Iñaki Anasagasti
24Uztaila
2005
24 |
Iritzia

SE VA EL CANGREJO, SE VA

Iñaki Anasagasti
Uztaila 24 | 2005 |
Iritzia

Hacía tiempo que Galicia no celebraba un 25 de julio, Día de Santiago, con tan interesantes perspectivas.

Tras el anuncio oficial de que el PP en Galicia tenía un escaño menos que la suma del PSG y el BNG, Mariano Rajoy solicitó cambiar la ley electoral con el fin de que en el futuro sea la lista más votada quien gobierne en cada comunidad. La iniciativa no prosperó pero ilustra la distinta vara de medir que tiene el PP para situaciones similares. Según este razonamiento de Rajoy, en Euzkadi, el PP no debería de haber apoyado a Patxi López en su candidatura para ser elegido Lehendakari, sino a Ibarretxe que fue el titular de la lista más votada. Por otra parte, le oye uno hablar a María San Gil, que parece un disco rayado, y se pregunta qué modelo de convivencia tiene esta gente en la cabeza para solucionar los problemas de los ciudadanos... La buena señora que, por su rotundidad, parece estar en posesión absoluta de la verdad, coge carretilla y nos suelta siempre la misma retahíla de lugares comunes acuñados en la época de Aznar como si Mayor Oreja estuviera de cuerpo presente. Desde el punto de vista de la locuacidad, diez. Desde el punto de vista político, cero. El ejemplo de Rajoy no puede ser más ilustrativo, y la oposición de Alonso y Rabanera a la fusión de las Cajas Vascas, define a un partido anclado en el provincianismo de U.A.

De ahí que será un gustazo para todo demócrata verle salir a Fraga del Palacio de la plaza de Obradoiro sin gaiteiros. Un fascista como él, que participó en consejos de ministros donde se aprobaron penas de muerte, censor mayor del régimen de Franco, aquel que dijo que antes de que la ikurriña ondeara había que pasar por encima de su cadáver, será desplazado por una coalición electoral que abrirá las ventanas de Galicia al aire fresco de un futuro sin mayores caciques. Se va el cangrejo del PP. Se van los cangrejos que la hacían a Galicia caminar hacia atrás.

Para celebrar esta nueva situación cenábamos en el Currito con Anxo Quintana, el líder del BNG, a los dos días de aquel anuncio oficial en relación con los votos de la emigración. Era consciente que si Fraga no hubiera tenido 82 años y por tanto la naturaleza no hubiera conspirado contra él, Fraga hubiera vuelto a ganar las elecciones. Era consciente asimismo que, por razones distintas, tenía que tratar con exquisito cuidado a Fraga como a Xosé Manuel Beiras, referentes de galleguidad en los últimos años. Era consciente que así como el PP es la Galicia profunda y caciquil, atrasada y llorona, pero a fin de cuentas, Galicia y el Bloque asimismo parte de esa Galicia pero de la que mira al futuro, el partido socialista es todo menos Galicia. Es Madrid. Y ahí está Paco Vázquez, el alcalde de A Coruña para ratificarlo aunque ahora esté camuflado por bellas palabras. El PSG es lo más parecido al PSE vasco, no al PSC catalán. Y es consciente que han de marcar un perfil propio pues la voluntad de ese socialismo gallego es darles el abrazo del oso. De ahí que busquen marcar bien sus perfiles propios. Tendrán siempre nuestra ayuda. No en vano estamos juntos en Galeuzka.

GALEUZKA

Existe de hecho una hermandad de los tres países y a la constitución de Galeuzka, el 11 de septiembre de 1923 en Barcelona ante la estatua de Casanova, constitución con la que fue sellada esa hermandad para reunir esfuerzos para la lucha por la recuperación de nuestras libertades; allí estábamos también los vascos.

Simultáneamente casi se veía en Galicia nacer en su seno a tres grandes poetas. Los tres grandes enamorados de su pueblo. Los tres precursores del actual pujante movimiento renacentista gallego. Me refiero a Eduardo Pondal, Rosalía de Castro y Curros Enríquez. Pondal era el suscitador de la conciencia galleguista; el amor y el sentimiento hacia los compatriotas esclavizados. Curros Enríquez, el poeta de la rebeldía salvadora. Pondal fue médico y militar, mas cuando el Galleguismo iluminó su inspiración, se separó del ejército avasallador de su tierra para entregarse por completo a la causa de su pueblo.

Inició su canto para despertar el alma dormida de Galicia y a causa de ello los jerifaltes de la hispanidad le amenazaron con deportarlo a las Islas Marianas. Tales amenazas no amilanaron su espíritu combativo dedicándose primero a escribir en castellano pero, sin mayor tardanza, comenzó a emplear el idioma gallego para dar cuerpo a sus pensamientos con el propósito de elevar el nivel literario de su lengua patria. Tres poemas henchidos de amor a Galicia sobresalen: “Rumores de los pinos”, letra del Himno Nacional de Galicia, “Os Faoas” y “A campana de Aullons”.

Rosalía de Castro por su parte, como mujer supo impregnar su obra de intenso sentimiento.

Despierta ya el alma del pueblo gallego, inoculado en el amor a la estirpe y el sentimiento de la fraternidad, era necesario impulsarle a la acción. De ello se encargó Curros Enríquez. Sus poesías son el cantor indómito de la rebeldía; el llamamiento ardoroso al alma campesina esclavizada; el grito de guerra contra el cacique; el aliento y la esperanza de las libertades patrias; la apología del idioma gallego, en fin, el espíritu genuino de Galicia que se manifiesta ardiente en los versos del eximio poeta. “La primera mitad de su vida –declara Luis André en su libro “El galleguismo”-, fue un himno a la rebeldía: quiso despertar al pueblo de la servidumbre. Sus últimos acentos vibran con amargo desengaño “en un ideal irrealizable”.

Pero su obra no fracasó. Muerto él, una legión de poetas como Taibo, Manuel Antonio, Cabanillas, etc. Han seguido hablando en idéntica forma al pueblo gallego. Y éste ha respondido al llamamiento. Desde el año 1917 en que se creó la Liga de amigos del idioma: “Hermandades de Fala” el galleguismo ha progresado mucho. A la cabeza del pujante movimiento galleguista se encuentra un grupo numeroso de intelectuales gallegos que honran con su saber y con su ciencia a su patria. Ellos con el gran Castelao, Otero Pedrayo y otros muchos hijos dignos de la Galicia profunda pusieron los cimientos de la vivificadora obra que nos es dable presenciar en el que las letras, las artes y la pintura ilustran de nuevo la historia de un pueblo que ha figurado entre los fundadores de la civilización occidental y al cual deseamos la mayoría los vascos todo género de felicidades.

LA VISITA DE URIBE

Vino en visita oficial, Álvaro Uribe, presidente de Colombia. Amigo de Bush y Aznar tiene ante si una difícil papeleta. Lo comprobamos cuando nos vino al Senado a darnos explicaciones sobre sus planes de pacificación. Cosa rara. Los jefes de estado suelen ir a estos sitios, sueltan un rollo y se van. Quizás en esta oportunidad y porque no hay actividad parlamentaria, se puso una larga mesa en U en el Salón de los Pasos Perdidos y Álvaro Uribe nos desgranó su plan.

Terminada su disertación se prestó a contestar las preguntas del auditorio. Nosotros le dijimos que preferíamos esa formula del diálogo, que no la del monólogo. Lo habíamos intentado con Hugo Chaves sin éxito. Y, le recordamos que sólo había dos precedentes: Mugabe y Thatcher.

Asintió cuando le dijimos que habíamos consultado como los Uribe están en Colombia desde 1656 y que sabíamos que en Cali y Medellín hay muchos descendientes de aquellos vascos. Le preguntamos por sus vecinos venezolanos, por la OEA, por la Cumbre Iberoamericana, por la supuesta presencia de ETA en Colombia... por casi todo. Respondió a lo que quiso, tratando de agradar.

En su país le critican que quiera combatir el terrorismo recortando libertades, pero está como un trozo de jamón entre las FARC, el ELN y los paramilitares.

Colombia continúa siendo un país que parece vivir en permanente crisis política. La democracia colombiana se encuentra amenazada por una serie de graves desafíos, como son un conflicto armado interno desde hace varias décadas, el fenómeno del “paramilitarismo”, y el cáncer del narcotráfico. El país enfrenta además otras dificultades de índole diversa: bolsas de pobreza y enormes desigualdades sociales, altos índices de desempleo, crisis humanitaria y una complicada situación de derechos humanos, déficit fiscal, debilidad de los partidos políticos y de las instalaciones en general, una endémica violencia social, y corrupción en buen parte de la sociedad y de la Administración.

El Presidente Uribe, quien tomó posesión en julio del 2002, ha tratado de paliar estas dificultades mediante la política de “Seguridad Democrática” –que busca extender y consolidar la presencia efectiva del Estado de Derecho a todo el territorio colombiano-; y una serie de reformas constitucionales y legislativas, muchas de las cuales, sin embargo, se han visto frustradas. Las actuales prioridades del Gobierno Uribe son la reforma tributaria y del sistema de pensiones; y recientemente el Congreso aprobó la reforma constitucional para establecer la reelección presidencial inmediata.

La aprobación de la reelección y la posibilidad de otros 6 años de Presidencia de Álvaro Uribe en todo caso trastocarían el escenario político, y afectarían de manera especial las perspectivas de negociación con los distintos grupos armados ilegales. No obstante, cabe destacar que tras dos años –medio mandato- de unos inéditos y muy elevados índices de aprobación popular del Presidente Uribe según las encuestas, estos índices muestran actualmente una clara tendencia a la baja, debido fundamentalmente a los persistentes problemas sociales del país. En cuanto a la política de Seguridad Democrática, que ha sido muy criticada por algunos de sus aspectos y de sus consecuencias, lo cierto es que ha logrado resultados evidentes, como el repliegue de los grupos armados ilegales y la disminución de los índices de violencia en el país que, no obstante, siguen siendo todavía muy elevados.

Zapatero cuando llegó a Moncloa les suspendió la venta de armas y carros de combate acordada por Aznar, aunque luego, en decisión polémica y gracias a los trapicheos de Bono con el embajador Morodo, anunció venta de corbetas y aviones a Venezuela, el país enfrentado a Colombia.

Tras su disertación pude hablar con él y con su ministra de Asuntos Exteriores hija de quien fuera presidente de Colombia, Virgilio Barco, que por cierto, sus antepasados están enterrados en la catedral de Santiago en Bilbao. Los Barco fueron amigos de aquél polígrafo vasco tan entrañable como fue Patxi Abrisketa, del que eran vecinos.

Total que Uribe nos saludó y se fue dejándonos la duda sobre quien era. Alguien tan seguro de sí mismo, apabulla. Alguien que tiene respuestas y explicaciones para todo y duda tan poco, asusta. Ya nos gustaría estar seguros de solo una cosa como él lo está de todas.

Prudencia verbal, acción efectiva, solidaridad en la acción...

PARTEKATU