Ezkerralde eta Meatzaldeko alderdikide eta lagunok! Arratsaldeon! Eskerrik asko hemen egoteagatik, gure indarra, alderdiaren indarra eta bultzada erakusteagatik.
Arabatik, Bizkaitik eta Gipuzkoatik ibili ondoren, gaur etxera bueltatzea tokatu zait. Ezkerralde eta Meatzalde maite honetara, abertzale jatorren etxera. Mugako abertzaleak zarete, Euskadiren aniztasuna ageri-agerian dago, baina benetako abertzaleak zarete, goitik beherakoak. Etxean nago, eta hala hitz egingo dizuet. Lehendakariari eta BBBren presidenteari entzun ondoren, niri bakarrik geratzen zait animo eta konpromisozko mezua bidaltzea. Gora bihotzak, lagunok! Animo, gauzak ondo doazelako, kanpaina oso bide onetik doa. Eta konpromisoa ere eskatzen dizuet, zailena eta garrantzitsuena geratzen delako: boto bat gehiago lortzea, eta beste bat, eta beste bat. Hori da gure lana.
96. El número mágico aquí y ahora es el 96. Nos quedan 96 horas desde ahora hasta el cierre de las urnas el próximo domingo. 96 horas para trabajar, para recorrer casa a casa, cuadrilla a cuadrilla, todas las familias, centros de trabajo, de ocio… Todos los rincones de Euskadi. Hace falta que nuestro mensaje llegue, que nuestro mensaje cale, que todos los votos vayan a la urna, los votos al PNV. Hacen falta todos los votos. Ni relajación ni triunfalismos.
Si alguien entiende bien este mensaje sois los de aquí, los de Barakaldo. Hace año y medio, en las municipales, ¿os acordáis lo que decían las encuestas aquí? Que iba a ganar el PSOE. Todas. Hasta las que teníamos nosotros. Iban a ganar los socialistas. ¿Y quién ganó? Nosotros, el PNV. ¿Y por cuánto ganamos? Por 72 votos. Solo por 72 votos en casi trece mil. 72 votos nos dieron la Alcaldía, 72 votos y mucho, mucho trabajo en aquella campaña. Aquí en Barakaldo y de aquí, de Barakaldo, tenemos que sacar hoy dos lecciones importantísimas. Primera lección: las encuestas no son palabra de Dios, se equivocan a menudo. Segunda lección: un pequeño puñado de votos puede decidir cosas muy importantes. Aquí, la Alcaldía; en el Parlamento Vasco, al menos tres parlamentarios. Fijaos tres parlamentarios más o menos lo que son. Eso es lo que tenemos entre manos, alderdikides: menos encuestas y más votos. 96 horas para trabajar a destajo. Sin parar. Es mucho lo que está en juego, nos jugamos el futuro de Euskadi. En manos de quién está el futuro de Euskadi. Y tiene que estar en las mejores manos. En las manos de Iñigo Urkullu. En las manos del equipo del PNV. Toca movilización general, toca apretar los dientes y dar el último empujón, la última txanpa. Tenemos la meta al alcance de las manos. La podemos conseguir y la tenemos que conseguir.
Si la política vasca fuera un sándwich o un bocadillo, está claro que nosotros seríamos el jamón, que no está nada mal. Lo malo de ser el jamón es que te aprietan por los dos lados. Así está siendo la campaña desde que empezó: nos están apretando por un lado y por otro. Nos aprietan los partidos españoles clásicos, el PP y el PSOE. Los dos han traído a lo más granado y florido de su dirigencia española para ayudarles a meter miedo contra el PNV. Han venido estos días hasta Rajoy y Pedro Sánchez: el primero fue a visitar un centro tecnológico y el segundo, a la Casa de Juntas de Gernika. Uno, a un centro de innovación y el otro, al símbolo de la democracia vasca. Ojalá se les haya pegado a ambos algo de innovación en democracia, en formación y disposición para hablar, para dialogar y para acordar. Entre ellos y también con los demás. Ya que vienen a Euskadi, por lo menos que aprovechen el tiempo y aprendan algo de lo mucho y bueno que tiene nuestro País. Pero, por lo que ha trascendido que dijeron, no parece que se les haya pegado nada. Siguen hablando de lo suyo, y lo poco que hablan de Euskadi es para intentar sacarnos feos en la foto.
Alderdikides, ahí donde os veis, sois unos extremistas y unos radicales. Somos un gran peligro, los extremistas que vamos a hacer no sé qué con Euskadi. Vienen a dar la alerta roja por peligro de ciclogénesis peneuvista, de ciclogénesis jeltzale. Si le escucháis a Rajoy o a Sánchez, a Alonso o a Mendia, parece que hasta el toro que mató a Manolete ya no se llamaba ‘Islero’: se llamaba ‘Sabino’ y era de la peligrosa ganadería del PNV. Tenemos la culpa de todo y no se puede dejar en nuestras manos el País, porque lo vamos a desestabilizar. Menos mal que hace seis meses unos, y los otros todavía ayer, nos doraban la píldora, nos hacían descaradamente la pelota, hablando del sentido común del PNV, eso sí, para que les diéramos nuestros votos en las famosas investiduras, primero de Sánchez y luego de Rajoy. ¡Cómo ha cambiado la historia! De gente de orden y sensata hemos pasado a ser un peligro. Aquí el único peligro que hay es que estos se nos queden por aquí y quieran convertir Euskadi en el desastre que es España. Eso sí que pone los pelos de punta. Y una cosita para ambos: el día 26 de septiembre, nos vamos a acordar de todas las cosas que han dicho de nosotros en campaña. No somos vengativos, pero tenemos mucha memoria.
Y luego está la otra parte del pan del sándwich o del bocadillo que también nos quiere apretar. La pareja Bildu-Podemos, Podemos-Bildu. Estos van al revés. Empezaron diciendo que su intención era, simple y llanamente, quitarnos de en medio, porque éramos la “casta”, y ahora unos, los de Podemos, dicen no descartar pactos con nosotros y hasta nos copian párrafos enteros de nuestras propuestas de autogobierno; y los otros, los de Bildu, han pasado de querer ser nuestra alternativa a proponernos un gobierno de coalición tripartito con ellos y Podemos. Siempre se ha dicho que la política es el arte de lo posible, ¿pero tanto puede ser? Como decía aquel castizo, no me fío de la mitad de la banda y somos dos. No te digo nada siendo ya tres.
No me digáis que no llama la atención la transfiguración de Arnaldo Otegi y de Bildu. A lo largo de esta precampaña y campaña fijaos que lindezas han dicho de nosotros: no éramos de fiar ni como abertzales, ni por nuestra forma de gobernar, éramos la derecha de los recortes… Y ahora, por segundo día consecutivo, nos proponen, nos intentan seducir con un gobierno a tres para que el país avance y no haya recortes, para tener un país digno. ¿Pero en qué quedamos? ¿Es que pueden compartir gobierno con alguien que es todo lo que han dicho de nosotros? ¿Dónde está su coherencia pactando con el enemigo? ¿Qué ha pasado para que ahora Otegi se haya caído del caballo, como San Pablo? Al final, con ese tono suave que usa y esa sonrisa zen, vamos a tener que subirle a los altares como Beato Arnaldo de Elgoibar.
Pues no nos fiamos ni de la sinceridad de sus propuestas ni de la intención de sus sonrisas. ¿Sabéis lo que les pasa? Al menos dos cosas. La primera: la campaña no les va bien. No han conseguido minar nuestra credibilidad, la credibilidad del PNV. Nos ven solventes. Ven al Lehendakari fuerte y seguro, sin puntos débiles. Y la forma de atacarnos ahora es más sutil. Intentan mezclarnos con ellos. La mano tendida para luego amarrárnosla. Y la segunda: como saben que no vamos a caer en su trampa, pasarán a su auténtico ‘plan A’, que es ser alternativa juntándose con Podemos. Ahora dirán que no, los unos y los otros, pero si les dieran los números lo harían. Que no os quepa la más mínima duda. ¿Os acordáis de Patxi López diciendo que nunca pactaría con el PP? Y luego pasó lo que pasó. Pues estos igual.
Hori da, zirt ala zart, eta erantzuna euskal hautesleek eman beharko dute. Lasai eta dramatismorik gabe. EAJ eta Urkullu batetik, ala EH Bildu gehi Podemos bestetik. Ezbai honi eman beharreko erantzuna konfiantzan oinarritzen da: nor ote den fidagarriena; gure interesen defentsa nork bermatuko duen; ondoen nork gobernatuko duen; arduratsuen nor izango den; etorkizunerako urrats sendoak nork emango dituen; benetako gaitasuna nork izango ote duen. Nik oso argi daukat. EAJ eta Urkullu Lehendakaria.
Alderdikides, más o menos esto es lo que hay y esto es lo que se ventila de aquí al domingo. Sobre qué eje pivota la Euskadi del futuro. Si sobre la base de la centralidad y el buen gobierno del PNV y del Lehendakari Urkullu o sobre las aventuras y ocurrencias del tándem Bildu-Podemos. ¿Os dais ahora cuenta de por qué merece la pena y por qué hay que trabajar hasta el último minuto, hasta conseguir el último voto? Está en juego no solo quién es el Lehendakari –y eso es ya muy importante–: está en juego el futuro mismo de nuestro País. El modelo de País. Un País abierto al mundo y que busca el empleo y el bienestar para todos y todas, o un País dirigido por élites populistas y revolucionarias que nos quieren convertir en la Venezuela de Europa. El buen País que tenemos, con los problemas que aún persisten y que hay que solucionar, este País del que la gran mayoría nos sentimos orgullosos, o el viaje a ninguna parte y sin billete que proponen Bildu y Podemos. Que las inversiones sigan llegando a Euskadi y sigamos creando empleo o que, usando la terminología de Iglesias, “asusten” a la gente y se nos paralice el País.
Está clara cuál es la respuesta. Llevamos dos semanas explicando el País que proponemos, el futuro que mira a Euskadi, las posibilidades que se nos abren, las oportunidades que no debemos dejar como País. No podemos enredarnos en promesas imposibles, ni en planes disparatados. Tenemos que tener los pies en la tierra. Prometer lo que podemos cumplir. Y cumplir lo que prometemos. Esa es la palabra del Lehendakari. Esa es la palabra del Partido Nacionalista Vasco.
96 horas, alderdikides, para trabajar. Y acordaos de los 72 votos decisivos de Barakaldo. Llevaos esos números en la cabeza. Hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo, pensad qué podemos hacer para conseguir esos votos de futuro para Euskadi, esas papeletas que van a construir Euskadi. La Margen Izquierda, la Zona Minera: de aquí tiene que venir el mensaje más claro y más nítido. La Euskadi roja, verde y blanca de las municipales y forales. De aquí tienen que salir los votos para marcar la diferencia. Abertzales de Ezkerraldea y Meatzaldea: podemos hacerlo y vamos a hacerlo. Hay que ganar en todos los municipios. Ese es nuestro reto. Eman botoa Euzko Alderdi Jeltzaleari eta Iñigo Urkullu Lehendakari!
Gora Euskadi askatuta!