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Juan Ignacio Perez-i elkarrizketa Deia egunkarian

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Urria 23 | 2005 |
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Perez: "En la UPV estamos a la cola de Europa en materia de financiación"

Habla claro y sin tapujos, y no se le caen los anillos para criticar los aspectos a mejorar dentro de la UPV. Su rector, Juan Ignacio Pérez, inicia el nuevo curso con la mirada puesta en la redacción del Plan Universitario, en el que el Gobierno vasco definirá los recursos que destinará a la UPV. «Estoy perfectamente dispuesto a aceptar que la formación o la investigación universitaria no son una prioridad en el país, pero eso es algo que debe estar claro», afirma.

 

¿Qué retos se plantean para este curso 2005-2006?

 

Sobrevivir... (risas). Empezamos con la implantación de créditos europeos y las clases en inglés. Tenemos que dar los primeros pasos para elaborar nuestra oferta docente de cara a la incorporación al espacio europeo. Y hay todo un mundo en relación a asuntos pendientes con el Gobierno vasco. Que se constituya y se ponga a funcionar la Agencia Vasca de Evaluación, una necesidad imperiosa, y que se elabore el Plan Universitario, porque de él dependerá nuestro horizonte financiero los próximos años. Estamos en un momento de muchísima incertidumbre.

 

La financiación siempre ha sido uno de los "caballos de batalla" de los equipos rectorales. ¿También este año?

 

Hasta que no veamos el Plan Universitario, la situación es la misma. Resolvimos el déficit, pero los problemas estructurales están lejos de estar resueltos.

 

¿De dónde vienen?

 

De que crónicamente la financiación de la universidad ha sido muy escasa. Esto de por sí ya es grave, pero lo es mucho más en el contexto del espacio europeo. Somos líderes mundiales en escolarización temprana, tenemos la FP mejor dotada económicamente, unos niveles de enseñanza obligatoria magníficos... Pero tenemos un sistema universitario que está a la cola de Europa en financiación.

 

¿Habla de una financiación estable o de más recursos?

 

Estable y suficiente, por supuesto. Me resulta muy difícil definir cuánto es lo que el Gobierno tendría que dar, es una cuestión de política presupuestaria. Debemos definir qué modelo queremos y, en función de ello, establecer qué recursos aportamos. Estoy perfectamente dispuesto a aceptar que la formación o la investigación universitaria no son una prioridad en el país, pero es algo que debe estar claro.

 

¿Espera aprobar ese marco de financiación este curso?

 

No puede pasar de este año.

 

¿Se han quedado muchos proyectos en el cajón?

 

No es tanto proyectos sin poner en marcha, cuanto que la calidad del producto final se ve comprometida. Hay un conjunto de actividades, lo básico en la universidad, que no alcanza el nivel que podría alcanzar. Por ejemplo, si tengo que enseñar una técnica con una máquina que hace 10 años que no se utiliza, ese alumno tendrá un déficit formativo. Y se manifiesta en todos los campos de la vida universitaria: somos los que menos Personal de Administración y Servicio (PAS) tenemos del Estado, los laboratorios no están dotados como los de otras universidades, hay verdaderos problemas para mantener el nivel de adquisición de revistas y libros...

 

¿Nunca se han planteado otras vías de financiación?

 

Por supuesto. Tenemos fuentes importantes que no son el erario público. La más evidente, las tasas del alumnado. Pero en 1997 teníamos 62.000 alumnos y en 2005, 47.000, y eso conlleva menos recursos. Alguien dirá que también menos gastos, pero no es cierto: aquí el profesorado es el que era, incluso más. Esa reducción en recursos no se ha visto compensada. Por otra parte, somos una de las universidades que más recursos allegamos de empresas, estamos en punta de lanza y es muy difícil ir más allá.

 

¿Por qué?

 

Porque para llegar a que eso sea una componente significativa de la financiación deberíamos dedicarnos a ello casi en exclusiva y nuestra función social es otra.

 

En el discurso de inauguración del curso le dio mucha importancia a la investigación. ¿Cuál es el problema, que no hay investigadores?

 

Problemas hay muchos... Hay pocos investigadores, ni mucho menos los que dicen las estadísticas. Nos podemos engañar a nosotros mismos, pero nadie en su sano juicio puede creer que tenemos 73 investigadores por cada 10.000 trabajadores, cuando la UE tiene 56, o que superamos a EE.UU. en investigadores universitarios. No le dedicamos suficientes recursos, falta cultura investigadora en determinadas áreas... Hay múltiples razones por las que no somos una potencia en investigación.

 

¿Qué se podría hacer?

 

Muchas cosas. Queremos proponer al Gobierno vasco un acuerdo en materia de investigación universitaria; queremos un compromiso o seguiremos siendo un segunda división. Hay que pasar de un 60% de doctores a un 80% en un plazo razonable de tiempo. Hay que extender cultura investigadora, darle valor social, y tiene que haber un desarrollo de la carrera investigadora que en ese momento no hay.

 

Euskobekadunak se queja de las condiciones de «explotación» que sufren...

 

Creo, sinceramente, que se han pasado. Hay ámbito para la mejora, pero en primer lugar, no todas las universidades tienen becarios de investigación, ni muchísimo menos. El vicerrector de investigación les ha dicho, y me consta, que vamos a mejorar las condiciones de las becas conforme mejoren otras: Gobierno vasco, Ministerio... No quiere decir que lo vayamos a hacer automáticamente, porque a lo mejor no tenemos dinero. Quizá el poder hacerlo conlleva que haya menos becas. Lo tenemos que valorar muy cuidadosamente, porque estamos en un delicado equilibrio. Además, las becas tienen que servir para facilitar el acceso a la actividad investigadora, pero no deben desincentivar nunca que quienes puedan, concurran a las convocatorias del Ministerio y del Gobierno vasco. Eso nos interesa y no vamos a renunciar a esas políticas de incentivación.

 

Los profesores tampoco están contentos...

 

Hay numerosos problemas laborales, unos más graves que otros. En materia de PAS tenemos un problema enorme de interinidad: un 60% del personal no es fijo. Y esto es porque no hemos podido hacer una OPE por cuestiones legales, la modificación de una disposición de la Ley de Universidades, que nos hemos propuesto resolver.

 

¿Y en el profesorado?

 

Están las cuestiones salariales. Me gustarían sueldos más altos para todos y complementos realmente incentivadores. Ahora tenemos un sistema mixto que deja que desear. Y en materia de profesorado contratado, tenemos un problema de estabilidad del asociado, porque no tiene un anclaje claro en la nueva Ley Vasca. La resolución no depende de nosotros, pero no vamos a dejar a nadie en la calle...

 

Está a favor de la creación de ese Espacio Europeo...

 

Soy un entusiasta. Es una oportunidad extraordinaria de poder movernos por toda Europa reconociéndonos la carrera que hemos estudiado. Hay quien opina, por ejemplo, que se está poniendo en peligro la docencia en euskera en los postgrados. Y no, porque si sabemos a dónde vamos, eso no va a ocurrir. Desde el punto de vista de nación cultural -sin entrar en consideraciones políticas, aunque también me vale- se abre una puerta que hasta ahora ha estado cerrada. Un estudiante de Bidarrai podrá acceder a esta universidad con mucha más facilidad que hoy.

 

¿Y las críticas, por ejemplo, de quien teme que desaparezca la filología vasca?

 

El Gobierno español ha estado barajando diferentes mapas de titulaciones. Creo que se va a ir a un catálogo relativamente amplio. Ha quedado bastante claro que va a haber estudios específicos de filología vasca. Se está pensando en que haya otras filologías que no tengan denominación específica en el catálogo oficial, pero que sea la universidad la que le otorgue esa denominación cuando confeccione el plan de estudios. Vamos a un modelo en el que el Ministerio fija el 50% y el otro 50% las universidades.

 

¿Se seguirá avanzando en euskaldunización?

 

Nos queda un importante camino por recorrer. Está la falta de recursos, pero no es lo que más me preocupa. No es fácil encontrar gente formada para enseñar. Y hay otra cuestión: ahora, casi el 50% de los estudiantes hacen selectividad en euskera y en 10 años será el 65%. Hay carreras que no vamos a poder dar en castellano, porque no podemos mantener la duplicación sistemática de carreras. Debemos ir a una oferta equilibrada y ajustada a la demanda, pero sin olvidar que ésta es la única universidad del mundo donde se enseña euskera en todo. Y eso es una responsabilidad especial.

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