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1997ko ekainaren 9a                                                                    39.alea

SUMARIO

- Análisis de las Elecciones Legislativas francesas.

- Pleno Debate sobre el Empleo

 

 

ANÁLISIS DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS FRANCESAS

 

La candidatura del  PNV en la VI circunscripción triplica el resultado obtenido por EA en  solitario en 1993

  El voto nacionalista democrático de 833 (EA en 1993) a 2127 (PNV con el apoyo de EA en 1997).

  Hay que tener en cuenta varios factores:

  - El peso y proyección de los candidatos del PNV en esta campaña.

   - El hecho mismo de la presentación por primera vez del PNV como tal partido.

   - Que el voto nacionalista, en definitiva, ha progresado en las tres circunscripciones por el apoyo mutuo practicado entre el PNV y EA.

 

La candidatura del PNV ha logrado su "presentación y apertura" 

  Los votos obtenidos por el PNV más allá de los obtenidos por EA en 1993, son votos nuevos. El PNV ha hecho progresar el voto nacionalista.

  El detalle de los resultados demuestra que estos votos han salido del mundo nacionalista en los municipios del interior y en Donibane Lohitzun. En estas zonas tradicionalmente de voto centrista, el PNV ha conseguido sus mejores resultados (5 al 15%) manteniendo Abertzaleen Batasuna (Coalición de Izquierda Abertzale su nivel de voto).

 

Las perspectivas de implantación en Iparralde (interior) son reales

  El interior (rural y euskaldun) de la VI circunscripción es una zona de trabajo y futuro para el PNV:

- nuestros resultados allí han sido positivos, en particular en  los cantones de Espelette (6,2%) y de Ustaritz (5,84%).

- algunos resultados son muy alentadores:

 

            Ustaritz            6,07%                        Espelette               9%

            Ahetze             8,63%                         Louhossoa       15,05%

            Arbonne                6%                         Sare                 8,66%

            Halsou              8,21%                         Itxassou           6,38%

            Saint Pée          7,43%                         Askain             6,55%

 

            Total 1.105 votos

 

   - Otros resultados  positivos han sido los obtenidos en los feudos de M. Alliot Marie (RPR) e M. Poulou (UDF).

 

            - Urrugne                       4,88%

            - Donibane Lohitzun       5,33%

 

 

Los resultados del PNV han sido obtenidos a pesar de numerosas dificultades

  - ningún apoyo oficial de alcaldes o tenientes de alcalde.

   - ningún apoyo público organizado a excepción de EA .

   - una campaña electoral favorecedora de la polarización derecha-izquierda y el voto útil para las grandes formaciones políticas francesas.

 

El PNV representa globalmente la mitad del voto de A.B. (Abertzaleen Batasuna -Coalición de Izquierda Abertzale)

  - en la mayoría de los municipios, el voto PNV representa el 50% o más del voto AB.

   - en numerosos municipios, el PNV iguala o supera a AB en votos: Ahetze, Halsou, Louhossoa, Espelette, Cambo, Guethary y sobre todo en Donibane Lohitzun.

   - allí donde el PNV obtiene peores resultados (Hendaya, Biarritz), representa una fuerza no desdeñable en relación con AB. El PNV se acerca electoralmente  a AB en Biarritz, ciudad en la que Jakes Abeberry es teniente de alcalde.

  En conclusión, estas elecciones demuestran que la etiqueta nacionalista no es un handicap electoral (en el interior en particular). El PNV desarrollando una política realista, tiene un campo de trabajo más que interesante si sabe, manteniendo su identidad e interpretando su papel transformador de la sociedad vasca consolidar su espacio electoral aumentando su representación y responsabilidades políticas.

 

 

 

                                   PLENO DEBATE SOBRE EL EMPLEO

Posición del PNV

  Introducción

  A modo de recordatorio no conviene olvidar que el paro en la Comunidad Autónoma del País Vasco es un problema que se fecha en el año 1985 y se crea en 10 años (1975-1985). Puesto que en esos 10 años se pasa de una tasa de paro del 5% al 21,1%.

  La lección de ese período también debe permanecer fijada en nuestro recuerdo, en el sentido de no olvidar que la economía tiene sus reglas que es arriesgado violentar, porque más pronto que tarde acaban pasando factura, a saber: que si el precio de uno de los factores productivos (trabajo) crece a tasas muy superiores a la de otro (capital) al final se produce un proceso acelerado de sustitución que acaba generando desempleo. Esa es la lección del período 1975-1985.

  Que posteriormente, de 1985 a 1995 o si se quiere hasta hoy asistimos a un período de generalizado crecimiento económico (1993 es el único año de crecimiento negativo -0,7%) donde, en el mercado de trabajo se producen cambios económicos (en composición sectorial del empleo) demográficos (personas que inundan el mercado de trabajo) y sociales (que proporcionan nuevos actores en el citado mercado, caso de la mujer). Donde también se alternan fases de creación con fases de destrucción de empleo.

  Y donde -volviendo a los resultados-, sólo en un año durante todo este periodo se consigue bajar la tasa de paro al mínimo del período, 16,1% en 1990, con 143.057 personas paradas y en el siguiente (1991) se consigue colocar la cuota de ocupación en su cifra máxima 756.000 personas empleadas.

  1996 cierra un año en el que el ciclo -a pesar del modesto ritmo de crecimiento (2%)- del mercado de trabajo continúa en su fase expansiva: 11.501 personas más ocupadas respecto de 1995.

 

  Los datos

  (1,6%), 13.852 personas paradas menos (-6,2%) y una ligera disminución en la población activa -2,351 (-0,3%).

  Estamos hablando de unos totales de: 933.263 personas activas, 724.165 personas ocupadas, 209.098 personas en paro. Y una tasa de paro del 22,4% media en 1996 frente al 23,8% en 1995.

  Con algunas notas positivas y negativas de situación, que es pronto para decir si son indicativas de una consolidación de tendencias. Como por ejemplo, que por segundo año consecutivo el empleo en el sector industrial aumente (5.212 + 2,6%) que aumenta los ocupados en posición de jornada laboral extrema (+44 horas y menos de 15 horas) y esto no es positivo.

  Que en el campo de los potencialmente activos se observa una disminución del colectivo mujeres (-0,1%) y también del de activos menores de 25 años indicativo quizás del desánimo respecto de sus posibilidades de encontrar trabajo y también del juego de otros factores (aumento escolarización).

  Para finalizar con el colectivo de parados, donde esperanzadoramente las mayores disminuciones se dan en el colectivo de menores de 25 y del grupo de 25 a 44 años.

  De todos modos no caben los consuelos, el escenario del mercado de trabajo  por el lado de la oferta es un escenario donde la ocupación se concentra entre los 25 y 54 años con una participación de la mujer inferior al hombre, con una población joven mejor preparada pero con menor tasa de ocupación (49,3% frente a 76,4% de tasa media), aumentando la temporalidad en la contratación sobre todo entre los jóvenes, disminuyendo el desempleo juvenil como consecuencia de la caída de la tasa de actividad y siendo el paro básicamente un paro de larga duración (65,5% del total de parados).

  Todo ello en un contexto en el que las actitudes hacia la ocupación se caracterizan por una extrema rigidez (resistencia extrema a la movilidad geográfica).

  1997 en su primer trimestre supone respecto de 1996 (primer trimestre) una continuación de la tendencia de expansión si bien intertrimestralmente indica una disminución de la intensidad en su evolución.

  Se han creado 5.900 nuevos empleos y se ha reducido el paro en la misma cantidad. Estamos ante 208.000 parados y 720.000 personas ocupadas. Todo ello respecto de igual período de 1996. Tasa de paro 22,4%. Para cruzar las estadísticas, en el INEM en abril había 114.418 personas paradas registradas y la Encuesta de Población Activa daba para el primer Trimestre de 1997, una tasa de paro del 19,5% (2 puntos menos que la tasa de paro de la economía española) y 170.000 parados. (38.000 menos que en la encuesta del PRA).

  Por cierto para este tiempo del que hablamos (Primer Trimestre de 1997) la tasa de paro estricto es del 13,8% es decir que 125.000 personas, de las 208.000 declaradas en paro están dispuestas a incorporarse a un puesto de trabajo en 24 horas. Confirmando lo dicho respecto a la rigidez de las actitudes ante la ocupación.

 

  El futuro

  El campo de la política de empleo tiene dos tiempos: antes y después de la transferencia de las políticas activas. El campo de antes (que esperemos sea corto) es el campo de la continuidad donde estimamos que sus acciones se encuentran convenientemente centradas, continuación de políticas activas de empleo y formación, concienciación y aplicación del reparto de tiempo de trabajo defensivo y ofensivo, etc.). Continuación que en cuanto calificativo no supone minusvalorar la labor realizada.

  El campo de "después de la transferencia" es el que entraña mayor grado de desafío organizativo, político y de ejecución.

  Todos hoy nos daríamos con un canto en los dientes si después de la transferencia se consigue que:

  El servicio de intermediación en el mercado de trabajo funcione con fluidez y adecuadamente, ajustando la oferta y la demanda de trabajo.

  Se adecue y aplique un sistema de cualificación profesional que consiga que las necesidades del sistema productivo coincidan con las competencias de los activos.

  Se reduzca la tasa de desempleo en si misma por medio de una integración de las diferentes políticas innovadoras puestas en marcha (Reordenación tiempo de trabajo, nuevos yacimientos de empleo, etc.).

  Atenúe los efectos del paro (evitando el desánimo y la expulsión de los desaventajados).

  Pero lo cierto es que -presumiblemente- todo esto siendo importante, no será suficiente y no  será todo lo que se puede hacer.

  Porque hay entornos que se nos escapan, parámetros y fuerzas que influyen decisivamente sobre la cuestión que tratamos. Y sobre los que la incidencia pública es escasa, procesos que requieren acuerdos y dinámicas en las que hoy no existe coincidencia.

  Sobre el empleo gravitan muchas variables. El nivel de empleo de una economía depende de la tasa de crecimiento de la misma, del funcionamiento del mercado laboral, de la adecuación de los trabajadores  a las vacantes existentes, de la existencia de proyectos viables de inversión, del nivel de capacitación de los trabajadores parados, del clima de estabilidad, del conjunto del sistema fiscal, etc.

  E incluso -y centrados en el campo estrictamente productivo-, los costes de producción, claves en la determinación del volumen de empleo, no sólo dependen de la dinámica salarios-productividad sino también de los precios de los servicios y consumos intermedios determinados en otros mercados.

  Esta es la complejidad contrastada. Lo cual no implica que no se pueda, ni se deba hacer nada. Que la impotencia nos paralice. Y que desde luego, para algunos sea evidente que desde la complejidad reconocida, es más eficiente afrontar una política de empleo, con el mayor grado de herramientas e instrumentos de actuación que sea posible.

  La cuña fiscal de la Seguridad Social es un Impuesto claro contra el empleo, ¿No será necesaria la transferencia del régimen económico de la Seguridad Social para hacer factible y posible medidas contra su disolución o en todo caso poder invertir la tendencia de la relación respecto de las políticas activas y/o pasivas del desempleo?.

  ¿Qué diferencia hay, en términos de aceptación intelectual y política a su transferencia, (negada sistemáticamente por el Gobierno español) que sea distinta a la que ahora se realiza en el Concierto respecto a la autonomía normativa en el IRPF?.

  ¿Cómo puede llevarse al ánimo de los agentes concernidos -a fin de que se traduzca en comportamientos concretos-, la necesidad de conciliar dos paradigmas claves: la flexibilidad como madre de la competitividad empresarial y la permanencia y estabilidad en el trabajo como elemento esencial de productividad?.

  ¿Cómo conseguir concienciar a la sociedades que con el euro no se acaba Europa, sino que más bien empieza y debe ser seguida por una focalización del empleo, de la cohesión social y del crecimiento económico como garantía de éxito de ese nuevo escenario que todos queremos contribuir a edificar?.

  ¿De qué modo abordamos -desde luego y desde el consenso- la necesaria redefinición del Estado de Bienestar, precisamente para garantizar mayores niveles de crecimiento?.

  Estas y otras cuestiones también se entrecruzan, afectan y definen el problema y la cuestión que estamos tratando.