Alderdikideok, alderdizaleok, egun on! Aberri egun on-ona izatea opa dizuet! Berriro ere, Bilbotik Mundu zabalera. Berriro ere, euskaldun garela aldarrikatuko dugu, gure harrotasuna erakutsiko dugu, Euskadi askatzeko borondatea adieraziko dugu. Eta gurekin batera milaka euskaldun daude, bost kontinentetan eta Ikurrina eskuan, “Euskaldunak gara” lau haizetara oihukatzen. Badakizue, Euskaldun bat dagoen tokian, han ere Euskadi dago.
Hemos empezado el día cantando, con alegría. Mejor que le pongamos un poco de alegría a la cosa, porque el tiempo anda muy revuelto. Y no me refiero solo, ni especialmente, al tiempo meteorológico, sino al político. ¡La que está cayendo en el Mundo! ¡Vaya liderazgos mundiales que tenemos! Trump, Putin, Xi Jinping, Kim Jong-un, Bashir al Asad… Son nombres que aparecen todos los días en los teleberris, y siempre para mal. Siempre diciendo o haciendo cosas que dan miedo. Que son poco razonables. Que parecen llevar al mundo a un camino sin salida. Algunos de ellos han llegado ahí después de ganar unas elecciones. ¿Qué puede pasar por la cabeza de millones de personas para poder votar a Trump, a Putin? ¿Qué se ha hecho mal para que el populismo, el autoritarismo, se estén imponiendo en grandes partes del Mundo? Seguramente, muchas cosas, pero para mí la principal es la pérdida de valores, la pérdida de los principios básicos del humanismo y la democracia. Y eso es algo que nosotros, ni como PNV, ni como País, debemos perder. Somos un Pueblo pequeño, sí, y me dirá alguno: “¿De qué sirve que nosotros seamos así si los grandes hacen lo que quieren?”. Pues precisamente por eso, por ser pequeños tenemos que ser más rectos que nadie. Si perdiéramos esos principios dejaríamos de ser nosotros mismos y perderíamos también el respeto de los demás. Seríamos unos más de esos arrastrados por la globalización sin valores.
Pensaréis que me estoy poniendo un poco trascendental en un día que es de celebración y también más apropiado para la política de cercanía, la de casa. Pero es que tiene que ver con ella. Porque aquí también, en nuestro entorno político, léase el procés catalán o la prisión permanente revisable, o aún más cerca, si abordamos el tema de la igualdad de géneros o la lucha de los y las pensionistas, también están en juego valores y principios.
Lesakan elkartu ziren EGIkideei esan nien larunbatean: printzipio sakonak dituen Alderdia gara. Eta batzuetan, gure printzipioei eustea inpopularra izaten da, edo gure egoerari probetxu politikoa ateratzeko aukera kentzen digu. Baina merezi du nork bere printzipioei eusteak. Orain, denak daude guri begira, Estatuko Aurrekontuekin zer egingo dugun jakin nahi dute. Gure jarrera argi baino argiagoa da, lagunok: 155. Artikulua ez dugu gustokoa. Artikulu horrekin eta Katalunian egiten ari diren aplikazioarekin, Euskadi eta gure autogobernua ere erasotzen dute. Guk nahi duguna da Kataluniako eta Euskadiko autogobernua ordezkari legitimoen esku egotea. Guk ez dugu nahi jendea kartzelan sartzea bere ideia politikoak defendatzeagatik. Horrexek dira gure printzipioak, eta ez ditugu aldatuko.
Y aquí estamos nosotros, manteniendo la vela a pesar de las alertas naranjas. Ni las alertas naranjas “por viento fuerte de Rivera”, ni las amarillas o incluso las rojas nos van a hacer cambiar de postura. Nuestra posición es clara y es una cuestión de principios: con el 155 no jugamos. La mera existencia del 155 y la aplicación que se está haciendo de él en Catalunya son un ataque también a Euskadi y a nuestra idea del autogobierno. Nosotros no queremos que se nos recuerde aquel refrán español que decía que “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Nosotros queremos que los autogobiernos catalán y vasco estén exclusivamente en manos de sus legítimos y legítimas representantes. Nosotros no queremos gente en la cárcel por defender ideas políticas. Nosotros no queremos que sean los jueces quienes, por encima de la voluntad popular, decidan quién puede gobernar y quién no. Lo que está pasando en Catalunya es muy grave. Y nuestros principios y valores nos reclaman alzar la voz y protestar por ello. Y ser consecuentes. Por eso estamos haciendo lo que estamos haciendo. Y así vamos a seguir.
Entre nuestros principios está también el de la responsabilidad. Somos conscientes, cómo no serlo, de la complicadísima situación política que vive el Estado. Somos conscientes de que si todo va mal en esta crisis hay “pescadores de río revuelto” que quieren trepar al poder, y que eso sería también muy malo para Euskadi. Como malo es el nacionalismo español rancio que ha revivido en estos últimos meses. Y lo decimos nosotros, que llevamos con orgullo el adjetivo de nacionalista en nuestro nombre. Pero una cosa es un nacionalismo en positivo, que reivindica lo suyo sin cuestionar a los demás, y otra muy distinta es un nacionalismo negacionista, que para afirmarse tiene que dominar a los otros que le rodean. Eso no es nacionalismo, es autoritarismo. Y eso es lo que estamos tristemente viendo en la España de hoy. Y no nos gusta. Nos repele.
Somos y seremos responsables. Pero quien quiera contar con el PNV debe saber que hay cosas que se tienen que dejar de hacer y hay cosas que deben comenzar a hacerse.
¿Qué es lo que hay que dejar de hacer? Pues hay que dejar de tomar decisiones que lleven a la política a la excepcionalidad. Hay que dejar de humillar a una gran parte de la sociedad catalana con acciones o declaraciones faltonas. Hay que desterrar la amenaza y la coacción. Por ejemplo, no sé quién cree que mejoran las cosas anunciando un recurso contra los Presupuestos vascos.
¿Qué hay que empezar a hacer? Aunque parezca ahora imposible, hay que abrir cauces de diálogo con las actuales instituciones catalanas. Hay que favorecer que se constituya cuanto antes el Govern de la Generalitat. Hay que normalizar la interlocución con Catalunya. Hay que sustituir los autos judiciales por encuentros y decisiones políticas. Hay que asumir que Euskadi y Catalunya son realidades nacionales que merecen respeto a su autogobierno.
Si quieren que las cosas vayan por ahí, el PNV sabrá aportar todo lo que esté en su mano.
Kataluniako auzia eta Estatuarekin ditugun harremanek askorako ematen dute Euskadin. Bilduri entzuten badiozue, Kataluniaren arazorik handiena da EAJk zer egingo ote duen. ELAri entzuten badiozue, Bildu ez litzateke EAJrengana hurbildu beharko, Kataluniaren edo erabakitzeko eskubidearen alde egiteko. Ematen du gaixotasun kutsakorren bat daukagula. Baina, ba al dakizue zer den bitxiena? Ba, Bilduk eta ELAK ez dutela gaurko panorama politikoan inolako indarrik. Hori bai, pankarta prest daukate. Baina Kataluniatik inork ez die deitzen, inor ez dago beren zain. CUP-eko lagunak ere ez. Eta, ez dezagun ahaztu, beraiek, CUP-ekoak, izan ziren Artur Masek dimititzea exijitu zutenak, Puigdemont urte bete osoan egoera politiko konplikatuan egotea eragin zutenak, eta duela hamar egun Jordi Turull President aukeratua ez izatea eragin zutenak. Katalunian halako lagunak izanik, Ezker Abertzaleak hobe du isilik geratzea eta inori lezioak ematen ez saiatzea. Eta guri inori baino gutxiago!!!
En todo caso, lo que está pasando nos debe mover a una profunda reflexión y, luego, a actuar en consecuencia. En el Mundo, en Europa, en el Estado vienen tiempos complicados. Dentro de este panorama, nosotros, como País, estamos bien y esperamos ir todavía mejor. Habéis oído al Lehendakari y su balance esperanzador, y con importantes retos aún. Pero no somos una isla. Lo exterior nos afecta, políticamente, económicamente. Proteger lo nuestro, defender lo conseguido hasta ahora, vigilar para que el autogobierno vasco perdure ante posibles amenazas. Ese va a ser nuestro desafío. Agarrar fuerte lo que tenemos y hacernos fuertes con lo que tenemos. El año pasado os decía que Euskadi nunca había sido más Nación que ahora, que nunca habíamos tenido en la edad moderna tanto autogobierno, ni los territorios vascos habían estado tan cerca unos de otros. Que un moderno e ilusionante Zazpiak bat está en construcción. Y así es. Hemos llegado muy lejos y queremos seguir avanzando. Con paso firme. Sin prisas. Y sin cambios que nos lleven al despiste o, peor, a retroceder. Construir y avanzar sobre lo que tenemos, sobre lo andado, sobre lo que es seguro, sobre lo que ya es nuestro. En eso estamos en el Parlamento Vasco con el Nuevo Estatus de autogobierno; en eso estamos, consolidando el cambio, en Nafarroa; y en eso estamos, apoyando la Mancomunidad vasca en Iparralde.
Gauza bat aitortuko dizuet: aurtengoa ETA aipatuko dudan azken Aberri Eguna izatea espero dut. Berrogeita hamar urte luzetan indarkeriaren mende bizi ondoren, ETA gure bizitzetatik behin betiko desagertzeko zorian dago une honetan. Euskal gizarteak iraganeko zauriak itxi nahi ditu etorkizuna bakean eta askatasunez bizitzeko, baina gauzak ondo eta zuzen egin behar dira. Printzipioak ere kontutan izan behar ditugu arlo honetan. Horregatik, ETA behin betiko agur esatekotan dagoen une honetan, ona litzateke utzi duen legatu tragikoa eta egin duena bidegabea izan dela argi eta garbi asumitzea. Bidegabea izan zen. Hain zaila da hori esatea? Edo bidezkoa izan zela uste dute? Ez ezta? Ze bidezkoa ez dena, bidegabea da, eta ETAk egin zuena bidegabea izan zen!!!
El lema del Aberri Eguna de este año lo refleja bien: “Gure etorkizuna, gure Aberria”. Futuro para decidir y Patria, Euskadi, para convivir. Porque Euskadi tiene futuro como Nación y como sociedad. Tenemos una sociedad viva. Una sociedad que después de cincuenta años de violencia, ahora que ETA está a punto de desaparecer para siempre de nuestras vidas, quiere y debe cerrar las heridas del pasado para poder aspirar a un porvenir en paz y libertad. Espero que este sea el último Aberri Eguna en el que tengamos que hacer referencia a ETA. Antes hablaba de valores y principios. A lo largo de toda nuestra historia hemos estado radicalmente opuestos a la violencia de ETA. También por razones políticas, pero sobre todo por motivos éticos. Se puede morir por una idea, pero nunca matar por ella. La violencia de ETA, además de muerte, dolor y desolación, provocó una crisis moral en nuestra sociedad. Y ha ensuciado el nombre de Euskadi y de la causa vasca durante décadas al juntarse con una sigla que aterrorizaba aquí y fuera de aquí en nombre del Pueblo Vasco. Ahora que están a punto de bajar definitivamente la persiana sería bueno que asumieran con claridad su trágico legado y la injusticia de sus actos.
Afortunadamente ETA pasa ya a ser historia, parte de la historia negra de este País, que en los últimos 200 años ha vivido más en el conflicto y la violencia que en la libertad. Euskadi merece, la sociedad vasca merece un futuro en paz y libertad. Es lo que tenemos que asegurar y es a lo que nos vamos a dedicar en cuerpo y alma como partido. Reclamarse hoy abertzale y jeltzale significa compromiso con este País y con este Pueblo. Con una Nación que queremos sea abierta, próspera, libre de violencias, especialmente de la machista, en el que nuestros y nuestras mayores puedan vivir dignamente con sus pensiones y los y las jóvenes puedan emanciparse gracias a empleos de calidad, donde surjan familias que quieran tener hijas e hijos para garantizar nuevas generaciones de vascos y vascas. En eso estamos en todas nuestras Instituciones.
La Euskadi que queremos se construye en rojo, verde y blanco. Rojo de la pasión y la fuerza de nuestra identidad nacional, verde de nuestra naturaleza indómita y el blanco de una sociedad que ama la paz. Rojo, verde y blanco. Nuestra ikurriña, nuestra Patria, nuestra Euskadi. Vamos por el buen camino. Sigamos así. Abertzaleok, jeltzaleok, gritad todas y todos conmigo: Gora Euskadi askatuta!!!