No soporta a las personas que miran por encima del hombro. Simpática y
divertida, Josune Ariztondo conserva a sus amigos de la niñez de
Ondarroa,
su localidad natal. Ha pasado miles de horas mirando al mar. Le inspira
tranquilidad.
No aprendió a bordar ni a coser porque a las tardes en el colegio la liberaban para que pudiese cuidar de uno de sus hermanos, mientras que su madre, Anuntzi, iba al puerto de Ondarroa a trabajar. Hija y nieta de pescadores, quien se asoma esta semana en nuestra particular ventana de personajes, valora el apoyo y la comprensión que sus padres le ofrecieron cuando era una niña. Josune Ariztondo, «en mi pueblo me conocen como Miren Josune», puntualiza la secretaria del EBB del PNV, jugaba con sus
amigas de la cuadrilla a cuidar de su hermano, Salva. «Con cuatro años, mi
hermano nos chantajeaba: ""O me compráis lo que quiero, o cuento que os gusta ese
chico""», recuerda Ariztondo entre risas. Envidiaba a las niñas que llevaban
pelo largo y trenzas. «Mi madre siempre me lo cortaba porque tenía mucho
pelo y no tenía tiempo para arreglármelo». Josune reconoce ser una sentimental empedernida.
¿Es más fácil dedicarse a la política cuando se es hombre?
En una sociedad machista como en la que vivimos probablemente es más difícil siendo mujer. No sólo en la política.
Afortunadamente, cada vez hay más mujeres en cargos públicos.
Sí, aunque no hay que ocultar que persisten las dificultades por el hecho de ser mujer.
¿Es Josune una mujer políticamente correcta?
No. (Risas). Me gustaría ser más correcta de lo que soy. Lo intento, ¿eh? Pero tengo bastantes incorrecciones.
No conozco a nadie perfecto.
No, yo tampoco.
¿Es exigente?
Me he acostumbrado a serlo. Por eso no sé si tiene mérito.
¿Una mujer todoterreno?
Bueno, quizás todoterreno no, pero sí soy una mujer que ha pasado por unos cuantos terrenos.
Y le quedan muchos por pasar, ¿no?
Eso espero.
Mujer, política, esposa, madre...
... la mayor de cinco hermanos.
También. ¿Cómo se combina todo?
Se lleva bastante bien. Mira, te voy a decir una cosa: Además de querida, siento que mi trabajo siempre se ha valorado.
Es importante, ¿no?
Mucho. Tengo que decir que se ha valorado de una manera consecuente.
¿Siempre le han apoyado?
Siempre. Todavía conservo la estampa de mi marido paseando al niño porque yo estaba con la tesis de licenciatura.
¿Una se nace o se hace política?
Supongo que se hace, pero como en todo creo que tiene que haber algo.
¿Ha dejado cosas en el camino?
Unas cuantas. He dejado algunas amistades, estar en algunos sitios en los que me hubiera gustado estar.
Hagamos un flash back. ¿Le parece?
Venga.
¿Cómo recuerda su niñez?
Huy, han pasado muchos años. Era una niña que por encima de todo quería estudiar.
En aquella época era difícil, ¿no?
Sí. Mi destino era ser redera. Teníamos un pequeño negocio pesquero. En aquella época en mi pueblo estudiaban muy pocos.
Sus padres hicieron un gran esfuerzo.
Mucho. Yo era feliz estudiando. Mi madre fue una mujer frustrada en sus estudios por la guerra. Quería que estudiara, aunque eso suponía más trabajo para ella.
¿Qué conserva de aquellos años?
Sigo siendo la misma persona. Aunque un poco pulida. Si rascas un poco sigue saliendo la vena de la familia de pescadores.
¿Tiene alguna manía, confesable?
Seguro que tengo mil, pero no me acuerdo de ninguna.
¿Es ordenada?
Soy asistemáticamente ordenada.
Insisto, ¿no tiene manías?
Mira, al menos tengo seis carteras diferentes de libros. Me gusta tener todo encima.
¿Seis? Y, ¿es despistada?
Uf, mucho. No sé si lo debe decir pero...
Cuente, cuente...
He llegado a comprar hasta cuatro ejemplares del mismo libro.
¿Por?
Porque me encanta leer y como ando de un lado al otro, al final, termino dejando los libros por ahí. Luego los voy encontrando y al final termino regalándolos.
¿Alguna pasión?
Me entusiasma la ópera. Me parece un espectáculo impresionante, y...
... ¿Y?
En mi casa me dicen que vamos a poner una tienda de bolsos.
Le gustan los bolsos, ¿eh?
Sí. Me encantan. Mi marido me suele decir: ""¿Josune, con tantos bolsos dónde pongo las toallas?"". (Risas).
Y la ropa, ¿no?
Me es mucho más fácil probarme pendientes y bolsos que ropa. Te veas gorda o delgada te los compras igual.
Tiene razón. ¿Es coqueta?
Yo creo que sí. No me gusta llamar la atención por cambios bruscos. Siempre me debato entre la coquetería y el no llamar la atención.
¿Es tímida?
Sí, lo soy.
¿Qué tal lleva el paso de los años?
Creo que no lo llevo mal. Procuro cuidarme.
¿Cuál es la parte de su cuerpo que más le gusta?
¿La parte de mi cuerpo que más me gusta? Eso sí que es complicado, ¡madre mía!
Los ojos, ¿por ejemplo?
Ya he perdido el brillo de los ojos.
Bueno.
Jo, sé la que menos me gusta pero...
¿Pero?
Ja, ja, ja. En el conjunto me siento bien con la imagen que tengo, pero no tengo un rasgo que destaque. ¿Sabes lo que siempre he pensado?
Dígame.
Que tengo las manos grandes. Me daba vergüenza dar la mano a los chicos cuando tenía veinte años.
Con las manos grandes abarca más.
Tienes razón. Ja, ja.
¿Se defiende bien en la cocina?
Bien, sólo que entro poco. A mi marido y a mi hijo les gusta mucho cocinar.
¿Chuletón o bacalao al pil-pil?
Bacalao al pil-pil.
Exquisito.
Sin despreciar al chuletón, ¿eh? Soy buena compañera de mesa. No hay una comida que no me guste.
¿Y es buena compañera de baile?
También. No me defiendo mal bailando.
¿Tiene miedo a algo?
No, no soy una persona miedosa.
¿Es fácil sorprenderla?
No, no es fácil, aunque soy más ingenua de lo que se creen.
Imaginemos que paseando por la playa de Ondarroa se encuentra a la lámpara de Aladino.¿Qué deseo le pediría?
Que mis padres estuvieran bien. Para mí es muy importante.