Orri Nagusia        Alderdia Berriak        Bestelako Agiriak        Irudi eta Inprimakiak

 

 

1997.go Martxoaren 3a                                                                     27. alea

 

SUMARIO

- La Economía Vasca en 1996.  Perspectivas 1997.

 

 

LA ECONOMÍA VASCA EN 1996.  PERSPECTIVAS 1997  

  1997 va a ser un año de examen continuo para las economías europeas, los mercados -sobre todo los financieros- van a estar expectantes, escudriñarán cualquier dato nuevo que salga, actuarán para ganar o perder.  En definitiva vienen tiempos de inestabilidad.

  Porque 1997 es el año del euro.  Independientemente de que el examen formal se tenga en la primavera de 1998, es a lo largo de 1997 donde se juegan los resultados de cada economía.

  Hoy por hoy (febrero 1997) y con los resultados y previsiones en la mano, pueden realizarse escenarios de perspectiva y previsión de comportamientos para todos los gustos.

  Con la información existente hasta el momento presente sólo Francia y Luxemburgo cumplirán, al finalizar 1997, los criterios de convergencia establecidos en Maastricht.

  A partir de ahí, todo es posible, todo puede pasar.

  Como no cabe un escenario de ruptura o disenso profundo entre los integrantes de la UE, se impone el consenso.  Pero en una solución de consenso caben todas las alternativas.

  Incluída -en lo que respecta a la economía española- que no se entre en la primera fase del euro, pero que se pacte una entrada a plazo fijo, quizás en la segunda fase (2002).

  Porque la economía española tendrá y tiene opciones y posibilidades, en materia de cumplimiento de criterios, en lo que hasta ahora ha controlado -déficit e inflación- pero observará dificultades en los criterios relativos al nivel de deuda pública y tipos de interés, como por otra parte le ocurre a la mayoría de los demás Estados.

  Pero a partir de ahí juegan las vinculaciones, la historia y la situación de "los otros".  Con una Italia en decidida mala posición respecto al cumplimiento de criterios, no se debe descartar lo antes apuntado: un postergamiento de los Estados del Mediterráneo (Italia, Portugal, España) con un plazo convenido de, entrada a fecha fija y tiempo, también, para observar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad.  Es decir el rigor y la seriedad a la hora de gerencíar las políticas económicas, más allá de la mítica fecha del fin de 1997.

  Por eso, todo va a ser posible.

 

Economía Internacional

  1996 en lo que se refiere a la evolución de la Economía Internacional ofrece rasgos comunes en el comportamiento de los grandes bloques económicos, pero también diferencias significativas en el comportamiento de algunas variables.

  Como es habitual la economía USA prácticamente es "otra historia”.  Posee una solidez en su trayectoria de crecimiento (2,4% de crecimiento de PIB), en un contexto de inflación controlada (2,6%) y paro prácticamente inexistente (5,4%).

  Japón parece haber recuperado una senda de crecimiento casi olvidada, 3,6 de crecimiento del PIB frente al 0,8% en 1995, una inflación cero, una tasa de paro situada en el 3,3%.

  La Unión Europea se debate en sus propios proyectos y compromisos.  En términos medios obtiene una tasa de crecimiento modesta 1,6%, con una inflación controlada (2,6%) y una tasa de paro (11,4%) que no cesa de crecer.

  En su seno los comportamientos son dispares Alemanía acaba el año con un 1,4% de crecímiento, una tasa de paro récord, 10,8% y un déficit alejado de las previsiones de convergencia (3,9%).

  Francia no acaba de despegar, un PIB del 1,3%, una inflación del 1,8% y una tasa de paro de 12,4%.

  Italia apenas consigue un dígito en su tasa de crecimiento (0,8%), una inflación del 4,2% y una tasa de paro del 12,2%.

  Solamente el Reino Unido posee una trayectoria de solidez: en ritmo de crecimiento (2,4%), en control inflacionario (2,6%) y en tasa de paro (7,6%) en continuo descenso.

  1997 refleja unas previsiones de crecimiento "tranquilo" sin temor a tensiones inflacionistas, lo cual permitirá un cierto grado de relajación de la política monetaria, con el fin de compensar el ajuste fiscal requerido en la mayoría de países de la UE comprometidos en el proceso de convergencia.

  Solamente USA y el Reino Unido donde el ciclo económico se encuentra más avanzado y las tasas de desempleo son más reducidas, deberán vigilar especialmente la evolución de los precios.

  Mientras tanto los Estados de la UE bastante tendrán con supervisar estrechamente la evolución de sus economías; sobre todo respecto al cumplimiento de sus previsiones fiscales, tanto en el campo del ingreso como del gasto.  Lamentablemente respecto del paro, las previsiones no son halagüeñas.  Las mejores serán mínimas (tasa esperada en 1997 del 11,3 % sobre la población activa), sin descartar que las turbulencias de última hora, en forma de inestabilidad en los mercados financieros comprometa y afecte a los procesos de crecimiento en los Estados de la UE, dotados ya de por si, de previsiones modestas.  Para el conjunto de la UE la previsión en 1997 es del 2,4%.  Sólo el Reino Unido y España superan clarmnente la previsión 3,3% y 2,8-3% respectivamente.

 

Economía Española

  1996 es ya historia reciente en la evolución de la economía española; con datos ya cerrados, pero pendientes de previsión, el crecimiento obtenido merced a la recuperación del 4º trimestre alcanza un 2,2% según Banco de España ó 2,3% según el Ministerio de Economía y Hacienda.

  El cuadro de crecimiento presenta a los siguientes protagonistas:

* Un sector exterior de comportamiento "maravilloso”, con un 0,6 de contribución al crecimiento del PIB, beneficíado de una apreciación en el tipo de cambio y todo ello a pesar de la ralentízación europea.

* Una demanda de inversión modesta, con la excelente contribución de los bienes de equipo y la negativa evolución de la inversión en construcción.

* Una demanda de consumo que no acaba de despegar y que no puede tomar el testigo y relevo en el proceso “virtuoso" de crecimiento formado por el trío: exportación-inversión-consumo.  Las razones conocidas: incertidumbres y previsibles restricciones que el proceso de convergencia genera en la percepción ciudadana, alta temporalidad en la contratación (+ del 30%), la perspectiva de encontrar empleo ligado al concepto de renta permanente, etc.  Todo ello configura un cambío cualitativo en el comportamiento del consumo (supone más del 60% del PIB) que invalida las teorías hasta ahora existentes.

 

  Con todo, la economía española presenta resultados positivos en la corrección de algunos de sus desequilibrios básicos, otrora cuellos de botella estranguladores del crecimiento, la reducción de la inflación, situada en el 3,2%, al finalizar el año, el avance del cumplimiento del déficit situado en el 4,4% y la disminución -debido a estos resultados- de los tipos de interés hasta situarse en los entornos del 6% constituyen unos activos apreciables cara a encarar el decisivo 1997.

  El empleo continúa siendo el agujero negro.  El año de 1996 se ha cerrado con una tasa media de paro del 22,2%, siete décimas menos que la tasa media correspondiente a 1995.  El aumento de población ocupada se ha cífrado en 354. 000 personas y el paro ha disminuido en 44.000 personas. Producto todo ello del aumento de población activa en 310.000 personas.

  1997 va a suponer muchas cosas.  El cuadro de crecimiento estimado, en torno al 3% supera claramente la previsión europea al respecto (2,4%) pero al mismo tiempo es extraordinariamente deudora de su evolución.

  Porque en ese 3% de crecimiento están cifradas muchas esperanzas, o dicho de otra manera muchas variables dependen de que esa cifra se cumpla.

  Sin ir más lejos, el déficit público, situado preceptívamente en el 3% afin de cumplir los criterios de convergencia, depende, por el lado de los ingresos y gastos públicos, para su cumplimiento de que se alcance ese ritmo de crecimiento.  En caso contrario contemplaremos con toda seguridad a mediados de año, nuevas restricciones presupuestarias.

  La inflación razonablemente bajará del mítico umbral del 3% en los primeros meses del año 1997, a lo cual le acompañará una previsible baja en los tipos de interés y el comercio exterior deberá seguir apostando por la recuperación europea pero continuará aplicándose en abrir nuevos mercados, de tal modo que al menos su contribución al crecimiento no sea significativamente negativo (en las previsiones oficiales figura una contribución negativa de 0,3).

  Con todo, las dudas persisten.  Persiste creer que el PIB no agrícola crezca fuertemente para arrastrar al PIB total hasta un crecimiento del 3%, cuando en 1997 el PIB agrícola no repetirá lo que en 1996 fue una contribución excepcional al proceso de crecimiento, dicho de otro modo el ritmo de crecimiento de 1996 se alcanzó -entre otras causas- porque el PIB agrícola obtuvo una tasa de crecimiento extraordinaria.

  También ese 2,8% - 3% del PIB en 1997 va a depender del consumo y de la inversión.  Es decir de la inversión y el consumo en bienes duraderos, lo que implica compromisos financieros significativos y esos se alcanzarán en la medida que las incertidumbres se eliminen y se eliminarán si se prosiguen las reformas estructurales que la economía española todavía precisa.

  En todo caso, respecto de lo que ha sido la estimación del comportamiento del consumo privado en 1996, con una tasa de crecimiento del 1,80/o, la previsión para 1997 cifrada en un 2,7% parece exageradamente optimista.

  Lo mismo puede decirse de la Inversión.  En 1996 creció en términos reales un 1,0%, la previsión para 1997 es del 6,9%.

 

Economía Vasca

  Con la información existente unas cuantas son las pinceladas que pueden describir el comportamiento de la economía vasca en 1996.

*Ante todo destacar su estrecha imbricación con la evolución de las economías con las que se relaciona preferentemente.  De ahí que lo manifestado en cuanto tendencia general en los anteriores apartados, vale, también para la economía vasca.

*En primer lugar un ritmo de crecimiento evaluado en los nueve primeros meses del año, en un 1,7%, con ello y a pesar de la recuperación detectada en el 4º trimestre, pensar en crecer alcanzado el 2% como cifra mágica para el conjunto del año, es una manifestación de voluntad más que una previsión realista.  Ese casi, 2% se coloca en la cifra de moderación de los países europeos (UE-1,6%), aunque es inferior al resultado alcanzado por la economía española (2,2%).

* Reseñables son la evolución del IPI, -0,1 % en el período acumulado Enero-Diciembre 1996 recuperándose mes a mes, pero sobre todo el control de la inflación 3,5% en Diciembre de 1996, y un buen balance exportador, 169.342 millones de pesetas de superávit con el extranjero.

*El paro ha disminuido del 23,8% en 1995 al 22,4% en 1996 con 11.500 nuevos empleos creados (6.800 en Servicios y 5.200 en Industria), poseyendo una cifra de paro inferior a la de la economía española. (20% frente a 21,8% respectivamente en el 4º trimestre de 1996).

 

  Un paro que ofrece una elevada tasa de paro juvenil (47,5%) y en mujeres 31,5%.

  Con un consumo a tono, sin despegar y con una robustez en la inversión en bienes de equipo que pueda permitir pensar en futuras expansiones, cuando el ciclo se recupere.

  1997 ofrece suavidad.  Suavidad en el ritmo de crecimiento económico previsto, 2,5% compatible con una mejoría en los niveles de empleo, los ocupados crecerán un 1,3% y la tasa de paro se sítuará en el 20,8%.

  Por el lado de la oferta será la industria la que observe y acuse las fluctuaciones del ciclo mientras que el sector servicios continuará siendo el colchón en el proceso de crecimiento.

  Por el lado de la demanda, el consumo irá tomando el relevo, a una inversión y a un sector exterior que ira equilibrándose y reduciendo sus ventajosas posiciones positivas.

  En conjunto y para los próximos años con horizonte el año 2000, el modelo de previsión de crecimiento es moderado, alcanzando el mejor resultado en 1998 y luego seguirá un suave descenso acomodado a las previsiones del ciclo económico internacional.  Con una evolución de la tasa de paro en ligero descenso, alcanzando el mayor resultado en el año 2000 donde la tasa de paro sí situará en el 18%.