Pujol: "Si PSOE y PP tienen vocación de greña van a perjudicar al país"
Desde que abandonó la política, el ex presidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol trata de difundir la importancia de tres conceptos en el desarrollo de las sociedades. Pujol habló ayer sobre ellos en una conferencia que impartió en el Colegio Mayor Ayete, de San Sebastián. «Un país necesita para ir adelante ideas, valores sólidos y actitudes positivas», dijo. El ex president, que insiste en que no quiere hablar de política, lamenta el clima de «radicalización a toda costa» entre PSOE y PP, que puede perjudicar al país.
-Resumen de la conferencia.
-He venido a hablar sobre el tema en el que estoy trabajando a través de la fundación que he creado, que es el de la responsabilidad individual y colectiva y de cómo esto incide en la sociedad. Ahora que no hago política he creado una fundación en la que, como digo en broma, me dedico a estudiar el IVA, que no es ningún impuesto, sino que hace referencia a las ideas, los valores y las actitudes. Es decir, un país necesita para ir adelante buenos políticos, buenos empresarios o buenos universitarios. Pero además necesita ideas claras, valores sólidos y actitudes positivas. Intento aplicar esto en Cataluña sobre todo pero también en el conjunto del Estado y en Europa. Europa en su conjunto en estos momentos está a falta de valores sólidos, actitudes positivas, ideas y liderazgo.
-¿España también está falta de liderazgo?
-En ciertos aspectos España está mejor que algunos países europeos, pero fácilmente podría en poco tiempo perder esta ventaja. España es un país que ha progresado mucho en los últimos 25 años, lo que le confiere una especie de estado de ánimo optimista, con más confianza en el futuro. Esto podría perderlo a poco que no se supere alguno de los problemas que tiene. Uno es el clima político, que es malo, y otro es que no se toman decisiones que eviten una tendencia negativa, que es la pérdida de competitividad.
-¿Ese clima político se nota en Cataluña?
-Notamos sobre todo sus consecuencias. El clima político español empezó a estropearse a partir del 2001. La crispación vino aumentada por el resultado electoral del 14-M y las circunstancias en las que se dio. En Cataluña esta inquina no ha trascendido todavía. Lo que pasa es que en este proceso ha incidido el hecho del Estatuto catalán, que ha agudizado estas tensiones. El Estatuto y Cataluña han sido utilizados como munición, en este caso concreto por parte del PP, y naturalmente esto produce malestar porque notamos que Cataluña es una pieza de intercambio en la política española.
-¿Hay malestar social en Cataluña?
-La sociedad catalana está bien. Está cansada, un poco desconcertada, pero está bien.
-¿Qué opina de la campaña de firmas del PP en contra del Estatut?
-Eso es política en el sentido demagógico. Creo con respecto a Cataluña es una barbaridad lo que dice el PP cuando habla de persecución al castellano o de insolidaridad, que también lo dicen sectores importantes del PSOE. En realidad lo que ocurre es que en España desde el siglo XVI hay un poso anticatalán que ahora ha surgido con una fuerza tremenda. A mí, esta radicalidad anticatalana que hay en el conjunto de España no me sorprende porque contaba con ella. Sí debo reconocer que me ha sorprendido su amplitud, su unanimidad y su visceralidad. Pero nuestra primera obligación es no dejarnos inmutar por esto, resistir, dejar que pase la vorágine y ver si conseguimos un nuevo Estatut, que será mejor que el que tenemos.
-¿Un país con dos partidos duramente enfrentados no corre peligro de convertirse en un país de dos bandos?
-Desde Cataluña se ha hecho todo lo posible para garantizar la estabilidad y la gobernabilidad. Si los principales responsables de que las cosas en España vayan bien son esos dos grandes partidos y si esos no son capaces de entenderse y de tener una conducta correcta, pues entonces allá ellos. Nosotros hacemos siempre lo que podemos para que las cosas vayan bien. Pero si esos dos partidos tienen vocación de ir a la greña, van a perjudicar seriamente al país.
-¿Cuando oye que España se rompe por culpa de catalanes y vascos, qué piensa?
-Esto es absurdo, no merece comentario, forma parte de uno de los aspectos más irracionales de esta absurda contienda que tienen ellos.
-También hay quien insiste en que el Estatut es el primer paso para la secesión de Cataluña.
-No se lo han leído, no se han leído ni el que salió del Parlamento catalán, que sigue siendo nuestro objetivo aunque no sea el que va a salir. Pero ninguno de los dos son una amenaza para la unidad de España.
-¿Estamos en la política del absurdo?
-De la radicalización a toda costa.
-¿Quién es el beneficiado?
-De momento nadie. Pero deje este tema, es darle vueltas a una cuestión absurda.
-¿Es de los optimistas o de los pesimistas con respecto al futuro del País Vasco?
-No opinaré sobre lo que hay que hacer o no, pero soy optimista. Ustedes tienen naturalmente sus defectos y sus errores, y la prueba ahí está, pero tienen un sentido muy claro y muy fuerte de su identidad, y eso es un gran valor. Son una sociedad que ha combinado muy bien una mentalidad muy tradicional en ciertos aspectos con una mentalidad de apertura a la modernidad, son una gente que pasan tranquilamente del caserío a MCC, y esto es condición para progresar. Por eso creo que Euskadi tiene ante sí un futuro brillante que se va a desarrollar plenamente. No sé cuándo, pero se va a desarrollar.
-¿Cuando termine la violencia?
-Tarde o temprano cesará. En estas cosas yo siempre opino lo que dice el PNV, y no voy a cometer la frivolidad de hablar de algo tan delicado sin conocerlo. Pero se terminará
-«¿Qué ha hecho el Real Unión esta semana?», pregunta el ex presidente de la Generalitat de Cataluña.
-Creo que empató.
-¿Qué tal le va?
-Está en Segunda B..
-«Sí, eso ya lo sé. El año pasado estuvieron a punto de subir a Segunda A. Fallaron de una forma incomprensible al final»-, responde, y la entrevista por fin recupera su orden lógico de pregunta y respuesta.
-¿Por qué lo sabe usted?
-Hay que saber de todo.
-Pero justo del Real Unión...
-Mire usted, no hace mucho escribí un pequeño articulito que me pidieron para una revista del Real Unión, por su centenario creo que era. Yo no soy aficionado, pero mi padre me hablaba mucho del equipo, porque en la época en la que él era joven el Real Unión era uno de los mejores equipos de España y jugaba con el Barcelona. Los dos disputaron una final de Copa en los años 20. Antes de escribir el artículo yo me informé y ya había leído que hacía poco el Real Unión había ganado al Lorca y luego en cambio perdió la eliminatoria en Irún cuando lo tenía todo a su favor. Fue incomprensible.