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Ekaina 06 | 2005 |
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Josu Jon Imaz: “ETA no ha desparecido, no hay que descartar que vuelva a matar”

José Apezarena

El presidente del EBB de EAJ-PNV, Josu Jon Imaz, es consciente de las expectativas que se han creado sobre el final de la violencia en el País Vasco.

Pregunta: ¿Hay agua en la piscina?

Respuesta: La resolución del congreso autorizando el dialogo con ETA explicitaba que la obligación de un Gobierno, a partir de la detección de “humedad” en el ambiente, es ver si hay agua en la piscina. Y si la hay, todos tenemos que hacer un esfuerzo para cerrar definitivamente esa lacra. Jorge Oteiza, el escultor, solía decir: cuando estás en un túnel y ves una luz, la obligación es apuntar hacia la luz por si es la salida, pero también ir con cuidado porque puede ser el tren que viene de frente, y hay que estar preparado para pegarse a la pared ¿Qué es la humedad en el ambiente? No hay que crear falsas expectativas, pero hay unos datos relevantes: el primero, que llevamos dos años sin asesinatos; el segundo, la debilidad operativa de ETA, debido a la cooperación internacional, lo que no significa que no esté capacitada para causar daño; y el tercero, la voluntad expresada por una parte importante del mundo que ha apoyado la violencia durante muchos años, de poner fin a esta situación.

P: ¿Según sus datos, es previsible un anuncio de abandono de las armas por ETA?

R: No voy a hacer afirmaciones basadas en esperanzas que no están contrastadas. Desconozco si eso se va a producir, y en esa medida no voy a alimentar ninguna esperanza sin fundamento.

P: ¿Y si ETA vuelve a matar?

R: Es un escenario que no podemos descartar. En esta materia tenemos que tener los pies en el suelo. ETA existe, sigue activa, sigue teniendo capacidad de matar. Es cierto que hay luces, como dije en el símil del túnel, pero, si lo que viene es el tren, tenderemos que pegarnos a la pared para que no nos atropelle, y seguir trabajando con todos los mecanismos para que el terrorismo desparezca. Nuestra obligación es explorar si existen caminos que permitan el cierre definitivo del problema, pero con los pies en el suelo: ETA no ha desaparecido. Se están hinchando excesivamente el globo de las expectativas y eso es muy peligroso, por la frustración que puede generar si fracasa, y porque no podemos olvidar que hay muchas personas amenazadas que pueden relajarse ante mensajes que se están lanzando desde el mundo político.

P: ¿Ustedes quieren separarse de España?

R: No es el proyecto político que en estos momentos tenemos encima de la mesa. Nuestra apuesta es construir un Estado en el que nosotros participemos, un Estado que reconozca la plurinacionalidad que existe en su seno, y en el que Euskadi participe por libre voluntad. Ése es nuestro proyecto político, explicitado en el proyecto de nuevo Estatuto planteado ante el Parlamento Vasco en el año 2003, y en la Declaración de Barcelona, que en 1998 firmamos CiU, BNG y PNV, en la que nos comprometemos a asumir un proyecto de Estado en el que participemos a través de nuestra libre decisión. Ese asunto lo tenemos que resolver para una generación, que no sé si son 15, 20 o 25 años, porque dentro de 25 años muchos de los conceptos políticos que estamos utilizando, como independencia, soberanía unívoca o frontera tendrán un sentido diferente, en el marco de una Europa que avanza hacia la unión política a pesar del traspiés de Francia y Holanda.

P: Las víctimas del terrorismo acaban de manifestarse.

R: Las víctimas han tenido un sufrimiento atroz, pero cada uno de ellas tiene su propia percepción política, una visión diferente –lo que les une es su condición de víctimas y no otras cosas-, sobre cómo terminar con esta cuestión. No me gustaría que a las víctimas se les convirtiera en víctimas por segunda vez, utilizándolas de forma partidista.

P: Con el resultado de las últimas elecciones, ¿qué va a ser del Plan Ibarretxe?

R: El Plan Ibarretxe ya no es un plan del “lehendakari”, ni del PNV, sino que fue aprobado por el Parlamento Vasco. Tuvo el apoyo de 39 parlamentarios, la mayoría absoluta, y es un patrimonio político que está residenciado en el Parlamento Vasco. Lo dijimos antes de las elecciones: nuestra obligación tras el 18 de abril es tratar de alcanzar un acuerdo que supere aquellos 39 votos. Si los caminos se cegasen, siempre tendríamos esa propuesta residenciada en el Parlamento Vasco.

P: Para conseguir la presidencia del Gobierno Vasco va a hacer también falta de flexibilidad.

R: Sin ninguna duda. Van a hacer falta los acuerdos con el tripartido, para asegurar los 33 votos de apoyo. Y, con el resto de formaciones políticas, buscar acuerdos puntuales para desarrollar los proyectos legislativos y presupuestarios. Va a exigir mucha flexibilidad y mucha “cocina”.

P: ¿Es posible un “vicelehendakari” socialista?

R: Nuestra apuesta estratégica para este Gobierno es reeditar el tripartido, entre PNV, EA e Izquierda Unida. En este escenario no es imaginable.

P: La apuesta es formar Gobierno con el tripartito y luego buscar acuerdos puntuales...

R: Exactamente. Hablaremos con el Partido Popular, con el Partido Socialista o con el Partido Comunista de las Tierras Vascas, para pactos legislativos concretos, en materias determinadas.

P: ¿Con todos?

R: Con todos. La opción del tripartido no significa que no vayamos a intentar acuerdos más de fondo con el resto de formaciones políticas en las materias que van a ser las “estrellas” de la Legislatura: la pacificación, la normalización política y las cuestiones de autogobierno.                                   

P: ¿Por qué se lleva usted tan bien con Rodríguez Zapatero?

R: La pregunta contiene implícitamente una afirmación.

P: En Efecto

R: Tenemos una relación fluida de comunicación, como corresponde y debe ser normal en democracia entre el presidente del primer partido de Euskadi y el secretario general del Partido Socialista y presidente del Gobierno español. Lo que no es normal es el aislamiento institucional que hemos vivido en los últimos cuatro años de Aznar en la Moncloa.

P: ¿Tienes el teléfono directo del presidente?

R: Soy muy respetuoso institucionalmente, y cuando tengo que llamar a un presidente del Gobierno utilizo los mecanismos habituales.

P: Hablemos del cupo vasco. ¿Quién debe a quién?

R: Tenemos la sensación de que un dato como el incremento de la financiación sanitaria que se da en el año 2001-2002 no se aplicaba en el cálculo de lo que Euskadi paga al Estado. El cupo se fija fundamentalmente a partir del cálculo de los presupuestos del Estado no transferidos a las comunidades autónomas, y la aplicación del 6,24 por ciento del gasto al que Euskadi debe contribuir, además de la participación en los fondos de solidaridad interterritorial. Cualquier ajuste en los elementos globales de financiación del Estado tiene su contrapartida también en el cupo. Desde el punto de vista cuantitativo, no es mucho, en torno a cuarenta y tantos millones, pero cualitativamente hay un problema de interpretación que tiene que ver con el fondo.

P: Cataluña también quiere cupo.

R: El sistema del concierto, reconocido en el marco jurídico constitucional para Euskadi, es también un sistema de riesgo. Si la gestión es buena y la recaudación adecuada, permite articular políticas propias con recursos propios, pero, como también hay que contribuir a las tareas comunes del Estado, si la recaudación no se gestiona bien, puede provocar un agujero económico a la Administración. Para nosotros ha sido un instrumento importante, y no seremos nosotros los que nos opongamos, todo lo contrario, a que otras comunidades autónomas puedan aspirar a mecanismos de financiación similares. Sólo quiero recordar que Álava, como también Navarra, son dos comunidades donde el Estado nunca ha recaudado impuestos en toda la historia, y que en Vizcaya y Guipúzcoa lo ha hecho sólo en el periodo 1937-1981, a partir de la anulación del concierto económico y la declaración de "provincias traidoras" en aquel famoso decreto del franquismo.

P: El Tribunal Supremo acaba de echar abajo los beneficios fiscales vascos a las empresas.

R: Esa sentencia contiene dosis importantes de incompetencia, en la doble aceptación del término. Falta de competencia del Tribunal Supremo para dictaminar sobre una materia en la que las instituciones vascas tienen plena competencia, y desconocimiento de lo que es el instrumento del Concierto Económico. Las administraciones vascas tienen capacidad normativa, está reconocido en el marco jurídico y legislativo, y la modificación del tipo en el impuesto de sociedades es el principio básico de una capacidad normativa. Aparte de errónea, la medida va a exigir blindar los mecanismos legislativos para que cosas así no puedan volver a suceder, porque deja en inseguridad jurídica al conjunto de las empresas vascas.

Las dos almas del PNV y los "michelines"

Josu Jon Imaz cree que el "mensaje" de las últimas elecciones vascas es que Euskadi es una sociedad plural que hay que construir entre todos. A la pregunta de si ya no hay "michelines" en el PNV responde que todo partido "necesita músculo, pero también cierta capital de grasa para pasar las épocas más difíciles". Afirma que no es verdad que hay "varios PNV" y dice que es una leyenda lo de las dos almas del partido: la nacionalista y la pragmática. "Yo tengo las dos almas, en el corazón un proyecto nacional, en la cabeza el pragmatismo y los pies en el suelo". Repite que nunca en la democracia se había producido un veto personal como el sufrido por Atutxa, y que el ex presidente tendrá un "papel preponderante" en la política vasca. "Atutxa va a seguir contando. Dejemos que las cosas reposen y lo anunciaremos debidamente". Cuenta que tanto EA como Izquierda Unida podrán tener grupo parlamentario propio en la cámara vasca: a IU le "prestarán" dos diputados del PNV para que pueda formar grupo. Y ante la amenaza de PCTV de que se "vengará" por no haber sido incluido en la Mesa del Parlamento Vasco, responde: "Ese lenguaje, en cualquier faceta de la vida pero también en el campo político, está de sobra. Después de que vetarán a Atutxa, ¡no íbamos a votarles a ellos!".

De experto en polímeros a portavoz y a sucesor de Arzallus

Uno de los peores momentos fue cuando, en plena rueda de prensa como portavoz del Gobierno Vasco, se escuchó una gran explosión: ETA acababa de asesinar a Fernando Buesa, a las puertas del Parlamento de Vitoria. Josu Jon Imaz (Zumarraga, Guipúzcoa. 1963), presidente del EBB de EAJ-PNV, tiene fama de persona moderada y dialogante. Doctor en Químicas por la Universidad del País Vasco, premio extraordinario fin de Carrera, especializado en polímeros, realiza un curso de dirección de empresas, becarios del Ministerio de Industria en el Centro Tecnológico de Nantes (Francia). Se incorpora al Grupo Mondragón, en junio de 1994 es elegido eurodiputado, consejero de industria en 1999, también portavoz del Gobierno Vasco desde 2001. En enero de 2004 gana la presidencia del PNV, en una reñida votación y frente al "delfín" de Arzallus. Es hombre culto, lector, usuario de Internet desde hace más de diez años. Se "envició" -como él dice-estando en Bruselas, y se conecta para recibir noticias, y también leer el periódico o realizar búsquedas. Casado y con dos hijos, vive en San Sebastián, lo que le obliga a desplazarse todos los días hasta Bilbao, a la sede del partido. Muchos fines de semana marcha a Francia con la familia. Estuvo en el País Vasco francés haciendo campaña por el "si" a la Constitución europea. Dicen que tiene una buena relación con Rodríguez Zapatero.

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