, porque ellos se aferran al discurso de que Navarra no sea moneda de cambio. En realidad, tienen miedo a que los navarros se pronuncien en consulta directa, por ejemplo.
¿Cree que esa consulta es posible ahora en Navarra?
No. Habrá que buscar un punto de inflexión en la política navarra a partir de las próximas elecciones y configurar en la medida de lo posible un nuevo juego de mayorías. Y nosotros creemos humildemente desde Nafarroa Bai que se puede hacer una gran aportación, incluso disputar en términos electorales el segundo puesto con el PSN.
¿Usted cree factible un pacto de gobierno entre el PSN y NaBai?
Hay que esperar a ver si se produce ese punto de inflexión en las próximas elecciones. El PP y UPN, con el acompañamiento de CDN, van a volcar todos sus esfuerzos para que eso no sea posible. Yo creo que, al final, con o sin cambio de gobierno, las relaciones van a tener que cambiar. Sanz y Rajoy no pueden cerrarse en posicionamientos tan numantinos. Si tú descansas en principios democráticos, los navarros son mayores de edad para decidir qué relación quieren con el resto de los vascos. Si es que quieren mantener alguna. Eso son principios democráticos, no de intentar anexionar.
¿Hay alguna novedad respecto a la reedición de la coalición PNV-EA en Euskadi?
No. Yo confío en que la coalición se pueda cerrar antes de verano, pero dos no caminan si uno no quiere.
La dirección de EA en Gipuzkoa no parece tener muchas dudas.
Sí, pero me temo que llegarán a la conclusión de la necesidad de la coalición con el PNV cuando vean que la izquierda abertzale arranca.
¿Tras la renuncia de Sudupe, barajan ya algún candidato a la alcaldía de Donostia de cara a las próximas elecciones?
Interjuntas ha comenzado ya un proceso de recogida de posibles candidatos. La idea es dar coherencia al conjunto de candidaturas. Respecto a Donostia, vamos a apostar por lograr la alcaldía. Si vamos en coalición con EA, las posibilidades son mayores, pero con esto no trato de forzar a EA, que deberá adoptar la decisión que considere oportuna.