Cuatro años después vuelve a repetirse el mismo rigodón, aunque esta vez sin boda civil pública y sin Savater pero con la misma partitura y el mismo amancebamiento. López dice que va a ser lehendakari y para ello necesita de "vice" a María San Gil y ésta contesta que la lehendakari será ella y López el "vice". El mismo rollo. Kalean gora, kalean behera.
Siguen sin contar con la voluntad popular vasca aunque cuenten de tapadillo con el de una Batasuna que habiendo sido ilegalizada por los mayores de esta pareja de demócratas, sin embargo a quienes acusan los Permach y compañía es al lehendakari y al PNV. Siempre los extremos se tocan.
El martes fue presentada la candidatura de Patxi López. ¿Dónde? En Madrid. ¿Quién lo hizo? Zapatero.
Esto no es nuevo en la política española. De hecho existe ya un bipartidismo fomentado por el Rey que los reúne y bendice tratando de retomar aquella vieja historia de la Restauración española, donde el poder se lo repartían Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo de Sagasta. La fórmula funcionó mal que bien hasta la llegada de la dictadura de Primo de Rivera en 1923. De Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas. De López a San Gil y de San Gil a López. De Redondo a Mayor Oreja y de Mayor Oreja a Redondo. Los dúos dinámicos españoles.
Por esta razón hubo alguien en 1895 que viendo aquella infame situación decidió dotarle a los vascos de un instrumento propio que lo defendiera y le armara con una buena columna vertebral. Y fundó el PNV. Se llamaba Sabino Arana. Pretendía poner al pueblo vasco en pie con un slogan que no se lo había fabricado ninguna agencia de publicidad. «Euzkadi es la Patria de los Vascos». No había más que ver la situación de una lengua menguante, la pérdida de su genio civil, el abandono total en el que se vivía y la difuminación de sus señas de identidad. Frente a un españolismo uniformizador y asfixiante, recogió el principio de las nacionalidades y plantó cara. Existía Euskalerria, pero no Euzkadi. Y la creó. Euzkadi fue la gran novación política.
Es el mismo pulso que se juega en estas elecciones de abril. Es elegir entre Patxi y María para ver cómo reciben las oportunas instrucciones de Madrid. Es elegir entre el hambre y las ganas de comer para comprobar cómo Euzkadi se convierte en una pieza más del puzzle hispano al servicio de la ideología de los Chavez, Rodríguez Ibarra, Ansón, Bono, Cope y Grupo Prisa. La España eterna de Cánovas y Sagasta. De Patxi a San Gil y de Rajoy a Oreja, con flores a María. Vaya por Dios.
El Lehendakari el domingo pasado apelaba a los 604.000 votantes del 2001 «para que no nos quiten de en medio». Y quitar de en medio significa convertirnos en una ‘‘sana’’ realidad española que no perturbe la digestión de los buenos patriotas españoles. Nada por aquí, nada por allá. Ajuria Enea, delegación del Gobierno Central. Paulino Luesma a la delegación del Gobierno Vascongado en Madrid y, Patxi López a la del Gobierno en Gasteiz. Se acabó Ajuria Enea. Pues no nos apetece.
Este domingo me tomé el trabajo de comprobar cómo informaba Tele 5, TVE y ETB del mitin del domingo pasado. Tanto ETB como Tele 5 informaron adecuadamente del mismo. TVE, que es un ente público obligado a informar sobre lo que dice el PNV, no dijo nada. Solo salieron Patxi y María, María y Patxi. El lehendakari y la vicelehendakari virtuales. Al de verdad, ni agua, mientras Patxi le preguntaba a sus oyentes socialistas del publicitado mitin (piezas que las televisiones tienen obligación de emitir tal y como los producen los servicios de prensa del PSE) lo siguiente: «¿Dónde estaba Ibarretxe en los conflictos de La Naval, la Sanidad o los docentes encerrados?». Te lo diré Patxi. Ibarretxe estaba el uno de febrero en el Congreso pidiendo más autogobierno para este pueblo. Estaba viendo estupefacto cómo el Estado español se desentiende de una industria estratégica como la construcción naval. Estaba comprometiéndose con una empresa viable si Montilla también lo hacía. Estaba viendo asombrado la cara dura de Asporosa, jefe de una UGT de La Naval que ha negociado vergonzosamente a la baja y después de haberles vendido, se presenta como candidato al Parlamento Vasco en un lugar de salida. ¡Vaya plan de reconversión personal!
Estaba escuchándonos a diputados y senadores nacionalistas decirle que cuando nosotros suscitamos en el Congreso y en el Senado estos temas, los diputados y senadores socialistas callan y hacen lo que les dice sus compañeros andaluces o gallegos porque estos vascos de guardarropía no tienen ni voz, ni voto, ni palabra. En eso estaba Ibarretxe. Y por eso pide el voto, porque si por el PSE fuera, la Margen Izquierda hoy sería un desierto. En eso estaba Ibarretxe. En eso estaba. Pero claro. Todo esto para TVE no existe. Por eso Patxi, que no se entera, pregunta dónde estaba Ibarretxe. Como Rojo en su día. Se la pasan buscando a Ibarretxe. E Ibarretxe está donde tiene que estar. Donde no están ellos. Por eso no lo encuentran.
Y es que estos del PSE no se enteran. El PNV es algo más que lo que son ellos, que son una mayoría dirigida desde Madrid. Somos una conciencia. La conciencia de un pueblo y esa conciencia no se amilana con votaciones, PP-PSOE, en Madrid. La mística no sabe de frontones donde rebotan las propuestas democráticas del Parlamento Vasco. El nacionalismo coloca el corazón donde está la esperanza. Y la esperanza de este pueblo no está ni en Patxi, ni en María. Está en Juanjo. ¡A ver si se enteran!
Libros basura y libros de interés
Siempre que puedo me meto en alguna librería a curucutear y ver qué hay de nuevo en el mundo editorial sobre todo ahora en que los temas vascos vuelven a comezar a aparecer como las gaviotas anunciando tormenta o barcos en la costa. El caso es que vi con gran despliegue un nuevo libro de aquel ministro efímero de Suárez, Ricardo de la Cierva, anunciando que el lehendakari Aguirre había sido un espía del FBI y que iba a descubrir las mentiras y las glorias del nacionalismo vasco. Pura basura.
Otro libro porquería es el de Germán Yanke, ‘‘La dictadura de Ibarretxe’’, donde éste falso liberal se dedica a dibujar una Euzkadi en el que Ibarretxe es un dictador. También se promocionan libros del antiguo miembro del GRAPO, Pío Moa, que al calor de las elecciones sigue editando falsedades antinacionalistas.
¿Qué hacer? Además de no comprarlas, escribir. Hay demasiado político ágrafo que tiene obligación de contar la realidad desde otra óptica, pero, por favor, sin repetir los tópicos al uso. Por eso y sin pretender dar lecciones a nadie nosotros tenemos en el horno el libro ‘‘Somos Vascos’’, que nos gustaría presentar en breve.
Y se puede hacer algo más. Recomendar lo que vale la pena. Por ejemplo el libro ‘‘George Steer, corresponsal de guerra. Crónica desde Gernika’’. Está escrito por Nicholas Rankin, un inglés profesor de Cambridge, jefe de producción y arte de la BBC, donde sus programas han ganado dos premios de la ONU y que se encontró literariamente por primera vez con el personaje de George Steer en 1997, año en el que se produjo un documental sobre Gernika. Le apasionó aquel corresponsal y descubrió su trabajo cuando el 26 de abril de 1937 esperó un día más y volvió a la Villa masacrada. Su crónica -la más polémica de la guerra civil- fue primera plana del ‘‘Times’’ de Londres y del ‘‘New York Times’’.
Conmocionó a la opinión pública mundial al revelar la participación secreta del nazismo en el devastador ataque aéreo de la ciudad que sirvió de inspiración a Picasso y le valió a Steer un puesto en la lista negra de la GESTAPO. Sin Steer, quizás nunca se hubiera tenido noticia de los verdaderos hechos sobre la destrucción de Gernika atribuía por Franco a los nacionalistas. En esta vertiginosa biografía de Steer, Nicholas Rankin evoca con maestría toda la pasión, la emoción y el peligro de la extraordinaria vida de Steer hasta su muerte prematura a los 35 años. Es un libro que vale la pena y un libro que ningún gerniqués debe dejar de tener.
¿No va siendo hora que Bilbao le dedique una calle a quien tan bien le sirvió y que tan bien la describió? Azkuna, que es tan ‘‘british’’, tiene la palabra. La sensibilidad sé que la tiene.
Asimismo, este lunes presentamos el libro de Sagrario Morán ‘‘ETA-PNV. UNA RELACIÓN IMPOSIBLE’’. Como dice Miguel Angel Aguilar en el prólogo: «Nuestra autora escribe con acceso directo a fuentes primarias después de haber entrevistado a los protagonistas una y otra vez. Va siguiendo la línea de puntos como en los pasatiempos y al final le sale el elefante de la imposibilidad. Un vocablo demasiado rotundo, porque relaciones con ETA, en distintos momentos y con distintos propósitos, aquí ha tenido todo el mundo».
Sagrario Morán se ha entrevistado con mucha gente, entre ellos con Gorka Aguirre, que sobre estos asuntos es como hablar con una almeja y el resultado es aceptable a la hora de tener una guía de lo que ha ocurrido en los últimos años.
Son libros que se pueden recomendar porque ya, con el mero hecho de que no sean un panfleto antivasco, es todo un avance. Y estos valen la pena.
Homenajes
El gobierno homenajeó el día 9 a las personas que han ocupado el cargo de Consejero de Industria desde la formación del primer ejecutivo. Se olvidaron en una perspectiva histórica, que este gobierno no surgió de la nada. Antes hubo otro en 1936, cuyo consejero de industria está enterrado en el exilio y había propuesto la ikurriña como bandera nacional vasca. Siendo Josu Jon Imaz consejero de Industria, le dedicó una publicación. No la atribuyo a mala voluntad sino al desconocimiento y a una cierta falta de sensibilidad que para un responsable político, a veces suele ser peor.
De haberse seguido ese criterio no se le hubiera organizado en Madrid una sorpresa cumpleañera a Santiago Carrillo en su noventa aniversario. Desde el nacionalismo estuvo el Lehendakari, Marga Uria, Emilio Olabarria y quien esto escribe con lo que eso del rojo separatismo funcionó por lo menos a nivel de comentario en una sala a rebosar.
Fue un puntazo que el lehendakari acudiera, no así Patxi López, y que presidiera aquella cena del Meliá junto con estos comensales en la larga mesa presidencial, como en una boda. Fidalgo, Ibarretxe, Peces Barba, Pujol, Martín Villa, Zapatero, Carrillo, Herrero de Miñón, Martín Patino, Rosa Regás, Rodríguez Ibarra, Saramago y Llamazares. Todos hablaron. Se hizo el silencio más intenso, cuando habló Ibarretxe que tuvo una intervención humana y ajustada al acto. Zapatero dijo que 25 años después del inicio de la transición los comunistas son menos comunistas, los de derechas menos de derechas, pero no estaba seguro que los nacionalistas menos nacionalistas. Dijo que el lehendakari estaba en campaña por haber hecho alusión al derecho del pueblo vasco a decidir su futuro y le llamó patriota a Arzalluz. Carrillo, a sus noventa años estuvo muy bien. Terminó pidiéndole a Zapatero que, preservando la unidad del estado, acometa el encaje adecuado de Euzkadi y Catalunya sin miedo.
A Rodríguez Ibarra, Peridis, le presentó como Rodríguez Ibarretxe y Herrero de Miñón dijo que los malos no estaban en aquel acto. Se recordó a aquella UCD «capaz de perder sin enfadarse». Entre otros estuvo Ruiz Jiménez y Álvarez Miranda, parte de la movida comunista de la época y mucha gente que quiso además saludar al lehendakari.
Ese día se retiraba en Madrid la estatua de Franco frente a los Nuevos Ministerios.
Lástima que en Euzkadi no se hayan hecho homenajes así a gente que lo merecieron pero …
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