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2014
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El espíritu Ramón Bajo y las cuentas municipales

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Otsaila 06 | 2014 |
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El título de este artículo no se refiere ni al prestigioso y entrañable maestro gasteiztarra ni tampoco a un ejercicio de espiritismo, si bien por lo extraño del caso a alguno se lo pudiera parecer. Trato de denominar así al ejemplar ejercicio de colaboración que se ha gestado en torno a un proyecto que se desarrolla en el colegio al que da nombre el ilustre profesor. 

Inaugurábamos hace unos días las nuevas instalaciones que albergan el ciclo infantil del centro Ramón Bajo del Casco Medieval. Un nuevo espacio adecuado para el desarrollo de las y los más pequeños con las técnicas educativas de influencia nórdica más innovadoras.

Ramón Bajo ha pasado de ser un centro educativo cuasi marginal y muy deteriorado a ser un colegio inclusivo y moderno. Todo un éxito, fruto del trabajo compartido y consensuado entre todos los agentes implicados: de un lado, toda la comunidad educativa del centro, profesorado y AMPA; de otro, todos los grupos políticos del Ayuntamiento. Todos remando en una única dirección y sentido: mejorar las instalaciones del colegio para ofrecer una enseñanza de mayor calidad. Cada uno ha aportado su granito de arena: el profesorado del centro su predisposición a actualizar y adaptar sus métodos a las nuevas corrientes educativas; la asociación de madres y padres (AMPA) ha demostrado su implicación y responsabilidad, renunciando a posturas maximalistas del pasado. Por la parte política también se han producido destacadas intervenciones: el gobierno municipal del Partido Popular ha priorizado la ejecución de estas obras, mostrando un enorme interés por actuar con diligencia. El grupo municipal de Bildu ha hecho en numerosas ocasiones de intermediario entre el Ayuntamiento y el vecindario para desatascar el conflicto y resolverlo satisfactoriamente. El PSE ha apoyado también muchas iniciativas para desarrollar este proyecto dentro del programa de ayudas europeas Urban. Y el grupo municipal del PNV incorporó en el Presupuesto municipal de 2013 la financiación necesaria para desarrollar el proyecto. El resultado, el ya comentado: éxito de una inversión que ha costado mucho menos de lo previsto y que se ha desarrollado de forma totalmente satisfactoria para todas las partes, especialmente para las y los gasteiztarras usuarios del colegio que han sido los principales beneficiarios.

Las personas que vivimos en Vitoria-Gasteiz hemos demostrado en numerosas ocasiones que cuando nos unimos, cuando compartimos un objetivo común, somos capaces de hacer las cosas bien, en beneficio de la comunidad. El acuerdo político hace la fuerza y devuelve a la  política su papel de instrumento útil para mejorar nuestra ciudad. Recientemente hemos debatido y aprobado el Presupuesto municipal. No voy a negar que las grandes diferencias ideológicas existentes entre los grupos políticos municipales condicionan el diseño de las cuentas municipales. Cada formación habría presentado un Presupuesto totalmente diferente, en coherencia con nuestra forma de entender la sociedad y la política. Pero no es menos cierto que el Presupuesto  recoge también muchos proyectos como el de Ramón Bajo, positivos para la ciudad y compartidos por todos. Y ahí esta la clave que define las dos formas de actuar en nuestro Ayuntamiento.

Por un lado, los que, por su obsesión en mantener inmaculadas las diferencias ideológicas con el gobierno de turno y convencidos de que cuanto peor le vaya al alcalde del momento mejor les irá a ellos, se oponen a cualquier iniciativa, obviando las consecuencias que ello tiene en la ciudad. En su caso, los perjuicios a la ciudadanía los entienden como una especie de daños colaterales irremediables en su particular guerra por lograr desbancar al contrario del gobierno local. Pero, por otro lado, empieza a consolidarse en el Ayuntamiento una nueva forma de actuar en política, la de los que priorizan el diálogo y el consenso, convencidos de los enormes beneficios que el acuerdo aporta a la ciudad y a las personas que la habitamos. Yo comulgo con esta segunda concepción de la política. Hoy en día desconozco el impacto que tiene en el PNV el hecho de aprobar el Presupuesto municipal. Lo que sí sé es que este acuerdo entre dos formaciones políticas tan distintas tiene importantes ventajas para Vitoria-Gasteiz. Y esto es lo que me anima a seguir trabajando de esta manera.

Reivindico esa nueva manera de hacer política, muy similar al espíritu político que ha impulsado la reforma del Ramón Bajo. La política de las personas que no esperan a llegar al poder para trabajar en positivo por la ciudad. La que busca el consenso. La que entiende que se puede y se debe trabajar con todos y entre todos sin que eso suponga una renuncia a tus principios. Sinceramente considero que el acuerdo es el mejor antídoto contra la política del no a todo. Es una magnífica herramienta para mostrar tu propio proyecto político diferenciado, a la vez que permite desarrollar conjuntamente iniciativas beneficiosas para la ciudadanía. Ojalá el espíritu de colaboración que ha envuelto la reforma del colegio de nuestra querida colina cale en el resto del quehacer municipal. Estoy seguro que Vitoria-Gasteiz y la política, en general, irían mucho mejor.

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