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Josune Ariztondori elkarrizketa El Correo egunkarian

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Ekaina 19 | 2005 |
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Ariztondo: «En una semana estaremos en Gernika para la jura de Ibarretxe»

LOURDES PÉREZ/BILBAO

Josune Ariztondo parece cansada pero también aliviada, tras haber cerrado el acuerdo para reeditar el tripartito después de una ardua negociación y haber podido formalizar la candidatura de Juan José Ibarretxe a la investidura avalada por los 32 escaños del PNV, EA y EB. La dirigente peneuvista tuvo ayer menos suerte con Aralar, con cuyos representantes se reunió durante tres horas sin que esté aún amarrado su apoyo al aspirante a la reelección. Pero pese a todos los obstáculos, Ariztondo no alberga duda de que Ibarretxe conservará la Presidencia y lo hará, además y sin dilación, en la semana que está a punto de arrancar.

-Han cerrado su pacto de gobierno sin tener asegurada la investidura. Eso es inédito para ustedes.

-Lo es en general, por el mapa parlamentario existente. Nosotros habíamos dicho que la mejor opción era el tripartito y la prioridad ha sido trabajar para asegurar un respaldo previo al candidato Ibarretxe, porque eso tenía una fecha límite, y para hacerlo con solidez compartiendo principios programáticos. Hemos avanzado muchísimo, está cerrada la negociación y lo que nos queda es la ratificación por los órganos de cada partido, que es una tarea importante.

-Las conversaciones han estado salpicadas de tiranteces. ¿Les inquietan las heridas abiertas?

-Mostrar tiranteces tiene la ventaja de que esas cosas quedan aclaradas y cerradas. Esta etapa nos ilusiona a los tres partidos: sabemos que nos enfrentamos a un reto complejo, con la fuerza suficiente y con un diagnóstico y unas bases compartidas. Y también desde la convicción de que hemos creado las condiciones para que esa necesidad de ensanchar consensos no sea especialmente difícil para quien tenga que acercarse a nosotros o nosotros a los demás.

-Cunde la impresión de que no les ha quedado otro remedio que hacer de la necesidad virtud y que la legislatura, además, será corta.

-Hacer de la necesidad virtud es, en este caso, decir lo mismo que todos dijimos el 18 de abril: ésta es la fotografía de una sociedad madura y plural, que desea que la clase política resuelva con madurez sus retos. Si lo sabemos gestionar -unos liderando el Gobierno y otros desde la oposición, colaborando desde las legítimas diferencias sin bloqueos-, esta sociedad marchará con gran energía, porque todo el mundo se va a sentir cómodo en lo que se siente que es. El reto es recuperar la confianza de la sociedad y si hacemos las cosas bien, la legislatura será la habitual de cuatro años. De lo contrario, la sociedad nos recordará todo lo que íbamos a hacer y no hemos sido capaces.

-¿Va a ser investido Ibarretxe lehendakari la próxima semana?

-Bueno, es evidente que deseo que sí, y creo que sí. Creo que de hoy (por ayer) en ocho días estaremos en Gernika para la jura; ese fin de semana, no sé si sábado o domingo. Es la confianza fundada que yo tengo.

-¿Y en qué se basan sus esperanzas? Porque ustedes suman hoy 32 escaños y el posible apoyo del PP coloca a los socialistas con 33.

-Lo creo porque en el pleno del miércoles se va a ver con toda nitidez que hay un candidato a lehendakari con tres fuerzas que lo respaldan con voluntad de formar gobierno y a partir de unas premisas claras, pero que a la vez tienen vocación de que sean compartidas por un muy amplio espectro del Parlamento. No vamos a defraudar a ninguna fuerza política, ni siquiera al candidato de la parte contraria, en apertura y en vocación de buscar acuerdos. Por eso considero que tendremos lehendakari en un breve tiempo.

-¿En qué confían? ¿En la renuncia de Patxi López o en el voto de EHAK?

-Primero, en lo que creo fundamentalmente es en la fuerza de nuestro candidato y de nuestro programa, que luego deben convencer a quienes no tienen candidato propio. Por otra parte, López no va a recibir sus apoyos desde un diagnóstico compartido, negociado y empastado con el PP, y además ha dicho que hay una fuerza política de la que no desea los votos. Por lo tanto, si no busca el bloqueo del Parlamento -y no sé qué otra cosa puede haber-, espero que, viendo la oferta del candidato Ibarretxe, sea consecuente con esa responsabilidad. A partir de ahí, ellos verán.

-De sus palabras se desprende que incluso sopesan que López presente su programa, escuche a Ibarretxe y se retire a la primera votación.

-Es una de las posibilidades, aunque López está en su derecho de hacer lo que le parezca conveniente. Nosotros tenemos unas bases compartidas con 32 parlamentarios y luego hay tres fuerzas políticas que no han decidido aún su apoyo. El PP comparte pocas cosas con nosotros; ojalá lo hiciera sobre todo en materia de pacificación. Luego hay otras dos, una con una parlamentaria (Aralar) y otra con nueve (EHAK).

-¿Qué puede ofrecer el lehendakari en su discurso que satisfaga al PSE, sobre todo cuando parte de las bases del acuerdo tripartito -el derecho a decidir y la consulta- cuadran con las reivindicaciones de EHAK?

-El discurso del lehendakari será, sin duda, claro, abierto e integrador. A partir de ahí, ofrecemos un escenario para abordar con todas las fuerzas políticas las cuestiones de fondo para esta sociedad: la paz y un acuerdo para la convivencia política. Y esto ha de hacerse entre todos, Gobierno y oposición. Lo positivo del acuerdo tripartito es una larga reflexión compartida que sienta las bases para abrirse al resto de los partidos; y evidentemente ahí está el PSE.

-¿Cuenta Ibarretxe con alguna garantía del presidente Zapatero?

-Las conversaciones discretas entre ambos son lo suficientemente importantes como para que queden entre ellos.

-Y con EHAK, ¿existen opciones de negociación o se están limitando a intentar persuadirles?

-Nosotros hemos negociado a fondo en el tripartito. Luego tratamos de llegar a acuerdos preferentes con Aralar y, por lo tanto, estamos negociando con ellos. Al resto de formaciones políticas tratamos de convencerlas, simplemente; y eso lo hacemos explicando nuestra posición e intentando convencer de que votándola mantendrían su personalidad y su comodidad en principios y objetivos. Esto es lo que tratamos de hacer.

-Entonces, no van a negociar ni a pactar con la izquierda abertzale.

-No, no, no; deseamos que nos voten. Vamos a ver, los votos no vienen siempre necesariamente de una negociación y de un acuerdo. En este caso, partes de un acuerdo estratégico y luego tratas de hablar con las otras fuerzas desde una posición que, explicándola, puede concitar el voto. Nosotros nos hemos hecho oír en ese sentido, en público y en privado. Luego, cada uno tomará su decisión y esperamos que sea votar a nuestro candidato. Es lo normal en cualquier democracia, pero en esta coyuntura parece que si un candidato desea los votos se convierte en algo oculto, buscado o no se qué. No lo hay ni lo va a haber. El acuerdo de primer nivel lo tenemos en el tripartito, en segundo nivel lo querríamos con Aralar y, a partir de ahí, lo que pretendemos es gobernar con la apertura suficiente para acordar con unos y otros, sabiendo que, evidentemente, nadie nos va a regalar nada desde la oposición.

«Cábalas tremendas»

-Esa oposición les acusa de no haber asumido la nueva situación surgida de las elecciones y de querer ganar gratis la investidura.

-Aquí hay dos candidatos: uno que tiene el apoyo estratégico y programático de 32 escaños y otro que tiene a día de hoy el de sus 18 parlamentarios. Buscaríamos acuerdos si cada uno tuviera su candidato y fuera a votar al suyo, pero no hay más que dos. Lo que ocurre es que de tanto hacernos valer todos, al final acabamos haciendo unas cábalas tremendas. Nosotros sí estamos dándonos cuenta de cuál es el mapa político y otorgamos importancia en él a todas las fuerzas. Esperamos que nos vengan los votos por convicción, no porque a nadie se le ate para nada. Si convencemos, tendremos el voto y, si no, no lo tendremos. Pero nuestro programa es para convencer y para que nos dé un lehendakari, que será Juan José Ibarretxe.

-Así que no creen que se vaya a repetir el bloqueo vivido con la fallida reelección de Atutxa.

-No, no, no. (Pausa) Eso fue muy duro y está siendo muy duro para nosotros todavía.

-Y un eventual apoyo de EHAK, ¿no les hipoteca para la legislatura?

-Yo diría que es precisamente todo lo contrario. Cuando crees en tu programa y no has buscado el mercadeo de los votos, te considerarán merecedor de ser lehendakari por lo que tú vas a hacer. Te deja hipotecado a lo que tú te has querido hipotecar, que en este caso es dialogar y acordar con todos.

-¿Qué ha pasado para que al PNV, que parecía casi intocable, se lo ponga difícil ahora hasta la única parlamentaria de Aralar? ¿Están pagando una cierta prepotencia?

-No lo sé, la condición humana es así. Sí hemos sido muy conscientes de la coyuntura, seguramente porque el líder tiene más responsabilidad que nadie de hacer una lectura realista de esa aritmética parlamentaria. No sé si eso es igualmente interpretado por otros partidos, que coyunturalmente se sienten con un valor cualitativo mayor del que han tenido y que a lo mejor no le han tomado la medida a esa cualidad, por decirlo así. Porque el valor que un día es de 100, otro día es de 80, otro de 120 y otro de 40. Es muy difícil coger el tono a un valor preso de coyunturas, que a veces tiene poco tiempo de caducidad. De ahí quizás el desconcierto de algunas fuerzas políticas y de ahí la responsabilidad por nuestra parte para seguir trabajando con discreción. Si algo me preocupa en estas coyunturas, que se superarán, es ver que tu gente ha pasado días malos.

-A tenor de lo que usted dice, ¿está Aralar jugando con fuego?

-Es muy difícil ponerse en lugar de un partido que se estrena en el Parlamento y cuyo valor en esta coyuntura no sabemos si va a ir cambiando en el tiempo. Tienen políticos responsables, de una gran veteranía, que estoy segura de que esto sabrán hacerlo bien.

-Pese a su confianza, la posibilidad del bloqueo sigue estando encima de la mesa. Y eso podría forzar nuevas elecciones en dos meses.

-Ni se merece eso nuestra ciudadanía ni se corresponde con el discurso que está manteniendo ninguna de las siete fuerzas políticas. Y si no lo quieren ni ellas ni la ciudadanía, no puede haber bloqueo.

-El silencio que está guardando el lehendakari, ¿no acrecienta la imagen de debilidad del tripartito?

-Creo que no, fíjese. La gestión de los tiempos es importante. Las cosas han pasado, hay acuerdos y va a haber una sesión de investidura; es ahí cuando el lehendakari va a hablar ante la ciudadanía. Todo lo que ha ido ocurriendo es muy caduco y lo satisfactorio es haber alcanzado un acuerdo de fondo, que compensa lo demás. Ha sido duro, sí, pero es como los partos: es muy dura la gestación, los últimos momentos, pero eso al minuto siguiente se ha olvidado. Seguramente, las mujeres me entienden en esto mejor que los hombres.

 

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